jueves, 18 de febrero de 2016
III
Se habían separado tras publicar su segundo disco (Powerhouse), su cantante se había ido a Barcelona para iniciar algo así como una carrera en solitario y el resto del grupo se hacía llamar The Dirty Jackets. Pero la fiebre no había cedido, y la pasión por el rock and roll hizo que los miembros de los Hot Dogs! volviesen a darse la mano, subieran de nuevo a los escenarios y grabasen III (2006), estupendo retorno discográfico que daba con el quinteto vasco —en una versión superior a su primera encarnación— presentando diez canciones adictivas de Jon Iturbe e Iñigo Agirrebalzategi (los Mick Jagger y Keith Richards guipuzcoanos) que no se salían de los parámetros rockers a los que nos tenían habituados.
Los Stones, AC/DC, Thin Lizzy, Mott The Hoople, Mick Ronson, los New York Dolls, T. Rex, Kiss y muchos otros magos del rock and roll siguen configurando el ADN de la banda, pero las composiciones son mejores y ésta demuestra mayor aplomo a la hora de expurgarlas en su puesta en escena. Riffs de toda la vida y bases rítmicas bien conocidas —interpretados con ardor y emoción palpables aunque controlados— sobre los que Iturbe suelta las sensaciones y los sentimientos que nutren una letras carnales para las que víscera, melancolía y desesperación son igual de válidas. Ni uno solo de los cortes sobra en un álbum de ésos que da gusto escuchar del tirón, si bien alguno de ellos es especialmente brillante, ya hablemos de Broadway ("Debo admitir que los últimos tres años / me han hecho un tío inseguro"); I'm Becomin' A Paranoid ("Cierra la puta boca / ¿Eres gilipollas o qué?"); Open The Door ("Llamando, llamando, allá voy / El diablo en tu puerta"); The Black Cat Won't Cross My Path ("No es una cuestión de mantener la fe, es un tipo de verdad que no puedes negar / Despedido del curro mi chica se ha largado, no lloraré otra vez"); o Sunny Day ("Los diamantes están en el fondo del océano / para aquellos que bailan con las olas").
A pesar de quejarse de una producción demasiado lineal en una entrevista concedida en 2007 a Muzikalia (error que se adjudicaba en exclusiva al grupo y no al coproductor Kaki Arkarazo), los Hot Dogs! defendían su tercer plástico por contener "Buenas canciones, buen sonido y un trabajo completamente sólido". Nosotros corroboramos estas palabras y un talento que se vería incluso más reflejado en el siguiente disco, Nothing But A Bad Day, último y excelente paso de una banda que —atrapada en el ámbito de las minorías y destinada a perder— creía en lo que hizo y jamás dio gato por liebre aunque remitiese a tiempos pasados y mejores. Es decir, la historia que, ajena a suertes o desgracias, tantas y tantas veces se repite en este blog. ¡Hasta la derrota!
Me gusto este trabajo, no se donde sacaria el grupo eso de produccion lineal, lo dejaremos que son tolemias de padre creador. Me ha venido de perlas este post para recuperarlo
ResponderEliminarSi señor buen disco, es genial que recuerdes discos y grupos como este Gonzalo, a pesar de su procedencia no te creas que aqui tenían especial fama, no inventan pero no renuncian a nada y eso pesa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, hay veces que los artistas tienen visones sobre su obra que se nos escapan a los (mortales) oyentes. Me alegra que los recuperes, Bernardo.
ResponderEliminarNunca han pasado de ser minoría en el País Vasco y en el resto del estado, Addi. Para eso estamos, para recordar cosas como los Hot Dogs!
Abrazos.
Al principio creí haber leído Devil Dogs, pero estos guipuchis son totalmente desconocidos en la meseta (?).Buena oportunidad entonces para investigar sobre ellos. Hay tiempo y ganas.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Un buen trozo de rock and roll, Javier. A disfrutar en tu nueva casa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Leñe, me los apunto, tienen buena pinta.
ResponderEliminarAbrazos.
Muy recomendables, Savoy.
ResponderEliminarAbrazos.