lunes, 15 de octubre de 2018
Black Milk
Nunca perdieron los Beasts Of Bourbon su condición de grupo paralelo y secundario, cual bote a punto de ir a la deriva en cualquier momento al que un golpe de viento afortunado o un hábil giro de timón salvan de la zozobra. A merced de bandas como los Scientists o los Johnnys, el quinteto australiano encontró a finales de los ochenta y principios de los noventa el espacio suficiente para desarrollar el grueso de su obra. Hurgando en el mismo agujero cavado por su segundo, anterior y excelente elepé Sour Mash, Black Milk (1990) es un trabajo largo y sinuoso en el que siguen vivas la marca de Tom Waits (escuchen Finger Lickin' o las consecutivas A Fate Much Worse Than Life y El Beasto) y la intención constante de la banda de retorcer blues, garage rock, gospel, country y lo que se tercie para adaptarlo a la perdición (iba a decir negatividad, pero no) de su universo lírico. Las guitarras de Kim Salmon y Spencer P. Jones gimen procaces y adictivas, pero manejan con gusto la suavidad cuando hace falta (Cool Fire, Blue Stranger o I've Let You Down Again); Tex Perkins canta como el chuloputas refinado que es o interpreta ser; y Boris Sujdovic y James Baker son (por última vez) la buena base rítmica que necesita el grupo. Alguna voz, algún piano y algún acordeón prestados completan los sonidos —miento: Jones también toca ese instrumento que cruza banjo y mandolina— que dan vida a un disco variado, brillante en todo momento y que cuando se aplica al rock con origen en Keith Richards y Lou Reed de barrica (noise) aussie da con dos clásicos como Bad Revisited y Execution Day. Completen la panorámica con una lectura salvaje del Let's Get Funky de Hound Dog Taylor y la foto del quinteto que acompaña este texto y viene como póster en la funda del álbum, y sabrán que si son ustedes amantes de la buena música y el mejor rock and roll, Black Milk les espera. Prometido.
Me quedé en el "The Axeman´s Jazz" del 85, un Lp magnífico, y desde entonces no he seguido la trayectoria de la banda, muy a mi pesar, porque su propuesta siempre me sedujo. Por cierto, en el Ruta 66 de este mes hay un artículo homenaje al grupo, a propósito de la recientes desapariciones de sus miembros Brian Hooper y Spencer P. Jones.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Su debut es bien bueno, Javier, pero "Sour Mash" y "Black Milk" son aún mejores. No he comprado el Ruta este mes, pero imagino que al artículo que dices estará muy bien.
ResponderEliminarAbrazos.
Hola Gonzalo! Vine corriendo después de leer tu comentario en mi blog. Tenés discos de Tex Perkins? Acá, en Argentina, son muy pero muy difíciles de conseguir.
ResponderEliminarDe importar mejor ni hablemos...
Pues precisamente toca Perkins al lado de mi casa en junio, Mariano. De él en solitario no tengo discos, pero le he escuchado en varios de los grupos en los que ha tocado. Y los Beasts Of Bourbon son una de mis banda favoritas de de los ochenta y los noventa.
ResponderEliminarUn abrazo.