lunes, 20 de junio de 2011

The Best Of Eddie Cochran

Hay personas que viven noventa años y dejan la misma huella de su presencia en la tierra que un gato callejero atropellado a los pocos días de nacer. Hay otros que no viven ni la tercera parte y, sin embargo, ven reflejada su impronta mucho tiempo después de su desaparición. Eddie Cochran es, por supuesto, de los segundos: un sólo vistazo a los artistas que han versionado sus temas dan idea del impacto que las grabaciones del mítico rocker —muerto en 1960 a los veintiún años— causaron en los Beatles, Blue Cheer, Led Zeppelin, Sex Pistols o los Who; grabaciones cuyas reminiscencias siguen presentes, en mayor o menor medida, en el rock and roll del siglo XXI. Pues no sólo hablamos de una gran voz, sino de un notable guitarrista, del que nunca sabremos hasta qué punto hubiese evolucionado en su manejo de las seis cuerdas electrificadas si tan brillante era su sonido con tan solo dos décadas de existencia.

Aunque los hay más completos, este recopilatorio puesto en circulación por EMI en 1985 puede servir de guía para conocer los méritos, la clase y el glamour de Cochran. Summertime BluesC'Mon Everybody, sus dos canciones más famosos (ambas de 1958), son joyas universales que, por mucho que las escuche, a quien esto firma le siguen poniendo los pelos de punta. Three Steps To Heaven, Sittin' In The Balcony Drive In Show muestran la cara más sentimental del cantante y guitarrista, que se mueve como pez en el agua en el terreno del doo-wop y las baladas. Con Jeanie Jeanie Jeanie y Somethin' Else, entre las que se cuela Teenage Heaven, tenemos a Cochran de vuelta al mejor rockabilly. My Way y Cut Across Shorty nos hacen saber que también se maneja con soltura —qué placer oírle cantar en las dos— en el rhythm & blues y el country. El resto de las veinte canciones de The Best Of Eddie Cochran recorren caminos similares con igual elegancia, destacando, quizá, la excelente versión de Ray Charles (Hallelujah, I Love Her So). Estremece, además, escuharle cantar a Buddy Holly, The Big Bopper y Ritchie Valens en Three Stars, pues un año más tarde, al igual que las tres estrellas, también él morirá en un trágico accidente. La vida es así, que diría un futbolista, y a cada cual nos despide —como empresario desalmado librándose de sus trabajadores— cuando lo cree necesario. De Eddie Cochran se desprendió demasiado pronto, no cabe duda, pero no fue capaz de impedir que su escaso periplo fuera de relevancia enorme para el futuro del rock and roll, la música que él contribuyó a forjar. Otros, ya lo hemos dicho, llegan a ancianos sin haber oteado más allá de la mediocridad.

6 comentarios:

  1. La primera afirmación es tan jodidamente contundente como llena de verdad, Gonzalo.

    Y sí, Cochran, fundamental, paradigma del Rock n' Roll (o sea, -abilly) de base blanca, más escorado al country que a la tradición negra, si hasta le ponía un par de cuerdas de banjo a su Gretsch! jejeje.

    ¿Mi favorita? Twenty Flight Rock!

    Rock On!

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  2. No tengo ningún disco de Cochran, y aunque no soy muy aficionado a recopilatorios, en este caso me parece justificado. Siempre me encantó el sonido de su guitarra (algo que también me sucede con Buddy Holy).
    Necesario rescate.
    Un saludo.

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  3. No sé los motivos exactos, quizás es porque siempre fue respetado por bandas y artistas dispares, pero siempre tuve especial debilidad por Cochran, mi fiftie preferido. Bueno, junto a Chuck Berry, claro.

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  4. Hay mucha mediocridad, qué le vamos a hacer, Tyla. Entre medias de ambas tradiciones, creo yo (como no podía ser de otro modo).

    Sí, el sonido de la guitarra es chulísimo. En el caso de Cochran, el recopilatorio es obligado, pues muchos de su mejores temas sólo vieron la luz como singles.

    La verdad es que pocas bandas clásicas no le idolatraban. Bueno, es que Chuck Berry son palabras mayorcísimas, Johnny.

    A Buddy Holly lo he escuchado menos de lo que debería, Freaky; es asignatura pendiente.

    Saludos, amigos.

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  5. Eddie Cochran... palabras mayores. Que haya gente que no sepa quien fué este hombre, es imperdonable. Los Who siempre le versioneaban como homenaje, pero cuando leí en el Anthology de los Beatles cuando George hecho un teenager vió en directo a Eddie con su chupa de cuero negra y que empezaba los conciertos tocando de espaldas... se me quedó el cuerpo helado... lo que hubiésemos dado por verle, ¿verdad?
    A mi me encanta Skinny Jim, pero bueno, todas sus canciones transmitian rock and roll por los cuatro costados.
    Un grande.
    Saludos.

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  6. Cochran es como Bon Scott o Little Richard: más que tocar rock and roll, lo son. Creo que estaremos de acuerdo, Savoy. Por supuesto que es de obligado conocimiento para cualquiera que le guste el rock y no lo haya escuchado.

    Saludos.

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