martes, 10 de mayo de 2016
Automatic Thrill
Había llegado el momento de decir adiós. Diez años grabando álbumes, girando sin parar y manteniendo viva la llama del rock son demasiados si quieres ser el rey del negocio. Automatic Thrill (2004), quinta y última parada en el camino discográfíco de Gluecifer, era la señal que un año después confirmaría la coherencia de la banda noruega al anunciar ésta su adiós. Porque el plástico, aun siendo bueno, no estaba a la altura de los cuatro que le habían precedido.
El acercamiento al rock industrial de la producción lastra parcialmente canciones potencialmente mejores que pierden el swing, retenido por el muro de oscuridades que sale de la consola de Kåre Christoffer Vestrheim. Cierto que el trabajo de Vestrheim en el anterior Basement Apes algo apuntaba hacia esa modernización del sonido del quinteto de Oslo, pero en aquel magnífico disco la personalidad de Gluecifer imponía su groove y sus himnos. No dudo de que esa apuesta cuadre con la negrura de las dos portadas de Automatic Thrill o con el lobo furibundo de una de ellas, si bien se aleja de la naturaleza de la obra de sus autores y de la frescura que la animaba. Por fortuna, la mayoría de las composiciones son disfrutables, su interpretación es poderosa y Biff Malibu sigue mostrando su autoridad vocal: contra eso no puede luchar la discutible labor del productor o la orientación que erróneamente ha tomado el grupo.
El diseño gráfico que envuelve el CD y mancha su cuadernillo interior me parece absolutamente horrendo, por no decir ridículo, y es recomendable perder de vista el artefacto mientras se disfruta de la música, pues las pegas que he expuesto no impiden pasar un buen rato con temas como Take It, Car Full Of Stash, Dingdong Thing o Put Me On A Plate. Eso sí, el bajón creativo de Gluecifer no afectaría a su explosivo directo, siendo su gira de despedida ejemplo intachable de que pocos, con dos guitarras, un bajo, una batería y un cantante, hacían sombra sobre el escenario a cinco tipos que, borrachos de los códigos del rock and roll, sabían como manejarlos con una soltura y una efectividad apabullantes. Cinco tipos que supieron retirarse antes de un posible hundimiento y que siguen siendo inolvidables.
Y es que saber retirase antes de dar pena o bajar la calidad de tu obra es algo que debe ser elogiado mas en tiempor tan mercantilistas. grandes los Glue
ResponderEliminarNo tengo computada a esta banda, solo de oídas, me los apunto aunque este lo dejaré para el final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Bernardo. Grandes, muy grandes los noruegos.
ResponderEliminarMi favorito es su segundo disco, "Soaring Wit Eagles At Night To Rise With The Pigs In The Morning", pero "Tender Is The Savage" o "Basement Apes" también son fantásticos, Addi.
Abrazos.
Me pasa lo mismo que al amigo Addi, solo de oídas conozco a esta banda noruega. Apunto tu recomendación sobre tu favorito. Últimammente me estoy metiendo mucho en la escena del black metal escandinavo. Hay cosas verdaderamente alucinantes.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Yo de black metal escandinavo sé más bien poco, Javier, así que espero alguna recomendación. El segundo de Gluecifer es impresionante, ya verás.
ResponderEliminarAbrazos.
Yo tengo el anterior a este y es buen disco, Noruega siempre trae grandes bandas, esos vikingos...
ResponderEliminarAbrazos.
Bueno, no, buenísimo. Lo de vikingos, ejem.
ResponderEliminarAbrazos.