lunes, 10 de junio de 2013
If You Want Blood You've Got It
Disparados hacia el infinito: así estaban Bon Scott, los hermanos Young, Phil Rudd y el nuevo bajista, Cliff Williams, en 1978. En unos pocos años habían creado y consolidado un estilo único y perfecto que se reflejaba en los discos de estudio y en unos conciertos que se servían de aquéllos para interpretar ante la audiencia con mayor ferocidad un repertorio que en nada envidiaba ya al de su maestro Chuck Berry. Extraído mayormente de una actuación en Glasgow previa, si no me equivoco, al lanzamiento de Powerage, If You Want Blood You've Got It presenta a AC/DC dando lo mejor de sí sobre el escenario. Las canciones —diez joyas— no varían de sus versiones originales, pero denotan la fricción del público y el directo. El grupo lleva el rock and roll a lo más alto, pues repite y amplifica el ritual de renovación sin adulterio expuesto en los elepés sobre el lugar más preciso para hacerlo: las tablas. Sin embargo, la voz de Scott y la guitarra de Angus Young —ésa que le atraviesa en la portada— son protagonistas inevitables e indiscutibles, y lo que el en resto de la banda es maestría en ellas es genio: el de unos propietarios que no parecen nacidos para la música del diablo, sino que ésta hubiera nacido para que ellos la interpretaran. Los tres minutos y pico finales de Rocker, a pesar de haber sido mutilada, epitoman todo lo dicho en un solo tema. Soberbios y salvajes, los solos de Young confirman en notas las palabras chulescas de Bon Scott que atraviesan el micrófono: "I'm a rocker". No, Bon, no: no eres un roquero, eres el roquero, y base y guitarra rítmicas no pueden pasar de ser fámulos —dignos, admirables y necesarios, por supuesto— de la majestad que detentas junto a Angus. Pena que murieras y ésta se redujera al cincuenta por ciento; en 1978 todavía estaba intacta, y así nos llega desde Escocia en If You Want Blood You've Got It. Sangre fresca (sigue siendo).
AC/DC es y será una banda de culto, pero la fuerza que imprimía Scott no es fácil de superar, casi casi han llegado a ser lo que fueron por aquel entonces.
ResponderEliminarUn testimonio de poder acongojante por parte de una banda en estado de gracia.
ResponderEliminarCuándo veo portadas como ésta lo tengo claro: ¿Cómo tener 15 (o 16,17,18...) años y poder sustraerse a algo así? A cubiertas de ese calibre, que encerraban un contenido tan poderoso... Es lo que tienen bandas como Ramones, Thin Lizzy, Motorhead o los mismos AC/DC, una perfecta relación continente-contenido que no veo en ninguna banda actual.
Vaya divagación más rara me ha salido.
Gran artículo, Rock-On!
Ahora que no nos escucha nadie Gonzalo..., me da vergüenza decirlo pero tengo dos asignaturas pendientes, que pesan como una losa. Y comienzan y terminan con el abecedario. De la A, no tengo nada de AC/DC, y de la Z, solo el "Joe´s Garage, Vol I" de Zappa.
ResponderEliminarAdmito castigos (no corporales), galeras, exilios, te puedes borrar de mi blog, si quieres.
Mil perdones,
JdG
Éste disco es una joyaca auténtica, demuestra como sonaba la banda en su mejor momento con Bon Scott, el previo perfecto a Highway to hell.
ResponderEliminarLo que no me explico es como el amigo Javier no tiene discos de AC/DC... sacrílego!!! A galeras a remar...
Un abrazo.
Con Scott, AC/DC es un grupo insuperable, Sergio.
ResponderEliminarDivagación que entiendo y comparto, Tyla. Gracias por lo del artículo, maestro.
No te mandaré rezar un ave María, Javier, sino que, con la letra H, escuches "Highway To Hell" y "Hot Rats", y algún día los podamos ver en tu blog comentados.
Ya lo va a arreglar Javier, Savoy, je je je. Una joya de una banda habitual en tus gloriosas pinchadas.
Abrazos para los cuatro.
Angus!!!!, Nahnahnahnahna-nah-nah-nah-nah!, Angus!!!!
ResponderEliminarHola!! Por fin me paso por tu casa, querido colega. Es curioso, pero cuando he visto la foto de tu post en mi 'blogroll' me he lanzado directamente a por tu entrada sobre un disco tan ACOJONANTE. Hace demasiado tiempo que no lo escucho pero un artefacto que ya sonaba al frenético y sucio "Powerage" no podía salirles mal. Recuerdo crudeza, inmediatez, rock'n'roll guarrísimo y desenfrenado y avenidas de Valencia en coche y con las ventanillas completamente bajadas para dar 'la nueva'.
ResponderEliminarEn mi humilde opinión uno de los mejores directos de la historia del rock. Captura sin fisuras la esencia de la banda en los tiempos de Bon Scott y además tiene un sonido fabuloso teniendo en cuenta los medios con los que se grabó. Indispensable para hacernos una idea de como debía ser un concierto de aquellos. La versión del "Let There Be Rock" es estratosférica.
ResponderEliminarGenial entrada, like always Gonzalo.
Abrazos.
El otro día precisamente estaba hablando de este disco y sobre todo del período Bon Scott entre cervezas. Comentábamos unos amiguetes la grandeza de ese período, a años luz (para mí) del de Brian Johnson, y se dijo que la guinda en directo era el que posteas. Sangre fresaca, tú si que sabes.
ResponderEliminar¡Larga vida al Agente Angus!
ResponderEliminarPues sé bienvenido, Pupilo. Imposible que saliera mal, claro, aquella ceremonia del diablo.
Estamos de acuerdo, Blue. Gracias por lo de la entrada: lo intentamos.
A años luz excepto "Back In Black" y los primeros años en directo con Johnson. Si le ves en directo al principio, el tipo se salía. Sangre muy fresca es la que beberemos en Frías a tu salud, Johnny.
Abrazos para todos.
Discazo!!
ResponderEliminarMuy buena la pagina. Pasa por la nuestra, hacemos revisiones de discos: http://persimusic.com/
Saludos!
Me paso, Persy.
ResponderEliminarUn abrazo.