lunes, 24 de diciembre de 2018
Veo, veo… mamoneo!!
Criado musicalmente en el mejor hard y blues rock de los setenta, Rosendo Mercado edificó sobre él su estilo, al que añadió su castizo, obrero y urbanita modo de afilar el lápiz con el que escribiría sus historias. Veo, veo… mamoneo!! (2002) es el disco de un roquero maduro cercano a los cincuenta que sigue en sus trece, pero que cuando se despega de la distorsión (Para cuando desatino, Todo lo que sigue) lo hace sin perder entidad. Acordes y ritmos construidos de asfalto, los de Rosendo, Mariano Montero y Rafa J. Vegas se benefician de la ausencia de teclados decidida uno años antes por Mercado a raíz del álbum A tientas y a barrancas. Sonido recio y crudo, pues, que encabeza el popular single Masculino Singular, una de las canciones más exitosas del de Carabanchel. Que te acompañe la suerte mezcla metal lento y reggae con las cadencias clásicas del autor de Loco por incordiar. El bajo de Vegas tiene mucho protagonismo en Quincalla o no!, tema poderoso y pleno de groove que acerca el heavy metal a la dinámica del funk. Para nada se mueve en la línea de Masculino singular, mientras que Sufrido acelera el tempo para ofrecernos un notable rock and roll. La mencionada Para cuando desatino es una de las dos composiciones que rebajan la electricidad, precioso interludio previo a que Veo, veo… mamoneo!! —corte que da título al conjunto—, Entre dientes y Ven y ve recuperen la dureza de las cinco primeras canciones. Asimismo nombrada, Todo lo que sigue culmina el trabajo con una pieza de folk rock reposado y reflexivo que anuncia: "Es tiempo de empezar la cuenta atrás", lo que algunos pensamos con la misma edad que Rosendo Mercado al escribir dicho verso. Unos sueños se cumplen, otros no, pero los años se acumulan y Veo, veo… mamoneo!! sigue siendo una buena banda sonora con la que verlos pasar. Los años y los sueños.
El éxito de Masculino singular me mantuvo un tanto apartado y receloso con este disco en aquél 2002. Pero lo recuperé años después y descubrí que se trataba de otro gran disco de Rosendo, sin teclados mejor.
ResponderEliminarAbrazos.
A mí me lo regalaron cuando salió, Addi, así que no tuve oportunidad de recelar, je je je. Mejor sin teclados, sí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mi último concierto de Rosendo fue el del verano del 17. La peña gritaba, entre canción y canción; "¡Rosendo Presidente!", y contestaba él: "¡No jodáis...!". Estoy en la situación de ire recuperando poco a poco todos sus grandes álbumes, incluyendo los de Leño. Rosendo ya es Patrimonio Nacional.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Normal que Rosendo no quiera ser presidente, la gente se droga. Patrimonio Nacional, sin duda, Javier. Este disco que comento es de los que debes recuperar.
ResponderEliminarAbrazos.
Me pasó como a ti, me lo regalaron cuando salió y me encanta, de cabo a rabo. En aquel momento hubo peña seguidora que lo recibió reticente, y sin embargo a mi me pareció estupendo.
ResponderEliminarAbrazos.
Qué buenos regalos nos hacen, Savoy. Sí, también me gustó desde el primer momento.
ResponderEliminarUn abrazo.