jueves, 12 de abril de 2018

Arty Party


Hablar de Schwarz tras veinte años de carrera sigue haciendo aparecer al osado de turno como miembro de algún club de connaisseurs y sibaritas que trata de arcanos musicales a los que el vulgar público no puede tener acceso y solo los hermeneutas elegidos pueden analizar. Cierto que el sonido de los murcianos no es apto para todo el mundo, pero su cruce de pop y krautrock sí que debería acercarles a un potencial oyente que escucha grupos de vanguardia provenientes de Estados Unidos, Francia o Alemania sin problema alguno.


Tomando prestadas a Pablo Picasso Las señoritas de Aviñón para la portada —debidamente transformadas por Suloca en pop art—, el Arty Party (2004) del título del quinto disco de Schwarz (contando el compartido con Manta Ray) es la invitación a una fiesta la mar de lúcida y gozosa que bromea con el elemento esnob que acompaña a cualquier arte experimental alejado de los mundanos gustos del pueblo trabajador. Kraftwerk, Neu!, Brian Eno, Sonic Youth, Hüsker Dü, Pixies, Teenage Fanclub, Belle And Sebastian o Spacemen 3 (la canción Specimen 3 hace un juego de palabras con su nombre) son algunas de las influencias que se desprenden del álbum, aunque el trío español tiene a las alturas de su publicación unas maneras y unas capacidades propias, contrastadas por Heptágono y Cheesy en lo que va de siglo. Diez temas de cariz mayoritariamente instrumental que adquieren su carácter más extremo en los extensas Droning Forever y Psychotic Hypnotic, si bien cualquiera de ellos destaca por su calidad y belleza. Es, pues, el conjunto lo que da a Arty Party su enorme atractivo y categoría sobresaliente, texturas y atmósferas cimentadas en ese empeño europeo, en general, y germano, en concreto, de dar con una visión del rock and roll diferente y alejada de la idea norteamericana y predominante del mismo. Empeño nacido a finales de los sesenta en busca de unas señas de identidad que inficionasen la música popular con las músicas más radicales, ambiciosas y anticomerciales de uno y otro continente, ya fueran o no del ámbito culto. En esa línea y en esa tradición se inscribe la obra de una banda como Schwarz y su excelente Arty Party, parte de una discografía repleta de interés y sostén de unos directos espectaculares de las que ya no podremos disfrutar debido a la reciente desaparición del grupo. Dos décadas muy bien aprovechadas pero muy poco conocidas y divulgadas. Por desgracia, el ruido mediático ha sido para otros.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado eso de la infición de la música popular... Voy a ponerme ahora algo de Spacemen 3, se que aparecerá Schwarz.

    Abrazos,
    JdG

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  2. Seguro que aparece, Javier. Grupo este, Schwarz, que sería muy de tu cuerda.

    Abrazos.

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