El noruego Jan Garbarek (saxos soprano y tenor), el tunecino Anouar Brahem (laúd árabe) y el paquistaní Shaukat Hussain (tabla) se reunían en Oslo en el verano de 1992 para grabar bajo el sello de los dos primeros (la prestigiosa discográfica alemana ECM) un disco, Madar, que finalmente verá la luz en 1994. El acercamiento a la música árabe desde perspectivas jazzísticas está realizado con muy buen gusto, aunque tampoco devengue emociones profundas. No espere nadie aquí al Garbarek que a finales de los sesenta y principios de los setenta, junto con el gran Terje Rypdal, revolucionaba el jazz de su país. En Madar las cosas son más serenas, laúd y tabla dominan la sonoridad e influyen en la de los saxos (influyen, no mediatizan), si bien el autor de Afric Pepperbird improvisa con la categoría de él esperada. Quizá sea Brahem el que se eleva sobre sus dos compañeros, o al menos a mí sus intervenciones me parecen lo más bello de un trabajo notable y digno de recomendar cuyo calado, eso sí, podría haber sido superior. O de mayor riesgo.
Desconozco esta obra pero, aprovechando que hablas del sello ECM, aprovecho para reivindicar su legado. Me introduje en las obras de Pat Metheny, Carla Bley, Keith Jarrett o Jack DeJohnette (por recordar tan solo a algunos de ellos) gracias a este sello alemán. Sus grabaciones, a partir de la segunda década de los 80, supuso un chorro de aire nuevo y fresco para todos aquellos aficionados a otras variantes fuera del puro rock´n´roll.
ResponderEliminarAbrazos,
También está en dicho sello Terje Ryodal, guitarrista noruego que menciono y por el que siento mucha admiración. Tendré que hablar de él en el blog.
ResponderEliminarAbrazos, Javier