lunes, 17 de noviembre de 2025

Siroco

"Notamos la influencia que sobre el guitarrista de Algeciras han tenido los músicos de jazz con los que se relacionó en los años anteriores, conservando sin embargo toda la esencia flamenca", escribe Faustino Núñez en las notas que acompañan a Siroco (1987). Lo hace para explicar el segundo tema del disco, una rondeña que Paco de Lucía dedica a su hijo, a Mi niño Curro. El músico andaluz ha absorbido aquí y allí, cierto, no ha cerrado a nada sus oídos, pero es flamenco lo que toca, lo que expresa su guitarra, seis cuerdas absolutamente sublimes en los ocho temas que conforman el álbum que hoy comentamos. Antes de Mi niño Curro ha sonado La cañada, abriendo por tangos De Lucía en compañía de Rubem Dantas al cajón y a la guitarra. La Barrosa y sus alegrías surgen de la playa chiclanera, potenciando las figuras melódicas y armónicas del autor de Fuente y caudal el taconeo de Juan Ramírez. Irrumpe la rumba mediante Caña de azúcar, acompañado Paco de Lucía por las palmas de su hermano Pepe y la segunda guitarra de José María Bandera. Palmas, jaleos y taconeo caminan junto con la guitarra en El pañuelo, que desarrolla unas espléndidas bulerías. Callejón del Muro es una minera done técnica y emoción llegan de la mano a la cima flamenca. Con los tanguillos para su hija Casilda, Paco de Lucía va finalizando el elepé, que concluye homenajeando a Manuel Serrapí, el guitarrista sevillano, mediante una soleá extraordinaria titulada, cómo no, Gloria al Niño RicardoSolo con Luzia en la década posterior igualará (o superará) Paco de Lucía los logros de este magistral Siroco, un trabajo perfecto que conculca cualquier división plausible aun en lo taxonómico entre arte culto y popular, pues aquí lo popular deviene culto y lo culto se rinde a lo popular.



8 comentarios:

  1. Claro que tenemos su obra, pero aquí cada dos o tres años íbamos a verlo en sus conciertos, de modo que se lo extraña... Grande entre los grandes!!

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  2. Yo nunca le vi en directo, Carlos, qué buenos esos conciertos por allá. Un genio, sin duda.

    Nos agarramos a sus discos, Carlos.

    Abrazos.

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  3. En el número 17 de la calle Ilustración, muy cerquita de la Estación de Príncipe Pio, vivió Paco de Lucía cuando se mudó desde Algeciras a Madrid, a mediados de los 70. Yo solía pasar en una época ya remota por allí para coger el tren hasta Majadahonda y me fijaba en la placa situada en la fachada que conmemoraba el evento. En la esquina con la calle Arriza, en la acera de enfrente, había un modesto restaurante portugués donde podía uno degustar algunas delicias gastronómicas del país vecino. En la siguiente calle paralela, subiendo hacia, en la calle Cadarso, casi esquina con la Cuesta de San Vicente, vivió Miki Baleztena.
    Paco de Lucía da mucho juego.
    Abrazo,

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  4. Y tanto que da juego, Javier. Yo viví a finales del siglo pasado en las calles Príncipe Pío y Arriaza, así que sé muy bien de lo que hablas. Creo que Paco de Lucía vivió ahí desde pequeño, en la calle Ilustración.

    Un abrazo.

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  5. Tengo varios amigos que frecuentaban más el rock pero que han ido a ver a Paco y me han dicho que nunca vieron ni escucharon algo similar, que era de otro planeta en vivo.
    Me entero ahora que el amigo Carlos Perrotti iba a verlo, voy a tener que charlar con él de esto cuando nos juntemos a tomar un café.

    Abrazos, Gonza!

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  6. Hay un disco en directo con su sexteto que es una maravilla, Frodo, "Live In America", échale un oído. Cómo me gustaría tomar un café con Carlos y contigo, por cierto.

    Un abrazo.

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