lunes, 21 de diciembre de 2015
Omega
Si bien el libreto que acompaña al disco establece que "Omega es la visión de Enrique Morente sobre Poeta en Nueva York de Federico García Lorca" —lo cual no es incierto—, hay que dirigirse a su portada para tener una perspectiva completa del cuadro antes de pasar a su análisis: expandiendo autoría e intenciones, los nombres que allí encontramos nos hablan de un trabajo conjunto que no solo se sirve del poeta granadino. "Morente & Lagartija Nick en Omega con Vicente Amigo, Cañizares, M. A. Cortés, Montoyita, El Paquete, J. A. Salazar, Isidro Muñoz, Tomatito cantando a Federico García Lorca y Leonard Cohen" es la expresión previa y exacta de lo que vamos a encontrar (de lo que podemos encontrar, más bien) en el álbum, dejando en lacónica intención la primera frase entrecomillada. La conjunción de los doce artistas que iluminan la portada (y alguno más como Estrella Morente, la hija del maestro, o Tino di Geraldo) va a ser lo que verdaderamente dé sentido y forma —abriendo la senda sugerida por el autor de Despegando— al descomunal ejercicio que bajo el título de Omega y en 1996 se servirá del flamenco, el rock, el folk y la poesía para crear una obra única, exhaustiva e inmortal.
Omega inicia imperativo el disco que titula, cerca de once minutos abracadabrantes en los que las palabras de Lorca son vestidas por un ejercicio musical donde la electricidad de Lagartija Nick, el cante de Morente, la guitarra de Miguel Ángel Cortés y los coros y las palmas de Antonio Carbonell y El Negri pintan una estructura levantada sobre el requiebro y a la que llaman desde el pasado —pasado convertido en presente y en vanguardia convenientemente sampleado— Antonio Chacón, Manuel Torres, Manuel Vallejo, La Niña de los Peines y Manolo Caracol. El Pequeño vals vienés adaptado al inglés y musicado por Leonard Cohen (Take This Waltz) vuelve al castellano magníficamente cantado por Morente y arreglado por las teclas y el acordeón de Tomás San Miguel, el cajón de El Bandolero, el contrabajo de Javier Losada y la percusión de José Antonio Galicia. A El pastor bobo le pone música José Antonio Salazar para que Morente se suelte por bulerías acompañado de las guitarras del propio Salazar y El Paquete, las palmas de Carbonell y El Negri y el cajón de este último. Mahattan es otra pieza del I'm Your Man de Cohen (First We Take Manhattan) que alcanza cotas máximas de emoción al fundirse las voces de Estrella Morente y su padre, la furia noise de Lagartija Nick, la guitarra de Cañizares y las palmas de Aurora Carbonell y Estrella, transformando en una nueva canción la original del canadiense. Los acordes y la guitarra de Vicente Amigo y las palmas de Antonio Carbonell y El Negri caminan junto con Morente en La aurora de Nueva York, quien hace suyos los tremendos versos de Lorca:
"La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños".
Tercer tema de Leonard Cohen, Sacerdotes es el Priests que grabara —onírico y arcano— Judy Collins en 1967, cedido por quien aquel mismo año publicara su exquisito debut, Songs Of Leonard Cohen. Aunque muy notable, la versión de Morente no alcanza aquí la belleza de la registrada por Collins, amplificada por las guitarras de Tomatito y Montoyita, el cajón de Tino di Geraldo, los coros de Las Negri, Aurora Carbonell, Estrella y Enrique y las palmas de El Negri y Aurora. El cante de Morente, la guitarra de Cañizares y las palmas de Antonio Carbonell y El Negri parecerían llevarnos por algún palo tradicional flamenco, pero la presencia de Lagartija Nick hace que Niña ahogada en el pozo devenga insulto merecido al purismo rancio. Como compensación, que no justificación o disculpa, Morente se va por soleares en Adán, cuyas notas y guitarra se las debemos a Isidro Muñoz. Vuelta de paseo empieza también clásica con las seis cuerdas españolas de Cañizares cubriendo al autor de El pequeño reloj, pero la irrupción de la banda de Antonio Arias violenta el tema y hace imposible, al menos a mí, que el verso de Lorca nacido de la hostilidad neoyorquina, "Asesinado por el cielo", no se convierta en petición de responsabilidades al fascismo por haber terminado con la vida del poeta en 1936. Aunque sin Lagartija Nick, Vals en las ramas —musicado por Isidro Muñoz— tiene la misma vehemencia del grupo en Morente, la percusión de Tino di Geraldo y la guitarra del propio Muñoz. La última aportación de Leonard Cohen a Omega es su Hallelujah, Aleluya, en los antípodas de la apropiación que hiciera Jeff Buckley tres años antes, pero igual de imprescindible. Flamenco, rock and roll y música barroca se advierten en este réquiem en el que no hay rastro de la alegría que anuncia su título, y en el que, además de Morente y Lagartija, tocan Vicente Amigo (guitarra), Tino di Geraldo (cajón) y Las Negris, Aurora, Enrique y Estrella (coros). Tercera composición de Isidro Muñoz, Norma y paraíso de los negros lleva la poesía lorquiana al compás de los fandangos gracias a Morente, la guitarra de Muñoz, la percusión de Di Geraldo y los mismos coristas del corte precedente. Ciudad sin sueño es la encargada de poner fin al trabajo mediante una canción de intensidad casi insoportable, furiosa respuesta sonora que Lagartija Nick, Morente y las palmas y coros de Antonio Carbonell y Estrella Morente dan al no menos desbordante surrealismo de Lorca arrancado a Nueva York:
"No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase".
Fortísimas imágenes para cerrar este retorno a la ciudad norteamericana recorrida por García Lorca en el pasado y subsumida décadas después por Enrique Morente, Lagartija Nick y una serie de colaboradores sobresalientes sin cuyas aportaciones el disco no sería tal y como lo conocemos. Solo dos años tardará Morente en volver sobre el creador del Romancero gitano —tal era su obsesión por él— con una obra llamada escuetamente Lorca, en cuyo excelente acabado no tendrán ya cabida Leonard Cohen ni los autores de Inercia, cuyos nombres y el del poeta fusilado han quedado para siempre unidos bajo la mirada, si no la égida, de uno de los músicos más grandes que España haya dado jamás y la que posiblemente sea la más importante de sus obras maestras: Omega.
Obra maestra imprescindible. Adoro este jodido disco :)
ResponderEliminarSe de su existencia pero por encima, tu excelente reseña me ha acercado a este trabajo y creo que le daré la oportunidad a pesar de que tiene aspectos que me son bastante distantes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya somos dos, Cinemagnific.
ResponderEliminarGracias, Addi. Me imagino que es el flamenco lo que te es ajeno, pero "Omega" te puede sorprender mucho.
Un abrazo.
Obra maestra, como decís. Sublime. A mí me devuelve a mis años viviendo en Granada, en los que además tuve la suerte de cruzarme con el Maestro en varias ocasiones y acabar con su firma estampada en mi copia de este cedé.
ResponderEliminar¡Un abrazo y felices fiestas, amigos!
No tengo yo esa firma, Marce, pero sí que vi en directo a Morente y Lagartija en su momento y el concierto fue soberbio, a la altura de un disco tan extraordinario.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti, amigo.
Sabía de la colaboración de Morente y Lagartija pero no calibraba la amplitud e importancia de la misma. Esta entrada me sirve para hacerlo. No habrá remedio a mis males hasta que me haga con ella, tal es el grado de convencimiento que me ha transmitido. Obras de esta naturaleza dan sentido total a la creación artística.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Es, sin duda, uno de los mejores discos de los años noventa y, como dices, "dan sentido total a la creación artística".
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.
Es un disco que se ha ido asentando definitivamente para mí con el transcurso de los años. Tu artículo no lo puede superar ningún profesional, así como te lo digo. Abrazo, grandmaster.
ResponderEliminarMuchas gracias, Johnny. A mí me llegó desde el primer momento, un disco que me fascina.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este disco es una obra maestra y lo sabemos.
ResponderEliminarA mi ya me impactó en su día y está cada vez más metido en mi cabeza como una de las mejores mezclas de flamenco y rock hechas jamás. Arte en estado puro.
Abrazos.
Cierto, Savoy, un disco a la altura de "La leyenda del tiempo" de Camarón, de esa grandeza hablamos.
ResponderEliminarUn abrazo.