jueves, 20 de octubre de 2011

The Days Of Wine And Roses


Escribía Fernando Navarro en el diario El País en abril de este mismo año que "el nuevo rock americano fue el movimiento que se creó en Estados Unidos a la sombra de la gran fachada de los ochenta, cuando las baterías eran terroríficas, el sintetizador era el rey del estudio y las tecnologías y MTV parecían que iban a salvar la música". Lo hacía en su reseña del libro de Carlos Rego Nuevo rock americano. Luces y sombras de un espejismo. Y añadía que Rego "cuenta cómo el movimiento, que se concentró en apenas cuatro años aunque su onda expansiva llega hasta nuestros días, surgió como respuesta al ambiente musical de la época, donde todavía pervivían dinosaurios del rock sinfónico, algún trasnochado hippy y, sobre todo, se ensalzaba a lo moderno que acaparaba portadas y espacios televisivos. En esos años, lo genuino estaba arrinconado y las guitarras, piedra angular de la música popular, en desuso". ¿Las guitarras eléctricas en desuso? Triste panorama, ¿no?

Como toda generalización, puede pecar de reduccionista —hay cientos de discos grabados en la primera mitad de los años ochenta en los que las guitarras eléctricas son protagonistas—, pero bien cierto es que en aquellos momentos la MTV comienza a convertir la música popular en algo ridículo, electrónica y synth pop, en su versión más comercial y vacua, arrasan entre una nueva generación de adolescentes y las seis cuerdas amplificadas parecen reservadas para el heavy metal y (con permiso) el hard rock. Es en este entorno agresivo para el rock (ése que cualquiera reconoce si cito, verbigracia, a Sonics, Stones, MC5, Patti Smith o los Dictators) donde se rebelan una serie de bandas de las que sólo alcanzará el éxito másivo R.E.M.

No llegará a él, por supuesto, Dream Syndicate, pero bien podría ser su primer elepé, The Days Of Wine And Roses (1982), la obra maestra de un movimiento, el del nuevo rock americano, del que nadie dirá haber formado parte, al no haber existido nexo u objetivo comunes, aunque todos confluyeran en el rechazo al mainstream que las ondas de la televisión estaban creando. Siendo una denominación acuñada por y para Europa, no será de extrañar que lo que, al fin y al cabo, contenga el disco del grupo de Steve Wynn sea rock americano de la mejor cepa y tradición, nuevo en cuanto lo que pueda aportar desde su singular enfoque de esa cultura, al igual que Stray Cats, Cramps o Circle Jerks —sirva como ejemplo lato y aleatorio— hacen por aquellos años.

No hay que ser demasiado avezado en la materia para, con sólo escuchar un par de temas, comprobar el influjo de la Velvet Underground y Lou Reed. Salta a la vista y no se esconde.  Pero ahí están también los Byrds, Dylan, Neil Young, la Creedence, Joy Division y las secuelas del punk… ¿seguimos? Clara es la estela que estimula a Dream Syndicate, pero, al igual que nadie niega el valor de Never Mind The Bollocks porque existan New York Dolls o The Stooges, sus (asumidos) antecedentes no ocultan un discurso propio, articulado y pasional, que tiene como eje las benditas guitarras de Wynn y Karl Precoda. Compone el primero casi todas las canciones de The Days Of Wine And Roses, pero es curiosamente la única escrita por Precoda —la famosa Ley de Murphy, aunque en este caso no haya nada malo en ello— quizá la mejor de ellas: Halloween. Los ardientes siete minutos largos del tema que da título y culmina tan espléndido disco discuten la anterior afirmación, pero, en realidad, nada sobra y nada falta —incluida la hermosa portada minimalista— en el debut de Dream Syndicate. Cualquiera de sus nueve cortes —más aún si se escuchan de una tacada— así lo atestigua. Uno de los mejores trabajos que darán los años ochenta, e influencia necesaria de todo el rock alternativo, indie, underground (o como se quiera llamar) que vendrá después.

8 comentarios:

  1. No conocía ese disco, pero me ha llamado mucho la atencion. Me haré con el.

    Y el libro, tampoco lo conocia y tambien me gustaria tenerlo. Está editado en castellano?

    Un abrazo y gracias por esta reseña!

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  2. Tú si que sabes, master Gonzalo, mantener viva la llama de alguno de los discos más importantes de mi vida. Fue uno de mis primeros posts hace tres años, ahí va por si te apetece echarle una visual. http://woody-jagger.blogspot.com/2008/10/dream-syndicate-1982-days-of-wine-and.html

    Yo no sé cuándo has descubierto esta joya pero para mí fue un impacto brutal a finales de los 80. Supongo que me entiendes, por cosas de la edad, pero a vista de pájaro resulta curioso cómo se revalorizan ciertos discos que han estado en el último baúl del desván más oculto y que para algunos supuso algo muy importante. Resulta también además curioso que diversas almas en lugares distintos tuvieran este aprecio por estas obras de culto.

    Tengo a medio acabar un post sobre la segunda obra maestra de El Sindicato del Sueño. Debería darle un impulso.

    Como bien cuentas el disco es muy grande pero cuando escucho "Halloween" sufro inevitables erecciones. Dream Syndicate hasta el día del juicio final. Abrazo.

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  3. "...al igual que nadie niega el valor de Never Mind The Bollocks porque existan New York Dolls o The Stooges" Esto me suena! jajaja.

    A los Syndicate los conozco sobre todo por sus conexiones con -mis queridos- The Long Ryders, es decir, poco y mal. Según leo, debo poner remedio a eso cuanto antes.

    Yo creo que la gran particularidad del Nuevo Rock Americano fue lo fija que tenían la vista en los 60's en la década de los 80's, en la que pocos parecían acordarse de The Byrds, Gram Parsons o Buffalo Springfield. Si echamos una ojeada, la mayor parte de grupos de la época o se nutren del punk -la new wave- o remozan, muy a su manera, el Hard Rock 70's -el movimiento de LA-

    Gran artículo, compañero. Rock On!

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  4. si que hizo daño la mtv, tanto que yo en esa epoca ni siquiera me acerque a ese tipo de bandas porque me sonaban demasiado alejadas del rock, cosa que ya subsane muchos años ha, descubriendo bandas como la que nombras con este disco, dream sindcate y que cierto el buen rock de guitarras que se hizo en aquella epoca a las sombras de las lentejuelas

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  5. Gracias a ti por tus comentarios, Mansion. Seguro que el disco no te defrauda, ya verás. El libro está escrito en castellano, aunque yo no me lo he leído.

    Johnny, acabo de leer tu post (muy bueno, que conste) y he dejado un comentario. Alguien me grabó el disco de una casete a otra a principios de los noventa. Perdí la cinta y hace unos meses lo compré en vinilo, la reedición que se ha hecho. Lo vi en una tienda de Madrid, Escridiscos, y me abalancé sobr él. La verdad que es un disco que sigue sonando a gloria (erecta o no, ja ja ja).

    Siempre a vueltas con los mismo, Tyla, ja ja ja. Hay cosas que no te recomendaría porque creo no son de tu cuerda (Sonic Youth o Can, por ejemplo, y disculpa si me equivoco), pero "The Days" te lo recomiendo a ciegas. Estoy seguro de que te va a encantar.

    Es verdad, Nortwinds, la MTV y similares hicieron pensar que rock era lo que hacía W.A.S.P., y no Dream Syndicate. Craso error. De todos modos, el tiempo pone las cosas en su sitio.

    Saludos a todos, en un día feliz tras el anuncio de ETA.

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  6. Descubrí este disco hará un par de años y no me quiero ni imaginar lo que pudo sentir alguien que vivió su "impacto" en los 80. Es una auténtica joya. Yo sí que he leído el libro de Carlos Rego y me parece muy recomendable tanto para los que si pudieron vivir la pequeña eclosión del NRA como para los que por edad no la vivimos.

    Saludos.

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  7. Me encanta este disco. Es un regalo de dios ver a Wynn interpretar hoy dia sus temas en directo y, sin lugar a dudas, es infinitamente superior a muchos otros discos tanto de NRA como del college rock posterior donde las obras se han sobrevalorado de manera excesiva. Gran entrada para un gran disco.

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  8. A ver si me leo el libro, Agente. La verdad es que estamos ante un disco excepcional.

    Gracias, Eric. Yo, al menos, sí lo considero el mejor de aquella época.

    Saludos.

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