viernes, 4 de mayo de 2012
Las golondrinas etcétera
"Grabado en riguroso directo del 13 al 19 de Octubre de 2003 en los estudios Musigrama de Madrid", tal y como asegura el folleto del CD, pero publicado el año siguiente, Las golondrinas etcétera es el primer álbum en solitario de Josele Santiago, inicio de una carrera que va, como bastantes, por el mejor de los caminos artísticos pero no tanto comerciales. Sin entrar en comparaciones con Los Enemigos, banda indispensable en cualquier historia del rock español, sí diría de entrada que el debut de Santiago mantiene la alta calidad de la obra producida por su grupo pero goza de una musicalidad expansiva que tiene que ver con el método de trabajo elegido, la (sobresaliente) producción de Nacho Mastretta y los intérpretes que le acompañan. Sin embargo, las primeras estrofas de Ole papa nos indican que Josele sigue aplicado a su surrealismo costumbrista (¿o era al revés?) y cantándolo —aunque su voz tenga aquí más prominencia— de la misma manera:
"He pintado mi chabola
Con música de jazz.
Con pastillas juanolas
Rechupeteás.
He sellado las ventanas
Con artistas disecás.
Con fines de semana
Y compresas usás".
Así, mientras le escuchamos recrearse en su raro universo, las canciones visitan distintos palos —desde el bolero hasta el rock and roll, pasando por el vals sui géneris, pero siempre marcados por la inefable personalidad del artista madrileño— vestidas de lujo por el piano y el Hammond de Luca Frasca, la batería y la percusión de Ricardo Moreno, el bajo y el contrabajo de Pablo Navarro, la guitarra eléctrica y la percusión de Pablo Novoa y las guitarras acústica, española y eléctrica del propio Santiago. Y, como estupendo remate, el trombón de Juan Escalona en dos temas y las apariciones puntuales del acordeón, la armónica, el clarinete y la guitarra española del productor.
Difícil escoger algún tema entre un material tan brillante, y tan felizmente instrumentado, que, además, crece en el engarce de un corte con otro, en la conjunción que da lugar al álbum. Pero, si me viera en la obligación de hacerlo, quizá destacaría el único que, curiosamente, no está escrito por el ex enemigo mayor del reino (perdón, de la república): Con las manos vacías, tema de Víctor Cordero cantado por Chavela Vargas que en manos de Santiago también estremece al oírle sentenciar
"Que el amor es mentira.
Y nos deja al final
Con las manos vacías".
Enamorado o no, Josele Santiago ha seguido tirando hacia delante desde aquel Las golondrinas etcétera con trabajos muy recomendables que, como mucho casos en la música popular patria, no tienen eco en las listas de ventas; lo que, sumado a la crisis radical del modelo industrial tradicional, hace de trayectorias como ésta milagros andantes, cuasi quijotescos, que ponen por encima de todo su visión estética sin dejarse amilanar por un futuro incierto, si no aterrador. Discos genuinos como el del que aquí se ha dejado constancia dan sentido a esa lucha.
Confieso Gonzalo que nunca he hecho demasiado caso ni a Santiago ni a Los Enemigos, muchos me han recomendado la escucha de ambos pero a día de hoy nada.
ResponderEliminarUna ayudita, ¿Con que empezarías tu a conocerles?
Un abrazo!
Había oído cosas de los Enemigos y de Josele Santiago en solitario, pero aquí me has pillado por sorpresa. Un abrazo, Gonzalo.
ResponderEliminarUn debut maestro, sí señor. Aunque mi preferido sea 'Loco Encontrao'.
ResponderEliminarHace un par de meses me las tuve con un estúpido juntaletras de Popular1 (Cierto loser que ha sido pillado un par de veces plagiando a bloggers) que decía que Los Enemigos estaban muy sobrevalorados: Si junto a Burning son la cima de Rock and Roll en castellano! En fin...
Rock On!
Discazo como la copa deun pino, querido Gonzalo, además tuve la suerte de verle en directo interpretando este disco con el enorme músico que es Pablo Novoa.
ResponderEliminarDe los 4 discos de Josele en solitario, quizás este sea el más compacto.
Un abrazo.
Addison y Freaky: de los Enemigos os recomendaría los dos directos con los que se despidieron ("Obras escocidas" y "Obras escondidas") y "La vida mata", quizá su obra maestra, aunque no tienen un solo disco malo. De Santiago, pues éste que comento, por ejemplo.
ResponderEliminarPrueba estas "Golondrinas", Alex.
La verdad es que todo lo que hace Santiago, Tyla, es buenísimo. Alguien que plagia otros textos no merece ningún respeto. Totalmente de acuerdo con tu apreciación sobre Los Enemigos.
A mí también es el que más me gusta. Pablo Novoa, un monstruo, sí señor.
Abrazos para los cinco. Un placer contar con vosotros.
Pinta bien por lo que comentas, grandmaster, lo apunto en tu lista. Le perdí la pista a Josele tras los fundamentales Enemigos pero alguien me habló de un disco en solitario que probablemente fuera el de tu post. Abrazos.
ResponderEliminarEste disco es una obra de arte absoluta, Josele está sembrao aquí. Aunque las canciones por sí solas son tremendas, creo que el toque de Pablo Novoa y la producción de Nacho Mastretta es lo que le hace brillar del todo. Uno de mis discos favoritos de todos los tiempos del mundo mundial. Ya me gustaban Los Enemigos, pero esto... esto es otra cosa. Más exquisita, diría yo.
ResponderEliminarBesos!
Casi seguro que este disco te gusta mucho, Johnny.
ResponderEliminarQuizá más elaborada, pero igual de brillante. Y sí, Novoa y Mastretta son esenciales en este disco. Un gusto tenerte por aquí, Lu.
Un abrazo para los dos.