Es 1969 y los Flamin Groovies giran por EEUU presentando su primer elepé, Supersnazz, que muestra a un grupo que bebe del rhythm & blues y el rock and roll de los años cincuenta. Pero, de repente, en un concierto en Detroit coinciden con MC5 y los Stooges, bestias pardas que, como bien es sabido, estaban contribuyendo con su radical apuesta a cambiar el concepto sonoro de la música rock.
El high energy que practican grupos tan extraordinarios deja atónitos a los Groovies y un poso insoslayable que afecta profundamente a su siguiente trabajo en estudio, Flamingo (1970). Si bien sus influencias (Stones, Chuck Berry, Bo Diddley, Animals, etc.) permanecen incólumes (no hay más que escuchar Gonna Rock Tonite, Comin' After Me o Second Cousin o constatar que de los diez temas que componen el álbum el único ajeno es de Little Richard para dar fe de ello), el contacto con MC5 y Stooges se deja sentir de principio a fin en unos renovados Flamin Groovies.
El eco feroz del tándem Kramer/Smith resuena en las guitarras afiladas de Headin' For The Texas Border, Road House o la mentada versión de Richard (Keep A Knockin') y el espíritu de Iggy Pop y Rob Tyner parece haberse adueñado de Roy Loney y sus compañeros. También hay sitio para su vertiente más pop (esa que explotaría Cyril Jordan desde mediados de los setenta, ya sin Loney a bordo) en la hermosa She's Falling Apart, en la que se percibe la querencia por los Beatles de los de San Francisco.
Es posible que Flamingo no esté al nivel de Fun House o High Time (las superlativas obras de Stooges y MC5 respectivamente), pero es innegable que se trata de un gran disco de rock and roll (al igual que su siguiente grabación, Teenage Head), registrado por un grupo que nadaba a contracorriente en una ciudad dominada en aquel entonces por el movimiento hippie y la psicodelia. Es por ello que a veces parece que los escuchemos en aquella hornada que entre 1976 y 1978 intentó recuperar mediante el punk rock los valores del primigenio rock and roll.
Revisando la etiqueta groovie del espacio para refrescar el nombre del mini LP previo al estreno me encuentro con que tu reseña de este discazo tiene a "0" los comentarios... Sencilla y llanamente acojonante que me he dicho (y no es excusa el tiempo transcurrido, por firma y material a tratar). Así, tras acuñar el concepto "vergüenza bloguera" para las generaciones venideras, te aplaudo y te digo que, en efecto, para mi este es el disco high-energy por definición de los Groovies y el que todo seguidor de Cynics, Fleshtones, Lyres y toda la camarilla debe tener en el altar de los altares. La clavaste también con esta entrada en ese frío (o no) mediodía de principios de noviembre del 2009, Gonzalo... Abrazo retrospectivo-grooviero, Maese !!
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