No conozco a fondo la obra de Underworld, pero los dos discos que he escuchado del dúo me gustan mucho. Second Thounghest In The Infants y el que hoy comento (Beaucoup Fish, 1999) profundizan en un minimalismo electrónico espléndido, house, techno y krautrock vía Kraftwerk que pueden hacer bailar a las 4 de la madrugada al más desfasado pero también ser la banda sonora de una conversación relajada con una café delante en algún local de tendencias lounge. Depende de qué canción escojamos o del volumen a la que la reproduzcamos. Veamos.
Cups y sus casi doce minutos empiezan cual breve y paraorquestal invitación al paraíso hasta que pasado un minuto nos introducen en un ritmo repetitivo cuyo tempo va siendo adornado con matices delicados. Pero no domina esta irresistible cadencia todo el tema; en su último tercio pasa a ser regido por unos secuenciadores que toman forma de sintetizadores y llevan la pieza por caminos sónicos diferentes y de mayor potencia. Push Upstairs apuesta por el ostinato dance arrogante y ensimismado, mientras que Jumbo retoma las maneras ambient de Cups sin ser tan exageradamente extensa ni contar con una parte abiertamente enfrentada en lo formal. Shuder/King Of Snake son dos cortes yuxtapuestos, ejerciendo el primero de introducción a casar con la música concreta y desarrollando el segundo un trance de vocación modal (si es que tal descripción es ajustada) que lleva el conjunto hasta los nueve minutos y medio. Winjer es pop electrónico y atmosférico, atmósfera que torna new age y radicalmente intimista en Skym. En contraste, Bruce Lee y su beat machacón acercan al grupo británico al hip-hop. Kittens es un ejercicio de house obsesivo, largo y sin concesiones, puro ritmo tribal que en su segunda mitad sufre una modificación similar a la de Cups (secuenciadores/sintetizadores) si bien aquí el house vuelve a aparecer al final. Entre el downtempo y el hip-hop, Push Dowstairs permite asociar a Underworld con The Cinematic Orchestra, banda que debuta ese mismo año. Something Like A Mama opta por fundir techo funk y el ambient antes de que Moaner cierre el trabajo con un arrebato house capaz de enardecer al menos pintado. El final de un tratado de electrónica llamado Beaucoup Fish y el de Darren Emerson como parte de un trío que afrontaba sin él la llamada del siglo XXI.
Me guardé esa Bruce Lee en Spotify porque me gusta más lo rítmico, a ver si me engancha. Saludos.
ResponderEliminarLa escuché y me encantó. Voy por el disco que reseñas entonces y después te digo...
EliminarMe alegro, JLO, espero que el disco completo te cause la misma impresión.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encanta tu blog. Te sigo de aquí en más... Ya desde el nombre que le has dado me atrajo: uno de mis discos preferidos de Neil con Crazy Horse.
ResponderEliminarTe mando un abrazo.
Muchas gracias, Carlos, un placer tenerte por acá. "Ragged Glory" es mi disco favorito de Young y Crazy Horse y uno de mis elepés favoritos de todos los tiempos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo voy más allá, nunca he escuchado a este grupo, no sé si será de lo que más empaste con mis gustos pero lo escucharemos.
ResponderEliminarAbrazos.
No sé si te gustará, Jorge, a mí me parece un gran disco, aunque cierto que no es del tipo de música que tú sueles escuchar (y eso que eres una persona abierta). Ya me dirás.
ResponderEliminarUn abrazo.