Liderando un septeto en el destaca, de entrada, el gran Ben Webster y en el que Alvin Stoller y Larry Bunker se reparten las baquetas al cincuenta por ciento, Billie Holiday graba en enero de 1957 Body And Soul, un muy buen álbum que sigue al mítico Lady Sings The Blues. El tema que da nombre al elepé lo abre de manera relajada, y en él, además de la inconfundible voz de Holiday, brillan los dos solos del saxo tenor de Webster. Las cuerdas vocales de la cantante transitan esa finísima línea que hay entre la ironía y la nostalgia en They Can't Take That Away From Me, al menos así lo siento yo, mirada desencantada y feliz al mismo tiempo que instrumentalmente domina Sweets Edison y su trompeta, si bien la aportación de Ben Webster no es desdeñable. Darn That Dream abre el abanico de las improvisaciones, sumándose a las de Edison y Webster la del contrabajo de Red Mitchell, mientras que Let's Call The Whole Thing Off concluye la primera cara en animada clave de swing.
La guitarra de Barney Kessel nos introduce en Comes Love y la segunda mitad del plástico, además de efectuar un solo breve entre los de Edison y Webster. El blues se adueña de la función mediante Gee, Baby, Ain't I Good To You, bien sea de Holiday, del piano de Jimmy Rowles (el único músico que faltaba por citar), de Kessel, de Webster o de Sweets, que por ese orden se van desgranando sus intervenciones solistas. Embraceable You suena especialmente delicada en la versión de este disco, cerca de siete minutos de caricia lenta en la que toda la banda está perfecta. Moonlight In Vernon pone fin a esta colección de clásicos de los años veinte, treinta y cuarenta del siglo pasado —un total de ocho— gobernados por la garganta triste, hermosa y sin igual, sobre todo sin igual, de Billie Holiday. Pieza distendida en la que cuerdas y teclas de imponen a los vientos, completamos con ella un Body And Soul notable y estimulante de una mujer que murió pronto pero nos dio mucho más que otros en cuatro vidas.
Ella Fitzherald y Billie Holiday, impasables en la interpretación del Jazz. Un abfrazo.Carlos
ResponderEliminarPor supuesto, Carlos, dos cantantes extraordinarias.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mí me pasó al revés, escuché antes este que “Lady sings the blues”, porque en nuestra época ibas pillando cosas al vuelo, con muchas carencias por medio. Pero tal vez por eso le tengo más cariño, porque fue lo primero que escuché con propiedad de esta señora. Creo que para los aficionados desde los años 60 en adelante ha sido mejor caer antes en esta época que en la primera, más académica por decirlo así: su voz lleva ya mucho dolor y “mala vida” encima, pero justo por eso suena mucho más real, más cercana, más sincera.
ResponderEliminarY totalmente de acuerdo en esa mezcla de “ironía y nostalgia”, que resume su estilo mejor que todo un tratado. Y esa potencia, esa densidad, no me extraña que Sinatra la pusiese en un altar, porque la primera “Voz” fue la de ella.
Saludos mil.
Tienes razón, en sus últimos años realiza una serie de grabaciones llenas de la mala vida que dices. "Lady Sings The Blues", "Body And Soul" o "Lady Satin" son incontestables al respecto. Me alegra que estés de acuerdo con mi apreciación, así lo veo. Sinatra sabía muy bien de lo que hablaba, claro.
ResponderEliminarUn abrazo, Rick.