lunes, 15 de agosto de 2022

The Man Who Sold The World

Sin que Trevor Bolder se haya hecho todavía con el bajo (aquí se encarga el también productor Tony Visconti), la banda que acompañará a David Bowie en los primeros años de la década de 1970, y cuya cima será Ziggy Stardust, ya luce casi al completo en The Man Who Sold The World (1970), primera pieza de la esencial tetralogía que concluirá en Aladdin Sane. Bowie, Visconti, Mick Ronson y Mick Woodmansey van a dar un volantazo muy serio a la música del autor de Hunky Dory, grabando el más duro de sus álbumes.

The Width Of A Circle abre un abismo entre las maneras folk y psicodélicas de Space Oddity, anterior elepé de Bowie, y el plástico que encabeza, al desarrollar durante ocho minutos una pieza de hard rock progresivo cuyo sonido se halla en los antípodas del practicado hasta ese momento por el duque blanco. All The Madmen mantiene la distorsión de Ronson y la percusión nerviosa de Woodmansey tras una introducción acústica en la que ya escuchamos el sintetizador Moog de Ralph Mace, cuyas notas dan ese toque tan característico a la canción. Tanto en ella como en la siguiente Black Country Rock queda consignada la capacidad melódica de Bowie, las extraterrestres armonías vocales incluidas, que el rock duro no disuelve u oculta. After All entronca con Space Oddity reclamándose la parte diferenciada, aunque igual de válida, de la función. Running Gun Blues y Saviour Machine vuelven a las andadas eléctricas, si bien con un espíritu pop que desaparece en She Shook Me Cold, pues nunca estuvieron Bowie, Ronson y compañía tan cerca de Black Sabbath. Del acero rocker liderado por los punteos del guitarrista pasamos a la bellísima composición que da título a The Man Who Sold The World, penúltimo paso que rebaja la tensión y que tendrá una segunda vida de mano de Nirvana en los años noventa. The Supermen culmina el disco agarrándose a su tónica general: más hard rock, más coros y más Mick Ronson siendo clave en un trabajo espléndido algo relegado por las dos obras maestras que le seguirán. No hagan caso, este David Bowie es también imprescindible.


 

7 comentarios:

  1. Para un humilde servidor el disco más arriesgado y duro de Bowie en los 70, justo el que iniciaba la década.

    Abrazos.

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  2. El volantazo que da a su música y la potencia del plástico hace que tu afirmación no vaya desencaminada, Savoy.

    Un abrazo y a disfrutar de las vacaciones.

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    1. Pero si te das cuenta Gonzalo, aunque en este caso es un giro grande, siempre lo hacía en cada disco, no hay más que ver cómo vuelve a cambiar en Hunky Dory.

      Un abrazo y gracias.

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  3. Mi primera compra del Duque Blanco (el lp de portada "fea", la negra...) y seguramente el que más he escuchado. Pienso que es sin duda alguna su disco más roquero de entonces (creo recordar que es su segundo o tercer disco) y ese tono duro no creo que haya sido superado en posteriores grabaciones del artista. ¡Y menuda banda llevaba!
    Abrazos,

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  4. El más duro sin duda, solo Tin Machine recupera ese tono, Javier. La banda, un escándalo, preparada para grabar posteriormente "Hunky Dory", "Ziggy Stardust" y "Aladdin Sane", ahí es nada.

    Un abrazo.

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  5. Siempre me pareció que este disco está a la altura del resto de la etapa marciana, más duro y en cierto modo mas afín a mis gustos generales.
    Un abrazo.

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  6. A mí me parece una gran disco, pero no tan bueno como "Ziggy Stardust".

    Un abrazo, Jorge.

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