miércoles, 27 de noviembre de 2019

Viento bravo


Su doble y homónimo álbum de presentación fue la sensación musical de 2016, soberbio mejunje sonoro en el que, entre el space rock y el flamenco, se daba cabida a toda una serie de texturas difíciles de encajar en escalas y estilos, pues a eso precisamente jugaba Melange. Viento Bravo venía a confirmar un año después la heterodoxia de la banda madrileña, enemiga del anquilosamiento al que el rock (léase como concepto lato) viene siendo sometido hace años. No es que el disco traiga en sí grandes sorpresas o novedades (salvo la corroboración en el estudio de la transformación del cuarteto en quinteto, pues Sergio Ceballos ya era miembro del grupo sobre las tablas y en local de ensayo aunque no hubiera participado en la grabación de Melange), sino el afianzamiento de un discurso y unas coordenadas mediante canciones magníficas interpretadas con una clase sobresaliente. Río revuelto, la primera de ellas y soberbia apertura, sí vislumbra una mayor inmediatez en un tema que tiene bossa nova, power pop y rock progresivo en su interior; inmediatez que se traslada a composiciones como Ruinas o Armas preparadas (inspirada ésta en la famosa Comuna de París), donde se hallan otras trazas sin que el conjunto deje de sonar a Melange. Los espléndidos siete minutos y medio que, bajo el título de Splendor Solis, culminan el elepé pueden parecer, por su extensión, el reverso de los tres cortes comentados, pero su bossa nova progresiva (con aroma a Santana en su final acelerado) alimenta sus acordes y sus ritmos de la misma esencia que el resto del trabajo: la de un grupo de fortísima personalidad que gestiona las melodías y su instrumentación con una coherencia irreductible. No será Viento bravo tan exageradamente bueno y turgente como su debut, pero de que es un disco excelente no hay duda.

4 comentarios:

  1. Sin duda alguna comparto totalmente tu punto de vista sobre esta singularísima banda, junto a Mohama Saz una de las últimas grandes apuestas que nos ha dado el rock nacional. Un disco que gana con cada escucha, no deja de sorprender al oyente esa mezcla de estilos tan bien asimilados por el grupo. Recuerdo que compartimos la presentación del disco en el Joy Eslava, actuando el gran Javier Colís de telonero. Una jornada imborrable.
    Abrazos,

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  2. Dos grupazos ambos, Javier. No sé si tienes el primero, si no es así hazte también con él. Sí, recuerdo muy bien ese concierto, creo que en enero del año pasado. Y recuerdo, además, la pequeña charla que mantuvimos con Colis, en la que salió el nombre de Brian Eno.

    Abrazos.

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  3. Escuché el anterior por tí y ahora voy a hacer lo mismo con este viento bravo.

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