domingo, 7 de abril de 2013
Infidels
Aislada entre las joyas de las dos décadas anteriores y las que desde finales de la siguiente le vuelven a situar en lo más alto, la década de 1980 no puede ser desdeñada —como si de un páramo se tratara— al no ofrecer Bob Dylan obras que se asemejen a Time Out Of Mind, Blood On The Tracks o Blonde On Blonde. La hondura de estos trabajos; el inexpugnable secreto —que solo cobra paradójico sentido al tomar la forma que pasa por esencia explícita, cuando en realidad ésta se halla escondida— que los pone en pie; las infinitas posibilidades que se abren y reabren tras cada nueva escucha de cualquiera de ellos, no se encuentran ni siquiera en Infidels (1983), uno de sus mejores discos de aquellos años. Sí que nos sirve este notable álbum, sin embargo, de ejemplo para demostrar que Dylan (casi) siempre —incluidos los ochenta— ha ido sobrado de talento: el de quizá el artista más grande de la historia toda del rock.
Marcado todavía por la controversia de su conversión al cristianismo a finales de los setenta —la sensibilidad y el raciocinio no tienen por qué ir de la mano—, Infidels recupera al Dylan mundano que nos cuenta su largas, personalísimas y enrevesadas historias. Ochos temas producidos por Mark Knopfler (que ya había colaborado con Zimmerman en Slow Train Coming) y el propio Dylan que abren con hermosa lentitud Jokerman y Sweetheart Like You. Neighborhood Bully —una polémica justificación de un estado asesino como el de Israel— acelera la marcha antes de que License To Kill vuelva a retomar el ritmo pausado de las dos primeras canciones. Man Of Peace mantiene lo que bien podemos llamar ya la velocidad media del elepé y nos advierte: "Ya sabes, a veces Satán se presenta como un hombre de paz", algo bastante plausible, pero igualmente polémico en el terreno político: ¿quién es Satán, Señor Zimmerman?, ¿Israel?, ¿Palestina?, ¿la Alemania nazi?, ¿quién? Porque yo lo tengo claro. Union Sundown es la otra pieza rápida de Infidels y cuenta con una slide gloriosa de Mick Taylor y una verdad como un puño del Dylan más tajante: "Ya sabes, el capitalismo está por encima de la ley". La melancolía de I And I se funde con esa declaración de amor y miedo (¿acaso nos son lo mismo?) titulada Don't Fall Apart On Me Tonight, bella conclusión para un disco en el que no hallamos altibajos aunque tampoco, en mi opinión, momentos superlativos.
Los tres primeros volúmenes de las muy recomendables Bootleg Series de Bob Dylan, publicados en 1991, nos darán a conocer tres descartes de Infidels. Dos de ellos, Lord Protect My Child y Foot Of Pride, podrían haber encajado perfectamente en el elepé. El tercero, Blind Willie McTell, habría sido ese momento superlativo al que hacía alusión, por su ausencia, en el anterior párrafo. Nada más (y nada menos) que la voz y el piano de Dylan y la guitarra acústica de Knopfler —sin los teclados, sin la electricidad, sin la batería de los temas hasta aquí desgranados— son necesarios para emocionarnos absolutamente con la canción que lleva por nombre el del mítico bluesman. Una única razón, pero de peso, se me ocurre para explicar por qué fue retirada del álbum: era demasiado buena para formar parte de Infidels. Equilibrio conservador: hasta un genio tan valiente y rompedor como el de Duluth puede verse atrapado por él.
Un mundo muy rico y emocionante el de Dylan. Un hombre a cuya obra me voy adentrando poco a poco y de la cual siempre me llevo sorpresas sumamente gratificantes y, sobretodo, emocionantes en su sabiduría y verdad. Reconozco que el disco que usted hoy reseña no lo controlo, así que trataré de hacerme con él.
ResponderEliminarUn gran saludo, y vaya manera de escribir la de usted!
Hey, Gonzalo!
ResponderEliminarInteresante disco el que traes hoy, pieza atípica de Bob Dylan, de las desdeñadas por el gran público y esa crítica -supuestamente- especializada.
Es un hecho: La gente disfruta poniéndole banderillas al de Duluth. Empezaron con su etapa cristiana (arguyendo motivos dignos de un redactor de la Heavy Rock, ya que "Slow Train Coming" es notable y los otros dos que cierran la trilogía contienen buenas canciones) y, en fin, continuaron el resto de la década hasta que, oh, de repente, resucitó a los veinte años con "Time Out Of Mind"!
Yo soy de los que piensa que Dylan mantuvo un cierto nivel a lo largo de la década ominosa, que se vió algo truncado por intentos de subirse a según que carros y malas decisiones con los productores (No fue el único, a Neil Young le pasó exactamente lo mismo)
La categoría que el común denominador de la gente le atribuye a "Time Out Of Mind" yo se la concedo a "Oh Mercy", que marca el inicio de una nueva senda sónica a seguir, con Lanois a los mandos.
Rock-On!
Gran entrada Gonzalo. Creo que somos muchos los que saltamos de Slow Train Coming a Infidels y de este a Oh Mercy. Injusto, pero en mi caso es así....
ResponderEliminarInfidels es un buen disco. Jokerman, por meritos propios, es ya un clasico. Mi favorita es quizas Sweetheart Like You. Hace mucho tiempo que no lo retomo. Me animo a ello tras leer esta entrada.
Desde siempre me gustó este L.P de Bob Dylan. No es una obra grandilocuente pero está llena de grandes momentos como por ejemplo "Sweetheart like you", "Man of piece", "Jokerman" o "License to kill". Además, no ha perdido nada de frescura y se sigue disfrutando plenamente.
ResponderEliminarOye, quizás lo recupere hoy...
Saludos.
Gracias, Eduardo. Una obra lata y de máximo interés, la de Dylan. Espero que disfrutes de este trabajo.
ResponderEliminarTyla, en general estoy de acuerdo contigo, pero, y comprendiendo lo que dices de la "senda sónica" con Lanois, "Oh Mercy" me parece un muy buen disco que, sin embargo, queda muy lejos de la onírica, espectral y ya inmortal grandeza de "Time Out Of Mind". En cuanto a ésos de las banderillas, habría que decirles que muchos de los artistas que defienden están muy por debajo del peor Dylan.
Gracias, Mansion. Es comprensible que se vaya por otros trabajos de Dylan, lo que me gusta menos es que se critique "Infidels", "Empire Burlesque" u "Oh Mercy" mientras, al mismo tiempo, se defienden trabajos espantosos de los ochenta (bien de grupos consagrados o noveles). Hermosa canción, "Sweetheart Like You".
Sí, se sigue disfrutando sin problemas, Rockland. Que pases buena tarde disfrutando de "Infidels"… si se tercia.
Un abrazo para los cuatro.
Voy a hablar de Mark Knopfler, oye, me apetece. Estoy empezando a apreciarlo. Tengo muchos discos de Dire Straits heredados (nunca me compré ninguno, no me iba para nada su sonido) y los estoy escuchando ahora. Infidels ha tenido algo que ver en esto, claro.
ResponderEliminarBesos, Gonzalo.
Mira Gonzalo aparte de brillante en tu entrada, decirte que Infidels para mi siempre será el que pudo ser y no fue. es decir es un símbolo de lo inacabado, de la tozudez y de la independencia artística. Truños politicos baratos del lado de Uncle Sam y los sionistas junto a cosas tan bellas como Jokeran o Sweetheart like you. Mira yo te propongo una cosa:
ResponderEliminarCara A
Jokerman
Sweetheart like You
Foot to Pride
Lisence to Kill
Lord Protect My Child
Cara B
Man of Peace
I and I
Blind Willie Mc Tell
Don´t fall apart on me tonight
resultado una POM.Haz la prueba de escucharlas en esa secuencia. Con Oh Mercy , cuando hagas la reseña que seguroque es tan brillante como esta, hacemos otra prueba.
Un abrazo y qué bien que vengas a Frías Gonzalo. Bob rules! Ah y eso del artista más importante de la Historia del Rock, jajaja, mola!
No soy yo mucho de Knopfler y Dire Straits, Lu; aunque aprecio su primer disco y esa maravilla que es "Sultans Of Swing", otros trabajos suyos como "Brothers In Arms" me parecen lamentables. Ya me dirás tu opinión.
ResponderEliminarMuy buena la secuencia que propones, Joserra (a ver la de "Oh Mercy"). Totalmente de acuerdo en lo de la independencia artística. Gracias por lo de la entrada, nos vemos en Frías y charlamos del más grande.
Un abrazo para los dos.
Ya te digo que yo no me conformaba sólo con ignorarle, además lo despreciaba. Pero no me parece justo eso; aunque su música no me vuele la cabeza, discos como Making Movies creo que son agradables de escuchar. A veces me lo pongo para cocinar y me relaja mucho, quién me lo iba a decir hace unos años, que iba a cocinar (¡yo!) escuchando a Dire Straits... No se lo digas a nadie, Gonzalo, esto que quede entre tú y yo, please.
EliminarQueda entre nosotros, aquí nadie se entera, je je je.
EliminarUn abrazo, Lu.
En un principio no era de mi gusto por la prresncia de Knofler que tiene esa facultad de fagocitar al artsita que produce. poco a poo fui entrando en el mismo y ahora tanto slow train como infidels son no imprescindibles pero si un buen recurso. Aunque sigo prefiriendo street legal
ResponderEliminarYo también prefiero "Street Legal", Bernardo. De acuerdo con lo de Knopfler.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buen disco y aporta mucho Mark Knopfler en este disco. Siempre me gustó Jokerman.
ResponderEliminarUn abrazo.
A pesar del tufo sionista y "god bless america" de varios temas la verdad es que es un notable album con varios monentos ("sweetheart like you", "don't fall apart on me tonight",...) que me emocionan sobre manera.
ResponderEliminarUn abrazo, Gonzalo.
Sí aporta sí, Savoy. Hermoso tema, "Jokerman".
ResponderEliminarCierto, Agente, aunque apoyar al estado de Israel sea una barbaridad. Muy buenas canciones las que citas.
Un abrazo para los dos.
Pues tendré que repasar este párramo porque nunca le di mucha importancia. Recibe un abrazo.
ResponderEliminarYa has visto por mi texto y todos los comentarios que hay bastante tela que cortar, Johnny. Te animo a ello.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
No será mi preferido de ese periodo, pero es un trabajo sólido. Blind Willie McTell también me parece una joya, que por fortuna fue rescatada también en la colección The Essential Bob Dylan. Una lástima que no sea tan conocida.
ResponderEliminarCierto, también está en ese recopilatorio, Jesús. Una lástima, sí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un gran disco, a mí particularmente me gusta muchísimo. Y comparto totalmente tu opinión en el párrafo dónde mencionas "el de quizá el artista más grande de la historia toda del rock". Buen artículo. Un saludo, Gonzalo.
ResponderEliminarAl menos, nadie le supera, Rubén.
ResponderEliminarUn abrazo.