domingo, 15 de marzo de 2015
Grand Unifying Theory
Veterano de batallas antípodas libradas a favor del bourbon y la ciencia, la lucha de Kim Salmon en este siglo sigue siendo la del francotirador que, atado a determinadas influencias, las expulsa con la máxima de las libertades posibles a un espacio visceral muy difícil de compartir. Resucitando a su grupo Kim Salmon & The Surrealists y utilizando técnicas de corta y pega ya usadas por otros (Can, Miles Davis…) y por él mismo, el músico australiano entrega un espléndido collage en el que kraut, high energy, funk, psicodelia, hardcore, progresivo y jazz son herramientas que el trío maneja para llevar a cabo su propio viaje científico-artístico. Como portada y título establecen, Grand Unifying Theory (2010) recoge exploraciones cuánticas del grupo grabadas en directo en el estudio en septiembre de 2008 y febrero del año siguiente. Kim Salmon (guitarra y voz), Phil Collings (batería) y Stu Thomas (bajo) liberan energía en forma de notas y sonidos y Michael Stranges se encarga de registrarla, además de tocar la percusión adicional que escuchamos. Si el prensado definitivo del elepé —tras la selección previa del material— da con una primera cara de siete canciones de duración convencional (no así su contenido y estructura), la otra mitad del vinilo expurga cualquier atisbo de normalidad mediante una extensa pieza de free form rock (dividida en dos partes sin solución de continuidad: Grand Unifying Theory I y Grand Unifying Theory II)) que insiste a su manera en esa (sana) tradición improvisadora que va de Amon Düül II y la Velvet Underground a Godspeed You! Black Emperor y Acid Mothers Temple —por ejemplo—, y que necesita del oyente abierto y cómplice para hacer suyo el trance en el que entran los intérpretes. Sin embargo, a nadie que haya notado los (evidentes) ecos de Funkadelic, Stooges y Jimi Hendrix y gozado de la querencia experimental, ácida y lo-fi de Turn Turn, The Order Of Things, RQ1, Pathological, Predate, Childhood Living y Kneel Down At The Altar Of Pop puede sorprender que su radical consecuencia sean los descarnados veinte minutos largos que se yuxtaponen al dar la vuelta al plástico. En ellos, la gramática sensorial de la orgía de feedback, el mantra eléctrico de hard funk y el noise minimalista —que deshace mientras exhibe el acervo aprehendido por el power trío sin caer en oxímoron o contradicción (solo en la habitual paradoja artística)— hace creer que, si no original, el rock and roll todavía puede ser bello, vivo y transformador. Aunque venga de la mano de un minoritario grupo australiano y esté editado por un pequeño y coqueto sello vasco (Bang! Records), Grand Unifying Theory dignifica la música modelada por Chuck Berry mucho más que toda la discografía de U2, Simple Minds, Muse y Lenny Kravitz. Y me quedo corto.
Conozco al protagonista de hoy sólo de nombre al relacionarlo con Beasts of Bourbon, aunque me suena que no es la primera vez que recomiendas este disco. Propuesta exigente la de este "GUT", según leo. Casi me da algo cuando veo que a la batería está un tal Phil Collings jajaja
ResponderEliminarUn placer, descubrir nuevas referencias en este espacio, Gonzalo. Abrazo.
Ja ja ja, lo de Phil Collings es buenísimo (el buscador de Google te remite al famoso sí o sí). Ya le gustaría al de la "g" haber hecho un disco la décima parte de bueno en su vida. No sé si exigente, depende paladares, estoy seguro que al tuyo le sabría muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo, Agente.
Muy acertada la visión de Kim como un verdadero francotirador, cuando se encuentra alejado de The Beasts Of Bourbon, y graba en colaboración con otros artistas y bandas. Le tengo más controlado en las últimas colaboraciones que hizo con Mudhoney y, leída tu entrada con atención, veo que esa faceta más de buceador por estilos más diversos le sienta muy bien. Autor minoritario que siempre enriquecerá cualquier colección.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Me suena que me lo recomendaste no hace mucho y yo sin hacerle el caso merecido todavía. Ese free form rock me seduce. Abrazo.
ResponderEliminarPues lo tengo por descubrir. Ya sabes que todo lo que venga de las antípodas me seduce.
ResponderEliminarAbrazos.
El disco ése con Mudhoney lo conozco pero no lo he escuchado. Autor minoritario y finísimo, Javier, este disco te encantaría.
ResponderEliminarToda una experiencia, Johnny. Free form rock para tu solaz.
Esto es muy especial, Savoy, ya verás.
Abrazos.