lunes, 16 de febrero de 2015
American Stars 'N Bars
Ser portador de Like A Hurricane funciona cual bula pontificia, así que American Stars 'N Bars goza de una prerrogativa que pocos elepés poseen: el que un solo tema sirva como metonimia del conjunto y justifique la publicación y la bendición —siguiendo con la comparación religiosa— de un disco sea cual sea el material que a aquél acompañe. Así es: decir Like A Hurricane es decir American Stars 'N Bars y decir American Stars 'N Bars es decir Like A Hurricane. ¿Significa esto que el resto de canciones carecen de interés? Ni mucho menos: significa que ante una de las composiciones más hermosas de todos los tiempos —glorificada mediante la hipérbole más justificada por el compañero, amigo y maestro Johhny—, las que con ella comparten espacio agachan la cerviz (sin por ello renunciar a sus cualidades). Veamos.
American Stars 'N Bars (1977) se divide en cuatro partes correspondientes a las diferentes fechas en que los nueve cortes que contiene son grabados. Los cinco primeros provienen de abril del año de su publicación, y en ellos Neil Young es acompañado por Crazy Horse, la steel guitar de Ben Keith, el violín de Carole Mayedo y los coros de Nicolette Larson y Linda Ronstadt. This Old Country Waltz, Saddle Up The Palomino, Hey Babe y Hold Back The Tears escenifican un country rock realmente apreciable, en el que se puede rastrear con facilidad el folclor europeo y norteamericano que lo alimenta y que, asimismo, alimenta al autor canadiense; mientras que Bite The Bullet guarda una de esas raciones de electricidad —tan necesarias como el aire— que Young, Frank Sampedro, Billy Talbot y Ralph Molina nos sirven calóricas y nutritivas.
Registrada en noviembre de 1974, Star Of Bethlehem iba a formar parte de dos trabajos que no vieron la luz, Homegrown y Chrome Dreams. También emparentada con el country, la canción debe su linda interpretación a la voz, la guitarra acústica y la armónica de Neil Young, las impagables cuerdas vocales de Emmylou Harris, el dobro y los coros de Ben Keith, el bajo de Tim Drummond y la batería de Karl T. Himmel.
Igualmente destinados a Chrome Dreams (junto con el mencionado Hold Back The Tears), los tres temas que completan el álbum son bien diferentes. Will To Love (mayo de 1976) es un experimento de siete minutos en el que Young adorna una preciosa canción acústica con diversos ruidos de fondo, teclas que van y vienen (tonales o atonales) y unos segundos de batería.
Like A Hurricane es una de las cumbres de Neil Young y Crazy Horse y de la música popular en su conjunto. El autor de Ragged Glory hace llorar a su guitarra y desangra emocionalmente al oyente fielmente escudado por el órgano de Sampedro ("stringman" según los créditos), el bajo de Billy Talbot y la batería de Ralph Molina. Clásico de su repertorio desde 1977, aunque grabado en noviembre de 1975, sus ocho minutos y veinte segundos originales se alargarán hasta el infinito en directo, logrando interpretaciones tan memorables como las ofrecidas en Live Rust y Weld. En contraposición, los dos minutos largos de Homegrown (que, asimismo, hubiese dado nombre al mencionado y homónimo elepé) —idénticos fecha e intérpretes, si bien Sampedro maneja la guitarra— se hacen poca cosa a pesar de no estar nada mal. Punto y final, sea como fuere, de un elepé y nueve canciones condicionadas por una que no admite contestación o réplica, tal es su extrema, radical belleza. Like A Hurricane en American Stars 'N Bars. O viceversa.
Que completa recración del nacimiento de este álbum, me aclaras un poco la historia de ese disco fantasma que es Chrome Dreams, ademas como dices el Huracan es lo que su nombre indica trasladado a la música pero el resto es canela fina, el set country considero mas que notable y el momento electrico (ciertamente necesario) de Bite the Bullet regenerador, un discazo del que ahora se un poco mas, y que ademas acabo de adquirir en vinilo a muy buen precio.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Gonzalo.
Pues sí, la presencia de un tema de la altura de Like A Hurricane condiciona por si sola la apreciación del disco que la contenga (y condicionaría a su vez la carrera entera de su autor... si este no fuera Neil Young, claro) pero el set country en particular tiene momentos preciosos.
ResponderEliminarUn abrazo, Gonzalo.
Me alegra servir de ayuda, Addison. El set country es muy bueno, claro, lo que pasa es que "Hurricane" puede con todo. ¡A disfrutar de ese vinilo!
ResponderEliminarEstamos muy de acuerdo, Agente.
Abrazos para los dos.
Muy ilustrativa la explicación en cuanto a la génesis del álbum, Gonzálo. Un gran disco, con grandes canciones como Hold Back The Tears o The Old Country Waltz, en las que brillan sobremanera las colaboraciones de Ronstadt y Ben Keith a la steel guitar; aunque contar con Like a Hurricane entre los créditos logre eclipsarlas en cierto modo.
ResponderEliminarPor cierto, aunque no tiene que ver con esta entrada, me encantó Being There.
Un abrazo.
"Hold Back The Tears", en concreto, me encanta, Aurelio. Me alegra que te gustara el disco de Wilco, pero no me extraña nada conociendo tus preferencias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué buen post, hermano. Este disco es mucho más que el "Like a hurricane" que evidente y lógicamente es un peso pesado. Probablemente mi álbum preferido del más grande. Se dice pronto. Abrazo.
ResponderEliminarAdoro este disco Gonzalo y , para mi, Like a Hurricane no sólo son las Maninas de Shakey sino uno de mis 10 cnaciones favoritas de todos los tiempos. Creo que es uno de los ejemplos de un alma desnuda en electricidad ( vamos que a esa canción le he hecho hasta entradas para ella sola) pero el resto es genial. Adoro ese disco, lo repito y adoro tus "sonetos" sobre POMs.
ResponderEliminarPor cierto, a mi LAH me recuerda más a Love Supreme que a cualquier otra cosa, una confesión sublime. En Dylan algo así lo tenemos en Every grain Of Sand o Dignity, cosas que se escapan al genio de sus propios autores.
ResponderEliminar"Hurricane" se come al resto del disco en mi opinión, a pesar de sus mencionadas bondades. Yo prefiero varios elepés de Young antes que éste, Johnny. Gracias por lo de la entrada, brother.
ResponderEliminarEs una canción escalofriante, Joserra, también su letra. "Alma desnuda en electricidad", eso es. Las comparación con Coltrane y Dylan viene muy a cuento: el genio empieza a volar sin saber adónde llegará y aterriza en cimas sublimes.
Abrazos.
Le tengo cariño a este disco. Por la portada, una de las mejores del canadiense y que refleja creo muy bien su época de desmadre alcohólico. Por las canciones, particularmente LAH y Hey Babe. El album no está previamente aprisionado por la grandeza de todas las canciones. Precisamente esa falta en muchas de ellas del conocimiento y éxito más general le da al disco un plus de originalidad, como si te sorprendiera cada vez que lo escuchas, al ser realmente nueva cada audición. Es un album que permite ser descubierto en cada momento.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Es sin duda, un disco marcado por Like a hurricane, eso es evidente, pero el resto del álbum no está para nada mal, de hecho a mi me gusta bastante y gana con las escuchas. No es mi preferido de Tito Neil, pero un disco que tiene esa joya de tema... son palabras mayores. Me ha gustado la explicación de la creación de los temas y sus fechas.
ResponderEliminarAbrazos.
Muy explícita la portada, cierto, Javier. A pesar de llevar dentro "Hurricane" nunca ha sido el de las barras y estrellas un disco muy famoso, pero merece mucho la pena.
ResponderEliminarCreo que a todos nos fascina "Huricane", Savoy. Es un disco que nace de proyectos que no ven la luz, hecho de retales, pero muy bueno.
Abrazos.
Llevo un huevo de tiempo detrás de este disco. LA CANCIÓN la tengo en cinta y eso, pero no es lo mismo :)
ResponderEliminar¡Abrazos!
Pues hazte con él, Víctor Hugo.
ResponderEliminarUn abrazo.