Extensions
Fruto de una sesión para Blue Note registrada el 9 de febrero de 1970, Extensions no se publicará hasta dos años después, cuando McCoy Tyner ya ha abandonado dicha compañía y se ha pasado a Milestone. Rodeado de una nómina de músicos impresionante, el pianista crea junto a su aquí sexteto, como era de suponer, un disco excelente. Obviamente, no es comparable (casi nada lo es) con las extraordinarias grabaciones en las que ha acompañado a John Coltrane y que ad infinítum marcarán su carrera, pero al escuchar Message From The Nile —con sus ecos africanos y del Corán— se vienen abajo cotejos injustos. El arpa de Alice Coltrane, la percusión de Elvin Jones, el contrabajo de Ron Carter, el saxo tenor de Wayne Shorter y el alto de Gary Bartz brillan tanto como el piano de un inspiradísimo Tyner en el momento quizá más privilegiado del elepé. En The Wanderer el grupo queda reducido a quinteto (sin Alice Coltrane) para que Shorter, Tyner y Jones efectúen improvisaciones espléndidas. Survival Blues es el corte más largo de los cuatro que, compuestos todos por McCoy Tyner, contiene Extensions. Wayne Shorter realiza un solo espectacular al que siguen uno de mucha riqueza de Tyner, otro en el que Carter muestra su poética habilidad y el más corto de Elvin Jones, antes de que juntos, el arpa de nuevo incluida, intercambien frases hasta llegar a los trece minutos. Alice Coltrane abre con las cuerdas de su arpa His Blessings, marcando así la atmósfera especial y diferente del tema. Ron Carter toca con el arco su instrumento mientras que Jones, Shorter (al soprano), Bartz y McCoy Tyner aparecen y desaparecen, al igual que Alice, fabricando una estructura extraña y mágica, de aura y tempo muy particulares. De esta manera tan lírica finaliza un trabajo lleno de matices, de hallazgos, de creatividad, algo que va más allá de Extensions y podemos encontrar en gran parte de la obra en solitario del pianista de Filadelfia. Si a ella sumamos su decisiva intervención en la de John Coltrane, arriba mencionada, tendremos el veredicto: un maestro.
Fruto de una sesión para Blue Note registrada el 9 de febrero de 1970, Extensions no se publicará hasta dos años después, cuando McCoy Tyner ya ha abandonado dicha compañía y se ha pasado a Milestone. Rodeado de una nómina de músicos impresionante, el pianista crea junto a su aquí sexteto, como era de suponer, un disco excelente. Obviamente, no es comparable (casi nada lo es) con las extraordinarias grabaciones en las que ha acompañado a John Coltrane y que ad infinítum marcarán su carrera, pero al escuchar Message From The Nile —con sus ecos africanos y del Corán— se vienen abajo cotejos injustos. El arpa de Alice Coltrane, la percusión de Elvin Jones, el contrabajo de Ron Carter, el saxo tenor de Wayne Shorter y el alto de Gary Bartz brillan tanto como el piano de un inspiradísimo Tyner en el momento quizá más privilegiado del elepé. En The Wanderer el grupo queda reducido a quinteto (sin Alice Coltrane) para que Shorter, Tyner y Jones efectúen improvisaciones espléndidas. Survival Blues es el corte más largo de los cuatro que, compuestos todos por McCoy Tyner, contiene Extensions. Wayne Shorter realiza un solo espectacular al que siguen uno de mucha riqueza de Tyner, otro en el que Carter muestra su poética habilidad y el más corto de Elvin Jones, antes de que juntos, el arpa de nuevo incluida, intercambien frases hasta llegar a los trece minutos. Alice Coltrane abre con las cuerdas de su arpa His Blessings, marcando así la atmósfera especial y diferente del tema. Ron Carter toca con el arco su instrumento mientras que Jones, Shorter (al soprano), Bartz y McCoy Tyner aparecen y desaparecen, al igual que Alice, fabricando una estructura extraña y mágica, de aura y tempo muy particulares. De esta manera tan lírica finaliza un trabajo lleno de matices, de hallazgos, de creatividad, algo que va más allá de Extensions y podemos encontrar en gran parte de la obra en solitario del pianista de Filadelfia. Si a ella sumamos su decisiva intervención en la de John Coltrane, arriba mencionada, tendremos el veredicto: un maestro.
En Frías me tienes que dar las primeras pistas y premisas en torno al mundo del jazz, para empezar a hacer pinitos en el, que no tengo ni idea...
ResponderEliminarAbrazos...
Palabras mayores amigo!
ResponderEliminarA+
Olé Gonzalo!!, McCoy Tyner a la palestra y vamos a dejarnos de saritas (sin desmerecer su palmito) y de otras babosadas.
ResponderEliminarDe él solo tengo sus grabaciones con el gran Trane, desde "A Love Supreme", "First Meditations", "Coltrane", "Spiritual", y el "New Thing At Newport", sin olvidar otra grabación de Coltarne en la que colabora McCoy, una cosa bastante de "bargain-bin", llamada "Live in Paris Volume Two" de 1980, editada por "Affinity". Ya me valen de algo estas grabaciones, a la espera de tener un disco en el que el gran pianista sea el protagonista verdadero. El "Extensions" puede ser un buen comienzo.
No hay nada como Trane+Tyner para los días grises.
Saludos,
JdG
Pues maestro tiene que ser si tú lo dices. Ilustrándome. Abrazo.
ResponderEliminarOk, Addison, aunque por escrito me expreso mejor, je je je.
ResponderEliminarPor supuesto, Tsi.
Y "Ascension", la obra maestra absoluta de Trane, Javier, ahí también está Tyner. "Extensions" es perfecto para comenzar, aunque el pianista tiene muchos discos espléndidos —"Asante", "Sahara", "Echoes Of A Friend" (magistral homenaje a Coltrane, por cierto), "Expansions", etc.—. Mejor que la Montiel, claro…
Gracias por la confianza, Johnny. En unos años tendremos tu lista de los mejores discos de jazz de 1973 o 1965.
Un abrazo para los cuatro.
Si es que da gusto leerte, parece como si sonase música desde tu entrada. Y me gusta.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchas gracias, Blue, es uno de los mejores piropos (literarios) que podrían lanzarme.
ResponderEliminarUn abrazo.
No conozco este disco, Gonzalo, pero desde luego la etiqueta de maestro es más que merecida, sino es el pianista de jazz más importante de la segunda mitad del s.XX junto a Evans y Hancock poco le faltará.
ResponderEliminarUn placer leerte, como siempre. Un abrazo.
Estas entradas de jazz las leo, Gonzalo, aunque no suelte prenda. Sólo tengo algunos discos de Miles Davis, Sonny Rollins, Coleman Hawkins,... Poca cosa, pero toda buena. Tengo algunos amigos que me guían por estas sendas tan inhóspitas y a la vez tan atrayentes para mí, y desde que te conozco te incluyo entre ellos, por supuesto. Yo soy más de Duke Ellington, Louis Armstrong, Ella, Sarah,... Eso me entra sin esfuerzo desde pequeñita y me encanta, pero hay discos de jazz en los que me cuesta mucho entrar, la verdad. Mis amigos disfrutan viendo las caras que pongo con algunas de las cosas rarunas que me hacen escuchar; recuerdo algo de Stockhausen y helicópteros que me dejó muerta, no sé si estoy mezclando cosas o inventándomelas, pero yo que sé, era música rara, que diría mi madre. En cualquier caso, me gusta aprender y dejarme aconsejar, así que sigo leyéndote en respetuoso silencio y tomando nota de todas tus recomendaciones. Se agradecen.
ResponderEliminarBesos!
Bill Evans y él son igual de grandes, pero con una técnica casi opuesta. El placer es mío teniéndote aquí, Agente. Gracias.
ResponderEliminarNo inventas, Lu, tengo el disco. Es una obra de Stockausen para cuarteto de cuerda (violines, viola y chelo) y helicópteros: "Helikopter-Streichquartett", media hora brutal, pero rara para tu madre y la mayoría de los mortales. Prueba un día, sola en casa, con "Ascension", de John Coltrane, y me dices. Duke Ellington, Louis Armstrong y compañía son artistas maravillosos. Las colaboraciones de Ellington con Coleman Hawkins, Coltrane y Max Roach y Charles Mingus no tienen precio. Tengo una caja de diez discos que recoge grabaciones (no sé si todas) de Duke entre 1938 y 1946 que es una de las joyas de mi discoteca. Gracias por el comentario, compañera.
Un abrazo para los dos.
Deberé prestar atención a este hombre. En mi pequeña pero aparente colección de jazz no le tengo y le tendrá que hacer un hueco con este artefacto sonoro que tan bien pintas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si te gusta el piano y el jazz, Savoy, éste es tu hombre.
ResponderEliminarUn abrazo.