lunes, 3 de febrero de 2020
Tender Prey
Reconociendo que después de Tender Prey (1988) vendrán trabajos gloriosos como Let Love In o Abbatoir Blues/The Lyre Of Orpheus, es quizá el álbum que hoy traemos al blog mi favorito de Nick Cave and The Bad Seeds, "una obra maestra", como afirma Juanjo Frontera, "que equilibra al fin su lado más melódico y el más violento, para generar una colección de canciones mayúscula", y que dibuja, sin ser borrador de nada, todo lo que el cantante y compositor australiano y su banda irán desarrollando las tres décadas siguientes. Recién aterrizado tras grabar con The Gun Club el excelente Mother Juno, la presencia en la mitad de los temas del genial Kid Congo Powers es un aliciente más para adorar Tender Prey.
Macabra, bíblica y extensa, The Mercy Seat es un comienzo abrasador, siete minutos en la silla eléctrica a la espera de la muerte. El órgano Hammond de Cave, las guitarras de Blixa Bargeld (slide), Roland Wolf y Mick Harvey, los loops de bajo, el piano y los coros de este último, el redoble continuo de la batería de Thomas Wydler y un trío de cuerdas ponen en pie una pieza de art rock industrial y obsesivo convertida en uno de los clásicos del repertorio de Cave y los Seeds. Deconstrucción circense del blues, Up Jumped The Devil suena a fanfarria rock heredera de Franz Zappa y Captain Beefheart cuya cadencia borrachuza se la debemos a las guitarras de Powers y Bargeld, el bajo y el xilófono de Harvey, los coros de éste y aquél, el piano de Wolf y las baquetas de Wydler. Deanna y su pop histrión tiene ciertas conexiones con Bo Diddley y los Animals, y su ritmo trotón es ejecutado por Cave (órgano), Bargeld (guitarra), Harvey (batería, bajo y guitarra acústica) y Powers (guitarra). Watching Alice es una balada delicada, sensual y oscura de espléndidos arreglos que visten la historia que nos cuenta/canta Cave: su piano y su armónica, el bajo de Harvey, la batería de Wydler y la guitarra de Hugo Race. Góspel posmoderno y engañosamente vaporoso, el de Mercy es uno de los momentos más excitantes y hermosos del álbum, construido por el piano de Wolf, el vibráfono y la armónica de Cave, la batería de Wydler, la slide de Bargeld, la guitarra de Powers, el bajo de Harvey y los coros de estos tres últimos y Race.
Interpretados por los Bad Seeds y amigos, tal y como afirman los créditos, los coros mesiánicos de City Of Refuge marcan una canción potente que cuenta con Cave (Hammond y armónica), Bargeld, Powers (guitarras), Harvey (guitarra acústica, bajo y percusión), Wolf (órgano) y Wydler (batería). La suavidad nocturna de la maravillosa Slowly Goes The Night —suavidad traicionera del amor perdido— sirve de contraste gracias al Hammond de Cave, la guitarra de Bargeld, el piano y órgano de Wolf, la batería de Wydler, el bajo y xilófono de Harvey y los coros de éste y Ian Davis. Las concomitancias y diferencias entre Nick Cave y Tom Waits quedan dibujadas, para quien quiera verlas, en Sunday's Slave, piano de Cave, guitarra de Bargeld y batería, bajo y guitarra acústica de Harvey. Rock tenso y dramático, el de Sugar, Sugar, Sugar, conjunción de punk, kraut y folk, lo escenifican Harvey (guitarra acústica, bajo y percusión), Powers (guitarra), Wolf (piano) y Wydler (batería). Cave (piano, armónica y pandereta), Bargeld (guitarra), Harvey (guitarra acústica, bajo, batería y órgano) y ambos acompañando la voz de su líder con sus coros cierran Tender Prey cantando a una nueva mañana (New Morning). Precioso final de cierta inclinación atonal que epitoma, si no el sonido poliforme y la variedad y riqueza instrumental de todo el trabajo, sí su sentir entre la experimentación noise y la canción tradicional. El de un elepé magnífico de arriba abajo.
Excelente repaso a un disco superlativo. De la época en la que los Bad Seeds seguían tomando forma con idas y venidas, salidas y entradas. De una época en la que el nombre de Warren Ellis aún no existía en el universo Cave. Después llegaría tímidamente en 1995 y poco a poco, con la llegada del nuevo milenio, se iría haciendo más fuerte hasta aniquilar toda esencia de ser una mala semilla. Con su presencia Cave ha registrado discos fantásticos pero nada volverá a ser como en los tiempos de Bargeld, Harvey o el pobre Savage, sus verdaderos lugartenientes. Los demás siguen siendo fantásticos pero ahora solo son simples comparsas en manos de Ellis. Hasta ese momento, cada nuevo disco era un desafío. Ahora todo es continuista y plano.
ResponderEliminarMuchas gracias por rescatar esta joya.
Saludos
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Estoy bastante de acuerdo con tus reflexiones, amigo, aunque "Abattoir Blues/The Lyre of Orpheus" me parece una gran obra maestra que tiene todavía conexiones con el pasado. ¿Qué opinas del último, "Ghosteen", por cierto? Muchas gracias por tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Coincido contigo con Abattoir Blues/The Lyre of Orpheus , fue una sorpresa bastante inesperada pero muy agradable. Ese es el Nick Cave que a mí me gusta, el imprevisible que te golpea con algo que no esperas para nada.
ResponderEliminarCon respecto a Ghosteen te diré que no me convence nada y yo me lo trago todo créeme, no hay estilo musical que se me resista. Por supuesto que hay talento y cosas interesantes pero con Push The Sky Away comenzó un periodo de inmovilismo del que ya había ido dejando pequeñas gotas. Al contrario de lo que mucha gente piensa, creo que Warren Ellis es lo peor que le ha pasado a Nick Cave en toda su carrera. Antes era un espíritu indomable, fíjate en la caja de B-sides y Outtakes por ejemplo. Ahora es como si Ellis lo tuviera abducido. Y también que con su llegada, se terminó haciendo luz de gas a personajes clave como Mick Harvey. Yo creo que Blixa se lo olió y se las piró. Ya no hay peligro ni nada que se pueda considerar imprevisible en su música.
Y tras este rollazo, gracias a ti de nuevo por traer cosas como esta.
Un abrazo
Todavía no he catado "Ghosteen", pero me interesaba saber tu opinión. Hay gente que lo pone por las nubes, precisamente diciendo lo contrario, que Cave huye del inmovilismo y que arriesga mucho en el disco. A ver si lo escucho y puedo opinar. Gracias de nuevo por comentar.
ResponderEliminarUn abrazo.
He mantenido con el australiano una postura guadianeja. Desde que le conocí en su primera época con The Birthday Party hasta la actualidad, he ido tanto sumergiéndome en sus obras como pasando olímpicamente de ellas. Lo que tengo suyo, que no es demasiado, me gusta, eso sí lo puedo decir. Me planté en "Push the sky away", que me pareció muy decente, y en las tiendas de discos sus obras posteriores se caen de mis manos sin quejarse demasiado. Por lo que leo en la entrada y comentarios, habría que centrarse en su época anterior a Warren Ellis.
ResponderEliminarAbrazos,
Nota: Ya veo que no soy el único al que el tonto laba de UFA747 da la barrila.
Con Warren Ellis Cave y sus semillas han grabado discazos como "Abattoir Blues/The Lyre of Orpheus", pero el problema es que se olvida sus trabajos de los ochenta y principios de los noventa, como el que traigo. Esa época es la mejor del grupo. Qué coñazo UFA747, sí.
ResponderEliminarAbrazos, Javier.
Nick Cave es uno de mis grandes olvidados, no por nada especial, simplemente que parece que no coincidimos. Igual este es el año de empezar a conocerle, y este el disco.
ResponderEliminarAbrazos.
"Tender Prey" es un comienzo perfecto, Addi.
ResponderEliminarAbrazos.