domingo, 2 de noviembre de 2014
The Dave Brubeck Quartet In Europe
Proveniente de un concierto ofrecido en Copenhague el 5 de marzo de 1958, The Dave Brubeck Quartet In Europe da fe de la destreza y la profesionalidad en vivo del mismo cuarteto que —un año después— grabará el esencial Time Out. Una pequeña introducción da paso a un tema de Frank Loesser perfecto para la ocasión, Wonderful Copenhagen, en el que el saxo alto de Paul Desmond y el piano de Dave Brubeck presentan breves pero aclaratorias credenciales. My One Bad Habit Is Falling In Love es una composición de Brubeck en la que el pianista, apoyado por Joe Morello y Eugene Wright (batería y contrabajo respectivamente), describe entre melancólico e irónico los peligros del amor. Los diez minutos largos de Tangerine, clásico de Johnny Mercer y Victor Schertzinger, son quizá lo mejor del elepé gracias a las extensas improvisaciones de Desmond y Brubeck, flirteando éste con la atonalidad al explorar las teclas graves de su instrumento. The Wright Groove lleva el nombre de su autor y, en consecuencia, es protagonizado por su contrabajo, recibiendo notables respuestas de Paul Desmond y el líder del cuarteto. Vuelve el amor a adueñarse de la función con Like Someone In Love (Johnny Burke, Jimmy Van Heusen), de hermosas y contenidas intervenciones de Desmond y Brubeck y delicado lecho de la base rítmica. Watusi Drums, segundo corte escrito por Dave Brubeck, se encarga de cerrar el álbum en clave rítmica, como adelanta su título, para que Joe Morello puede exhibir sus habilidades mediante un buen y trabajado solo de batería, si bien alejado de la línea de percusión que Morello había llevado hasta ese momento. No hay reproche en lo que digo ni incoherencia en el grupo, sencillamente un cambio de registro que no rebaja la nota media —pero que tampoco la sube— de este recomendable directo de un cuarteto tan sabio y elegante como el de Dave Brubeck. En Europa, como en casa.
Tomo nota, ahora que me introduzco en un espacio puramente otoñal, rodeado por brumas bajas y colores cobrizos. Seguro que será una compañía ideal, y hará huella perenne para el próximo futuro.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Perfecto para estos días en tierras norteñas, Javier. Goza de tu libertad y, si puedes, también de Brubeck.
ResponderEliminarUn abrazo.