miércoles, 22 de julio de 2015
Jane's Addiction
Ni tan precisa ni tan abrumadora, la magia del colosal e imperecedero Nothing's Shocking ya estaba en el debut de Jane's Addiction, homónimo elepé en vivo que, bajo el sello de Triple X, daba a conocer al explosivo grupo californiano en 1987. Grabadas en el Roxy de Los Ángeles —con ciertos retoques en el estudio—, las canciones del disco dan fe evidente del estilo único del cuarteto, ése que encierra enseñanzas del hard rock, el punk, el folk, el funk o la psicodelia, pero que surge del encuentro entre la creatividad marciana y deslumbrante de Perry Farrell y la infalibilidad y excelencia de tres músicos en estado de gracia: Dave Navarro, Eric Avery y Stephen Perkins.
La cara 1 del álbum lleva en sus surcos la fiera electricidad nacida en algún lugar de la larga línea que une a Black Sabbath con Sly Stone, combada la cuerda por el imaginario estético de Jane's Addiction. Trip Away, Whores, Pigs In Zen y 1% son pura energía que contrasta con la desnudez sensorial de I Would For You, suerte de balada con la que concluye la primera parte. En la segunda hay un cambio sonoro diametral, pues las guitarras acústicas toman el control y Stephen Perkins sustituye en dos temas la batería por la percusión. My Time, la superlativa y primera versión de Jane Says y las espléndidas y engarzadas lecturas del Rock And Roll de la Velvet y el Simpathy For The Devil de los Stones —en las que Dave Navarro agrega vehemente y soberano su guitarra eléctrica— dan forma al otro yo de la banda, que, como el negativo fotográfico, enseña lo mismo solo que de manera diferente. Danza tribal ácida y estilizada, Chip Away supone un nuevo giro de tuerca, esta vez sin respuesta, pues la aguja y el brazo vuelven a su sitio y nos indican que el plástico ha finalizado.
El mencionado Nothing's Shocking y Ritual de lo Habitual darán el prestigio del que sigue gozando a Jane's Addiction —el que se merece una de las bandas más originales y exhaustivas de los últimos treinta años—, pero la escucha de su debut nos recuerda que los mimbres que forjaron semejantes obras maestras ya se encontraban altamente desarrollados sobre las tablas de los escenarios y en el local de ensayo. Un debut obligatorio para comprender en toda su extensión (y no hablo solo de Farrell & co.) lo que vendría después.
es verdad, siempre leo elogios para esta banda pero nunca me digné a escuchar nada... aparte de que Dave Navarro se hizo conocido luego de esto y me gusta lo que hizo... salu2....
ResponderEliminarComo bien dices un grupo original y en cierto modo desconcertante, este disco es sin duda uno de mis favoritos al nivel de sus legendarios trabajos posteriores.
ResponderEliminarEfectivamente es un debut obligatorio.
Un abrazo.
Yo soy fan de Ritual de lo Habitual, pero este también es una bombaca, bastante inclasificables y desde luego incontrolables, quizás por eso sean tan atrayentes.
ResponderEliminarAbrazos.
Después de Jane's, JLO, Dave Navarro montó un grupo con Eric Avery, Deconstruction, que publicó un solo álbum, para mí imprescindible. El disco que grabó con RHCP, "One Hot Minute", también me gusta mucho.
ResponderEliminarYo no lo veo tan exageradamente bueno como los dos siguientes, Addi, pero sí imprescindible.
Es un grupo ciertamente difícil de meter en cajón alguno. "Ritual de lo Habitual" se sale, Savoy, la culminación de una trilogía equiparable a la de MC5, por ejemplo, y no solo por debutar en vivo como los de Detroit.
Abrazos, majos.
Impolutos en esos tres discos que mencionas. Variados, ricos, originales, potentes, sensibles, unicos en definitiva. Luego vinieron los vaivenes, pero esta epoca fue simplemente historica. Saludos,
ResponderEliminarAbsolutamente de acuerdo, Aybar, uno de los pocos grupos realmente imprescindibles de su tiempo. Lo que vino después es realmente vulgar, pero eso no mancha tres discos y unos años magistrales.
ResponderEliminarSaludos.