lunes, 8 de abril de 2024
El calor y la turbiedad
Coguionista de El imperio contrataca (Irving Kershner, 1980) y En busca del arca perdida (Steven Spielberg, 1981), dos de los grandes éxitos del cine de la década, Lawrence Kasdan debuta como director también en 1981 con una muy notable revisión del clásico del cine negro de Billy Wilder y 1944 Perdición. Apoyándose en un guion de factura propia e impecable estructura, Kasdan pone en escena con una cámara sobria que añade matices en cada plano —creatividad elegante que trabaja para el relato con humildad pero latente— una historia de crimen, pasión y erotismo en la que los cuerpos de William Hurt y Katkleen Turner son tan importantes como sus actuaciones. Presencias sexuales que depredan la pantalla y de las que se aprovecha el autor de El turista accidental (1988) para construir un mundo inmoral de mujeres fatales, hombres utilizados, dinero e intereses personales. No se trata aquí de ser bueno o malo —dicotomía estúpida donde las haya pero básica en nuestra realidad judeocristiana—, sino de ser más hábil o más inteligente. En un entorno caluroso del estado de Florida, la constante temperatura tórrida acentúa la turbiedad de lo narrado: no hay escape del calor, no hay escape de la perversidad. Por mucho que escuchemos la palabra amor o pueda parecer que hay sentimientos reales, nada de eso se desprende de las imágenes de Lawrence Kasdan, quien asimila la inquietud y la negrura de los modelos fílmicos de los años cuarenta y cincuenta —los definitivos del género—, adaptándolas a su época y otorgándoles su mirada. El inicio de una carrera que dará cintas muy interesantes, demostrando que el talento desarrollado en Fuego en el cuerpo no era casualidad.
La Turner era un torbellino en esa película y fue protagonista de muchos sueños tórridos (míos).
ResponderEliminarHe rejuvenecido un poco.
Gracias
Yo soy un poco más joven que tú, Alberto, pero también, aunque lo mío fue amor romántico y juvenil con "Tras el corazón verde" y "La joya del Nilo", je je je.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pretendo recuperar la película desde mi ya maltrecha memoria. Colores y sombras, ambientes húmedos, sensualidad y relatos de conductas imperfectas. Todo lo necesario para crear un producto de consumo y aceptación masiva. Me di de baja del séptimo arte hace ya muchas lunas, pero no me importaría volver a ver esta película. Ayer vi "Desde Rusia con amor" y no cambié de canal (a pesar de unas escenas deplorables)
ResponderEliminarAbrazos,
Muy entretenida "Desde Rusia con amor", desde luego. "Fuego en el cuerpo" es cine comercial pero también de calidad. El séptimo arte te reclama, Javier, a ver cómo lo solucionas. Te escribo, por cierto (sé que te va a gustar el detalle), mientras escucho las "Variaciones Goldberg" tocadas por el gran Glenn Gould, icono pop de la música culta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aunque el original de Wilder habita en una galaxia aparte, es cierto que este debut de Kasdan es una muy interesante y tórrida revisión, creo que me la pondré esta semana. La secuencia en la bañera es tremenda.
ResponderEliminarAbrazos.
Sí, por supuesto, "Perdición" no es alcanzable por "Fuego en el cuerpo", pero la película de Kasdan es buenísima. Esa secuencia…
ResponderEliminarAbrazos, Jorge.
Siempre me pareció extraordinaria aunque no sabia que era una revision de Perdicion. Siempre se aprende algo aqui :-). Me encanta Kasdan. La deprimente Grand Canyon siempre esta entre mis películas. Saludos,
ResponderEliminarSí, "Fuego…" desciende de "Perdición". "Grand Canyon" me encanta igual que a ti. Y "El turista accidental".
ResponderEliminarUn abrazo, J.
Un brillante ejemplo sobre cómo deben asumirse las lecciones de los clásicos del género negro, sin caer en el simple pastiche. Aquí, se mezclaron hábilmente las tramas de EL CARTERO SIEMPRE LLAMA DOS VECES y PERDICIÓN, y el resultado fue un thriller de elegante diseño, tórrido y sensual, con soluciones expresivas de una virtuosista audacia, algo inhabitual en una primera obra. A destacar esas soberbias composiciones del duo protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, también están por ahí las pasiones de "El cartero…", Teo. La verdad es que Kasdan lo hace muy bien, su cámara aporta muchos detalles. Y los protagonistas dan la imagen exacta.
ResponderEliminarUn abrazo.