Discos como Dirty Mind, 1999 o Purple Rain eran completamente suficientes para saber que —sirviéndose de su estímulo para crear un mundo estético totalmente personal— el testigo de James Brown, George Clinton, Sly Stone, Curtis Mayfield, Marvin Gaye y Stevie Wonder lo había cogido Prince en la década de 1980. Era evidente y de sobra conocida su genialidad; su capacidad de trabajo e invención había dado con un sonido y una musicalidad originalísima plasmada en decenas de canciones extraordinarias. Sin embargo, con Sign O' The Times (1987) el autor de Parade iba a ir aún más lejos mediante un doble elepé extremadamente ambicioso que décadas después de su parto sigue provocándonos asombro. Prince adorna todas sus composiciones con una sutileza y una elegancia que eleva el esqueleto minimalista a corpulento edificio hecho de funk, de techno, de pop, de soul, de house y hasta de jazz. Podremos quedarnos con el tema homónimo que abre dibujando un escenario deprimente rayano con el apocalipsis; rendirnos al Slow Love de la balada perfecta; sentir cómo de la máxima desnudez surge una melodía y una canción en Forever In My Life; bailar como robots al ritmo de U Got The Look; entregarnos a la magia de Strange Relationship y I Could Never Take The Place Of Your Man —guardadas durante varios años en el cajón—, incluido el solo final de Prince en la segunda, cuyo aire a hard bop y blues rompe con la línea rock que llevaba el corte; abrazar el poderío de The Cross; o mascar lentamente otra balada soberbia, Adore, que completa los ochenta minutos del disco. Pero nos engañaremos agarrándonos a una sola de las ramas: es el árbol completo el que da la verdadera talla de Sign O' The Times. Cualquiera de los temas no nombrados tiene razones de sobra para codearse con los mencionados, completando un álbum que mira sin despeinarse a dobles históricos de la hermandad sonora afroamericana como Electric Ladyland, Bitches Brew o America Eats Its Young. No creo que pueda haber elogio mayor.
lunes, 16 de septiembre de 2019
Sign O' The Times
Discos como Dirty Mind, 1999 o Purple Rain eran completamente suficientes para saber que —sirviéndose de su estímulo para crear un mundo estético totalmente personal— el testigo de James Brown, George Clinton, Sly Stone, Curtis Mayfield, Marvin Gaye y Stevie Wonder lo había cogido Prince en la década de 1980. Era evidente y de sobra conocida su genialidad; su capacidad de trabajo e invención había dado con un sonido y una musicalidad originalísima plasmada en decenas de canciones extraordinarias. Sin embargo, con Sign O' The Times (1987) el autor de Parade iba a ir aún más lejos mediante un doble elepé extremadamente ambicioso que décadas después de su parto sigue provocándonos asombro. Prince adorna todas sus composiciones con una sutileza y una elegancia que eleva el esqueleto minimalista a corpulento edificio hecho de funk, de techno, de pop, de soul, de house y hasta de jazz. Podremos quedarnos con el tema homónimo que abre dibujando un escenario deprimente rayano con el apocalipsis; rendirnos al Slow Love de la balada perfecta; sentir cómo de la máxima desnudez surge una melodía y una canción en Forever In My Life; bailar como robots al ritmo de U Got The Look; entregarnos a la magia de Strange Relationship y I Could Never Take The Place Of Your Man —guardadas durante varios años en el cajón—, incluido el solo final de Prince en la segunda, cuyo aire a hard bop y blues rompe con la línea rock que llevaba el corte; abrazar el poderío de The Cross; o mascar lentamente otra balada soberbia, Adore, que completa los ochenta minutos del disco. Pero nos engañaremos agarrándonos a una sola de las ramas: es el árbol completo el que da la verdadera talla de Sign O' The Times. Cualquiera de los temas no nombrados tiene razones de sobra para codearse con los mencionados, completando un álbum que mira sin despeinarse a dobles históricos de la hermandad sonora afroamericana como Electric Ladyland, Bitches Brew o America Eats Its Young. No creo que pueda haber elogio mayor.
La obra maestra de la decada de los 80
ResponderEliminarComo mínimo una de las grandes obras maestras, Bernardo. Hay discos de la década como "Songs The Lors Taught Us", "Back In Black" "Sworfishtrombones", "Daydream Nation", "Nothing's Shocking", "It Takes A Nation Of Millions To Hold Us Back" o "New York" que nada envidian al de Prince.
ResponderEliminarAbrazos.
Una maravilla de disco. Entré a Prince con el "Dirt" y ahí me planté durante muchos años. Hace no demasiado recuperé sus obras mayores de los 80, entre ellos este "Sign 0´The Times". Me fascinan muchos de sus temas, individualmente, y el conjunto del disco en su totalidad. Parece una banda sonora de la mejor música de aquella década tan ridículamente denostada. Me encantan también esos discos dobles, donde cabe de todo, como un auténtico delicatessen de sonidos. Me acuerdo ahora de otro doble por el que siento especial debilidad, "Wizard, A True Star". Ahí cabe también de todo, como en este de Prince.
ResponderEliminarAbrazos,
Totalmente, Javier, pocos discos captan su tiempo a la vez que lo subliman como este de Prince. El de Rundgren que comentas no le he escuchado, aunque sí su anterior, también doble y magnífico "Something/Anything?".
ResponderEliminarAbrazos.
Nunca he conseguido conectar con Prince, ni siquiera un poco.
ResponderEliminarAbrazos.
Lo sé, Addi, pero es una pena.
ResponderEliminarAnrazos.
Este disco es una obra maestra de principio a fin. Lo tiene absolutamente todo y muestra casi todas las facetas de Prince. De hecho, las que no estan, son las que no me gustan. El constante chunda chunda de la New Power Generation posterior a Lovesexy me canso horrores, pero esto es canela. Salud,
ResponderEliminarPues a mí J, me gustan mucho "Diamonds And Pearls" y el del símbolo, tienen temas buenísimos, aun no estando obviamente al nivel de "Sign".
ResponderEliminarAbrazos.
Mirando tus etiquetas vi a mi amado Prince, ya sabes que solo puedo hablar de elogios en cuanto a él. Pero me llevo ese doble de Funkadelic que ahora msimo estoy escuchando, gracias por eso!
ResponderEliminarPD: Yo siempre pensé que sin el "Songs in the key of life" de Wonder no hubiese existido este "Signs...". Saludos.
Sí, sé de tu amor por Prince, el mío es similar. Qué bueno lo de "America Eats Its Young", me alegra mucho. Totalmente de acuerdo con lo de Stevie Wonder, el "Songs In The Key Of Life" podría haber sido citado junto con los dobles elepés que citaba al final de la entrada.
ResponderEliminarUn abrazo, JLO.