miércoles, 4 de abril de 2018

Mil Maravillas


Los perros comiendo
tu carne muerta y violada
no pueden ocultar
tu sonrisa previa al alzamiento.

La violencia cobarde
contra tu cuerpo de niña
no nos hace olvidar
tu infancia en Larraga.

Las décadas de oscuridad
y de silencio cómplice
no han dejado de amplificar
el sonido de tu recuerdo.

Y tu nombre —Maravillas—
trae el eco del horror y la ignominia,
pero también el de la paz,
el futuro y la esperanza.

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