sábado, 20 de diciembre de 2014
Kick Out The Jams
Puede parecer gratuito y hasta cansino llorar constantemente los tiempos pasados en detrimento del presente, pero cuando vamos a escribir sobre el debut de los MC5 no queda otro remedio. "Fuimos Punk antes del Punk. Fuimos New Wave antes de la New Wave. Fuimos Metal antes del Metal. Fuimos incluso "M.C." antes que Hammer", escribía cabal y lleno de sentido del humor Rob Tyner en 1991 —poco antes de morir— para la reedición del álbum. Escuchar a los MC5 en directo en el Grande Ballroom de su ciudad —un edificio hoy abandonado que bien podría simbolizar la actual bancarrota de Detroit— en octubre de 1968 es acudir a la biblia del high energy rock and roll y sentir cómo la música del diablo alcanzaba cotas máximas de electricidad y creatividad que tanto debían a los ritmos primigenios de Little Richard, Chuck Berry o Bo Diddley como al free jazz de Ornette Coleman, John Coltrane o Archie Shepp.
Así es. En Kick Out The Jams (1969) el escenario es tomado por asalto, pero en realidad —tal es su poder— bien podría ser el mundo lo que quiere fagocitar la banda. La arenga revolucionaria —censurada en diferentes ediciones del elepé— que precede a la versión de Ramblin' Rose —añadiendo distorsión y crudeza a la lectura que a su vez hiciera Jerry Lee Lewis— prende la mecha que arde cuando los instrumentos toman la palabra. Las guitarras de Sonic Smith y Wayne Kramer, la voz de Tyner, el bajo de Mike Davis y la batería de Dennis Thompson son un torbellino de pasión y actitud del que mamarán —de Blue Öyster Cult y Dictators a Union Carbide Productions y Hellacopters— miles de grupos en el futuro. Kick Out The Jams, la canción, es desde su nacimiento un clásico arrebatador, interpretado por los Cinco con la energía del que se sabe poseedor de la verdad; energía que en Come Together (nada que ver con el tema de los Beatles), Rocket Reducer No. 62 (Rama Lama Fa Fa Fa) y Borderline se multiplica (si eso es posible), esparciéndose por las tablas hasta llegar al público en forma de aluvión eléctrico que noquea los sentidos. Motor City Is Burning se apropia de un blues de Al Smith que, cual lava sónica, va arrasando el terreno al expandirse. I Want You Right Now es puro poder falocrático, violencia rocker para dominar el original de Colin Frechter y Larry Page y cantar con feroz autoridad "¡Te quiero ya mismo!". Acreditada a MC5 y Sun Ra, Starship puede verse como hipérbole de lo ofrecido, si bien el extenso garabato noise que manda en el tema muestra el lado más vanguardista de la banda. Sus ocho minutos largos, eso sí, confirman la belleza áspera y radical de todo el elepé, capaz de recoger la esencia rompedora y en vivo de los Cinco de Detroit. La que nos sigue gritando "Kick out the jams, motherfuckers!" para recordarnos unos tiempos en los que un quinteto armado de sus instrumentos tenía posibilidades de cambiar la sociedad en la que vivía. O así lo hacía creer.
Bueno, al final, si nos atenemos al rol que, dicen, reservaban a las mujeres en la comuna, lo de revolucionarios puede que debamos entrecomillarlo. Pero su música, ay, su música: "lava sónica", perfecta imagen para un disco (y una banda) que servidor descubrió a la par que Raw Power. Imagínate qué audiciones....
ResponderEliminarRama Lama Fa Fa Fa!!!!!!!!!!
Recuerdo que a principios de los 70, Radio 2 (la Radio 3 de entonces) tenía un programa vespertino (no recuerdo el nombre) cuya sintonía de entrada era el "Motor City Is Burning". Era el programa más bronca de todos los que componían la programación diaria de Radio 2 (RNE). Oír el bajo de entrada y las primeras palabras de Rob te trasladaban a barricadas imaginarias, donde todo tipo de revolución utópica podía tener cabida. Creo que por las actuales circunstancias, si cabe, el "Kick Out The Jams" sigue estando más vigente que nunca, tanto musical como ideológicamente.
ResponderEliminarFuerte abrazo,
JdG
Fenomenal texto para tan inolvidable cañonazo, uno de los más intocables paradigmas de lo exhausto en esto del rocanrol, en verdad. Además ese inicio con el "moderfaquers"... Y me agrada que como ocurre con Stooges (o en grado sumo con la posterior familia ramonera) el sentir colectivo reconoce su importancia en la historia aunque sea via t-shirts... Sí, una parida (y sin entrar que a veces ves a personal del que, ciertamente, dudas sepan que llevan realmente impreso), pero "lo llevan" qué cojones... Vestigio de que una vez esta gente horadó el planeta y con una pasión y potencia del que, por suerte, no nos hemos recuperado plenamente. Y a mi me gustan los tres la de dios, ojo, pero este... es este, vaya. Abrazo guzzero de la más alta y necesaria energía proto-punk habida Gonzalo !
ResponderEliminar¿"Raw Power" y "Kick Out The Jams" todo en uno? Como meter los dedos en el enchufe, Agente.
ResponderEliminarMenudo programa, Javier; menos mal que los censores no sabían inglés (ni nada). Con todas sus contradicciones, "Kick Out The Jams" sigue muy vigente.
Gracias, Guzz. Quizá mi favorito sea "High Time", pero el primero es esencial. En cuanto a lo de las camisetas, mira. En mi último trabajo entró una chica que llevaba una camiseta de Jimi Hendrix. Cuando se lo dije y le pregunté cuál era su disco favorito del zurdo eléctrico, me dijo que apenas conocía su música. Todo fachada.
Abrazos.
Un pelotazo que enciende sangre y pone sentidos en estado de alerta, una ralla de polvora a punto de ser esnifada por un dragón...treemendo!!!
ResponderEliminarAbrazo.
… ¡Y el dragón sale a escena, Addi!
ResponderEliminarUn abrazo.
Resulta increíble que semejante -permítaseme el palabro- Gonzalada de album no éstuviese reseñado en ésta bendita casa hasta el día de hoy.
ResponderEliminarSeminal, mítico, fundacional... Todo lo que apunte habrá sido dicho una y mil veces al respecto. Su categoría es sencillamente innegociable, aunque confieso que en repesques caseros tiro más por los otros dos, que me parecen más 'accesibles' y tal.
Veo que mantienes tu pluma en forma, lo que me congratula.
Rock-On!
"Gonzalada" es un buen término para hablar del debut de MC5, ja ja ja ja. Innegociable, por supuesto. Y gracias por lo de la pluma (a pesar de la anfibiología, je je je).
ResponderEliminarUn abrazo, Tyla.