lunes, 23 de noviembre de 2015
Señora azul
Asociados razonablemente a Crosby, Stills, Nash & Young por su música, por ser cuatro y porque el acrónimo resultante de la conjunción de dos de los apellidos y dos de los nombres de los miembros del grupo (CRAG) era similar a las siglas de la formación norteamericana, Juan Robles Cánovas, Rodrigo García, Adolfo Rodríguez y José María Guzmán reflejaron en su primer e inmortal elepé —Señora azul, 1974— la influencia del pop universal liderado por los Beatles y el particular y luminoso folk forjado en la coste oeste de los Estados Unidos, además del trabajo desarrollado en sus bandas previas (Franklin, Speakers, Pekenikes, Íberos, Solera), tal y como quieren evidenciar los once temas producidos para Hispavox por el mítico Rafael Trabucchelli.
Si bien es comprensible que el tema que da título al elepé y la emocionante belleza de Sólo pienso en ti puedan captar una atención superior a la de sus nueve y restantes compañeros de viaje, la escucha atenta y en bloque del álbum en varias ocasiones descubre una línea cualitativa ininterrumpida y llena de matices. Las melodías cristalinas y las hermosas armonías vocales del cuarteto se combinan con diferentes arreglos para sintetizador, piano, vientos o cuerdas —orquestaciones magníficas de Trabucchelli— que introducen vida propia y entidad diferenciada en cada una de las composiciones. No ocultan estos remates —ni tienen intención de hacerlo— la trabazón básica que pone en pie las canciones mediante los instrumentos clásicos del rock: guitarras acústicas y eléctricas, bajo y batería excelentemente tocados. El nítido sonido de la grabación, la categoría y profundidad de las letras y la ambigüedad deliciosa de temas como el mencionado Señora azul o María y Amaranta —en un país todavía guiado por el general Franco— ponen el broche de oro a uno de los mejores discos jamás editados en nuestro país.
Fracaso comercial al no ajustarse a los patrones que —bien en el mainstream o en el underground— dominaban la música popular en la España de aquel entonces, Señora azul hará que CRAG se disuelva y no vuelva a registrar un nuevo álbum hasta pasados diez años. Quizá el motivo esté en las palabras de José María Guzmán: "En esa época la música que gustaba era la de las canciones del verano, como las de Los Diablos o Fórmula V. Lo nuestro era otra cosa, era música de invierno". Situado por el tiempo en el lugar que merece, bien podría decirse que el debut de CRAG —valiéndonos de la metáfora de Guzmán— tuvo que esperar a que amainase del todo el invierno de la dictadura para ser valorado como correspondía por el verano de la democracia… Sin embargo, viendo la que ha caído aquí durante las últimas cuatro décadas, casi es mejor abstenerse y centrarse en predicar a los cuatros vientos las bondades de Señora azul, ya sea en 2015 o en 1974. Compárenlas con las supuestas de Ana Belén, Sabina o Aute —verbigracia— y díganme de quién deberíamos hablar cuando repasamos lo mejor de nuestra música, ya sea de invierno, de verano, de primavera o de otoño.
Bonitas y justas palabras Gonzalo. Un islote en las historia del pop en nuestro país. Un verdadera obra maestra que, al contrario de otras grabaciones de ellos mismos, no ha envejecido un ápice.
ResponderEliminar¡Un abrazo desde el sur!
Disco mítico de una época fea para la música y para lo demás, grandes temas y canciones que tratan temas como el lesbianismo de forma pionera y que dan prueba de la osadía y creatividad del cuarteto. Incomprendido, es normal por estos lares, el invierno y el verano en poco se diferencian al fin y al cabo, aquí triunfa lo que triunfa desde el siglo de oro y yo ya no le doy más vueltas.
ResponderEliminarGran articulo Gonzalo, lo esperaba con ganas.
Un abrazo.
Disco imprescindible en todos los aspectos y finalmente y a pesar de todo merecidamente valorado. Una pena que este grupo no siguiese unido en su momento (su retorno lo veo ya un poco forzado e irregular).
ResponderEliminar¡Menudo pedazo de vinilo trae usted, joven! Lo compré en un mercadillo de Sevilla y estaba en un estado "sevillano...", por decir algo suave, pero me hice con él sin dudarlo. Cada vez que lo pongo, las grietas y el sonido de fondo lluvioso de su regular estado parecen dar la razón a la tremenda injusticia que, en su tiempo, se hizo de esta maravilla.
ResponderEliminarA propósito, yo reivindico a Aute.
Excelente y merecidísima entrada.
Abrazos,
JdG
Gran reivindicación, lástima que no persistieran en su empeño. Muy buena tu reflexión final, si, mejor no meter esta supuesta democracia en la fórmula (V?). Saludos.
ResponderEliminarGracias, querido Marce. Así es, un disco único, al que quizá solo emparentaría en calidad y sonido con el de Solera.
ResponderEliminarGracias, Addi, me alegra especialmente que te haya gustado la entrada, fuiste uno de los espejos en los que me miré. Creo que es un disco que sigue ganando con el tiempo gracias a esa osadía que dices.
Así es, Cinemagnific. El resto de la obra de CRAG no está a la altura del debut, pero creo que merece ser analizada con calma.
Ni los rayajos de tu copia pueden con la música de "Señora azul", Javier. A mí no me gusta Aute, pero, bueno, centrémonos en lo que nos une, CRAG. Gracias por lo de la entrada, de verdad. (Por cierto, y entroncando con el mercadillo sevillano, ayer estuve en la Feria del Disco de Pamplona y me pillé una copia en muy buen estado del doble en vivo de McCoy Tyner en Montreux, "Enlightment", que no sé si posees: mis oídos están disfrutando de ella mientras te contesto.)
Pasaron años y el estado de forma ya no era el mismo, Chals. Je je je, esta democracia nuestra nos va a matar, especialmente la fórmula del gobierno del PP.
Abrazos.
Gonzalo, qué bien que gozada leerte y sobre esta POM. Tienes que venirte a Frías de nuevo este verano.
ResponderEliminarPalabras mayores las de estos tipos. Pura belleza.
ResponderEliminar¡Abrazos!
Gracias, Joserra. RequetePOM, sin duda. A ver lo de Frías, no sé si podré ir.
ResponderEliminarVeo que a todos nos encanta "Señora Azul", Víctor Hugo.
Abrazos.
Magnífico texto para un disco histórico que debería tener más reconocimiento. Señora Azul es una gran canción, probablemente la mejor del cuarteto. Aunque como álbum me quedo mucho más con el de Solera. Abrazo.
ResponderEliminarGracias, Johnny. A mí el de Solera me gusta más o menos igual, de todas maneras prometo entrada acerca del único disco del grupo para aclararlo (y aclararme).
ResponderEliminarUn abrazo.