Último álbum de los BellRays con Tony Fate a la guitarra, Have A Little Faith (2006) trae al grupo californiano tan vigoroso y creativo como siempre, amarrado a la distorsión, atento a cualquier meandro que le saque de tópicos rockers y abriendo nuevas vías con las que saciar su curiosidad. Tell The Lie inicia la función con moderación sonora hecha de soul y funk antes de que Time Is Gone apriete las tuercas, se aproveche del beat diddleiano y dé con Fate saliéndose del camino en un pasaje cuyas seis cuerdas se acercan al free jazz. Punk y heavy metal construyen Chainsong, que acaba convertida en una miniatura folk llamada I've Been Searchin'. High energy galvanizado, el de Pay The Cobra es realmente amenazante, más si le sumamos ese pepinazo que le sigue, Snotgun, salpicado de interludios donde, matizando y suavizando la canción, hallamos gran parte de la personalidad de la banda de Lisa Kekaula. Have A Little Faith In Me reescribe la balada insertada en Grand Fury y la convierte en primoroso pop orquestado con teclados. Change The World retoma la electricidad sin miedo a injertarle un garabato de música concreta. Detroit Breakdown mantiene la consigna de la celeridad y el puño en alto y esconde, en sus últimos segundos, un Horn Interlude que su título define. La psicodelia pop de Lost Disciples nos enseña aspectos diferentes de los BellRays, igual que Everyday I Think Of You representa su cara funk, pura y deliciosamente funk. Maniac Blues se lanza enérgica contra el oyente (¡joder, qué potencia!) pero Third Time's The Change rebaja la tensión entregándose al soul festivo y de colores en el que los vientos (saxo + trompeta) tienen mucho que decir. Lo que parece que va a desarrollarse cual oscura pieza de trip-hop, o Beginning From The End, modifica rápidamente su apariencia y endurece su propuesta, aunque el tema contenga diversas acotaciones que lo hacen mudar constantemente y huir de descripciones fáciles. Y, por si faltaban sorpresas y bifurcaciones, el minuto final del disco lo ocupa una versión acústica del Dark Horse Pigeon que estaba en Let It Blast. Un argumento más para amar Have A Little Faith y la bendita heterodoxia de sus creadores, quienes ni con la pérdida de Tony Fate (aparentemente crucial) rebajarían su exigencia. Pregunten si no a Hard Sweet And Sticky.
No tengo nada de esta gente y, a tenor de las múltiples referencias musicales mencionadas en la entrada, estilos diferentes, experiencias e influencias de todo tipo, la verdad es que "suena" muy atractiva la propuesta.
ResponderEliminarCorto y pego y lo archivo como primer disco en la carpeta "Discos 2021". Ya sabes que te suelo hacer caso.
Feliz año para toda la familia.
Abrazos,
Un grupazo, Javier, de los más originales que ha dado el rock en los últimos veinticinco años. Te recomiendo todos los discos suyos que he comentado en el blog hasta la fecha (cinco en total).
ResponderEliminarUn abrazo y feliz año para los tuyos igualmente.
Que discazo y que grupo tan imprescindible. SIempre disfrute mucho ese Meet the Bellrays que anda por casa .... Feliz Año!
ResponderEliminarNo tengo "Meet The BellRays", J, pero veo que recoge material de dos discos tremendos. Feliz año y que no falten los BellRays en casa.
ResponderEliminarAbrazos.
Una banda ardiente sin duda. Y como siempre lo cuentas tan bien, pues me temos que me los llevaré al curro esta semana que empiezo de noche y con el fresco que hace vendrá de película.
ResponderEliminarAbrazos.
Pues gracias por tu elogio y a disfrutar de los BellRays en la fría noche bilbaína.
ResponderEliminarUn abrazo.