Dejó escrita Ernesto Sábato una obviedad que, a veces, se nos olvida: nada tiene que ver la calidad de una obra con el éxito cosechado por la misma. Y no para defender que existan patrones objetivos y universales que la definan, sino para aclarar que es de necios utilizar como criterio lo que no es más que un dato que funciona a la manera de prejuicio (se esté con la mayoría o la minoría). Lo mismo podemos decir de la manida y agotadora división —por no ser groseros y llamarla asquerosa— entre arte culto y popular, mero parapeto para olvidarse de lo fundamental: la emoción que se transmite mediante el uso de la técnicas que el creador dispone y moldea según sus capacidades o intenciones.
Con el propósito de derribar estas barreras —construidas por la estupidez humana—, traemos hoy a Ragged Glory Live At The Harlem Square Club, 1963. One Night Stand, el mítico disco en vivo de Sam Cooke, que, aunque publicado en 1985, nos retrotrae a Miami hace exactamente medio siglo. La calidez y
cercanía de Sam Cooke sobre las tablas no oculta a un artista tan
refinado como en el estudio pero mucho más poderoso, una faceta del vocalista que gracias a esta grabación conocemos en todo su lustre. Porque no hace falta ser el más cultivado de los estetas para quedar atrapado por este alubión de sensaciones que Cooke y su banda nos hacen llegar delante de un público (entregado es poco) que se funde con el cantante y los músicos. Vocablos como "comercial" o su (teórico) antónimo "independiente" se derriten hasta desaparecer, al igual que la audiencia, en la distancia que va de ella al escenario y viceversa. Del micro y los instrumentos sale arte tan estremecedor y desbordante como el de la Música para cuerda, percusión y celesta de Bartók o la Quinta Sinfonía de Beethoven, asumiendo diferencias culturales y de procedimiento, pero no de valor estético. La relación entre los recursos manejados y los resultados obtenidos es inmejorable, y del concierto poco más se puede decir que es perfecto en su totalidad; lo cual no es óbice para que exprese mi debilidad por la cara B del elepé, cuyas sucesivas Somebody Have Mercy, Bring It On Home To Me, Nothing Can Change This Love y Having A Party ponen mi vello de punta. Al igual que se le pondrá, espero, a quien se acerque por primera vez a esta joya de los años sesenta… u ochenta. Tan necesaria como Pet Sounds o Songs The Lord Taught Us, digamos, sean ustedes de una u otra década, y por si acaso todavía queda algún incauto sin escuchar (si es posible la primera mezcla en vinilo) a Sam Cooke en el Harlem Square Club. En directo y sin trampas, por supuesto.
No estoy muy puesto en el soul. Se que algun dia me tendré que meter en serio. De todos modos, tengo algunos discos básicos (Gaye, Redding, Wonder), y entre ellos este. Creo que Sam Cooke es el mejor. Obra maestra.
ResponderEliminarSabes, lo repito mucho, pero siempre digo que un buen rockero debe de vez desengrasar de vez en cuando con el soul. Me tomo al pie de la letra mis palabras y con cierta frecuencia me sumerjo entre los dioses negros, y Sam Cook es uno de mis predilectos. Acomodado a mis oídos ya desde pequeño, siento una especial debilidad por él. En el caso que nos ocupa, ese directo de Harlem, pues canela en rama querido Gonzalo, nada mediocre ni descartable, como todo lo que hizo este hombre. Por cierto, maravillosa tu entrada.
ResponderEliminarAbrazos.
Me sumo a Blue Monday, soul is the answer y maravillosísima entrada: sin complejos, esto es una obra maestra de ir sin frenos en expresión artistica real, en realidad es punk porque es raw gospel demostrando Sam que era capaz de ser Sinatra y de set tan crudo como James Brown. Se le prodrían hacer hasta poesias a esta rodaja de verdad y tendría que estudiarse en las escuelas para que la gente fuera menos mala de mayor. Un abrazo Gonzalo, fue tan fantástico conocerte en Madrid!
ResponderEliminarDiscazo absoluto, bandolero. Una curiosa conexión sideral nos hace elevar a lo más alto juntos en el día de la fecha al Sr.Cooke. Abrazos.
ResponderEliminarDentro del soul tengo una debilidad, y esa debilidad se llama Sam Cooke. Ese estilo, esa clase y esa forma de cantar eran únicas. No solo uno de los mejores cantantes de soul para mí, sino uno de los mejores cantantes en general que ha habido nunca.
ResponderEliminarEste concierto es maravilloso, gracias por traerlo al recuerdo.
un saludo.
¿Ernesto Sábato en una entrada sobre Sam cooke? Siiiii, esto es Ragged Glory jejeje
ResponderEliminarDescomunal disco, me agoto -en el buen sentido- cada vez que lo pongo; esa "Bring It On Home" con su 'speech' inicial...brrrr
Un abrazo.
Palabras mayores, amigo! Uno de los directos más mítiocs de la historia en dura competencia con el "Live at the Apolo" de James Brown.
ResponderEliminarEsto es magia y punto.
Saludos.
Sí, de acuerdo que con el Apollo de Mr.Dynamite, el directo en el Harlem de Cooke son los dos grandes pepinos en vivo de la música soul. Además, Mr. Soul nació en Clarksdale, allí donde se cruzaron los caminos de Robert Johnson y Bob Dylan.
ResponderEliminarUna auténtica fiesta. Ya no se hacen conciertos como aquellos.
Saludos,
JdG
Mi grabación en directo favorita hasta el fin de los tiempos. Sin más. Y qué entradote a juego Gonzalo !. Recuerdo cuando lo trajo mi hermano mayor a casa y cuando se marchaba a lo suyo (pues tenía sus discos vetados) lo ponía compulsivamente en el tocata, ya con apenas once o doce años y para esuchar hasta la extenuación la irrepetible voz del Gran Sam... Toda una love story lo mio con este trabajo ya te digo, y realmente parece que este espacio se ha propuesto comprobar definitivamente si los aplausos son infinitos o se acaban alguna vez... Chapeau, one more time, y abrazo guzzero.
ResponderEliminarTampoco yo soy un gran experto, como el amigo Joserra, Mansion. Los artistas que citas son buenísimos, por supuesto, pero Sam Cooke es el dios del asunto.
ResponderEliminarGracias por lo de la entrada, Blue. El soul, observando su idiosincrasia, es, al fin y al cabo, parte del rock and roll. Si te gustan Elvis, Buddy Holly o los Stones, ¿cómo no vas a disfrutar de Sam Cooke o Aretha Franklin?
Gracias a ti también, Joserra. Raw gospel, sí señor. Claro que debería estudiarse, porque es música clásica, arte absoluto.
Conexiones bandoleras, querido Johnny. En lo más alto se queda el genio.
Sí, animal, es uno de los grandes cantantes de todo tiempo y estilo. Un placer recordar este disco.
Todo puede ser en Ragged Glory, je je je, pero cabal, ¿eh? A mí me pasa igual, Agente, según lo voy escuchando me entra una especie de ansiedad y el placer se dispara. Porque, como obra enorme que es, nos recuerda que somos finitos.
Recuerdo tu entrada acerca del directo de James Brown, Rockland. Dos de los lives más extraordinarios de siempre.
Abrazos para todos y gracias por pasaros por aquí.
Cooke, Brown, Johnson, Dylan: estremece leer juntos nombres tan egregios, Javier. Conciertos así son difíciles de repetir, aunque el del sábado pasado de Sex Museum fue sobresaliente (salvando las distancias, si hace falta).
ResponderEliminarMuchas gracias, Guzz. Ya sabía que era tu directo favorito, ahora que lo pienso tenía que haberte dedicado la entrada. Este disco lo tengo en vinilo desde hace más de veinte años y, por algún milagro, se ha deteriorado menos que otros elepés.
Abrazos.
Disco mágico, uno de los mejores directos que ha sido grabado para mayor gloria del soul...Grandioso!!!
ResponderEliminarAbrazos.
Guau, vaya pieza! Fue lo primero que escuché de Sam Cooke, y, como comprenderás, me fue -me es- muy difícil enfrentarme a su faceta de estudio, la oficial, la que las discográficas explotaron, de 'crooner negro', sabiendo que existe un pedazo de dinamita del calibre de 'Live at the Harlem Square Club'.
ResponderEliminarRock-On!
Aquí no hay disidencia posible, Addison. ¡Obra magna!
ResponderEliminarTambién fue mi primer disco de Cooke, Tyla, pero en estudio me gusta mucho. Comprendo lo que dices, de todos modos; es como escuchar los mejores discos de Iggy Pop en solitario conociendo a los Stooges. A propósito: no sabes qué pezado de concierto la semana pasada de Sex Museum.
Un abrazo para los dos.
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A mi me parece un discazo, y, claro menudo año, 1963, estudiado a fondo por el bandolero Johnny.
ResponderEliminarSam Cooke era un voz antológica del soul, y todos los que habeis oído soul sabéis que este hombre era un privilegiado, lástima que le iban mucho las faldas, y eso le costó la vida, a parte del racismo de aquellos años.
Un abrazo.
Una voz única, Savoy. Una pena que muriera tan joven, sí, y en circunstancias tan terribles.
ResponderEliminarUn abrazo, camarada.