viernes, 20 de mayo de 2016
Future Days
No tiene Future Days (1973), último plástico de Can con Damo Suzuki al frente, el recio calado de los dos anteriores y extraordinarios Tago Mago y Ege Bamyasi —álbumes a citar junto con Exile On Main St., Abbey Road o Forever Changes en lo más alto de la historia del rock—, pero es de escucha obligada por su alto interés musical y por hablarnos de un grupo que, sin dejar de ser en esencia el mismo, se desliza a terrenos ambient no desligados del carácter experimental, psicodélico y extremo del quinteto.
Ruidos industriales que emparentan la deshumanización del ayer con la del mañana —para recordarnos la de hoy— son sustituidos gradualmente por las notas de Can en Future Days, corte homónimo e inaugural que reproduce las maneras inconfundibles de la banda alemana moviéndose entre el funk progresivo y la bossa nova espacial. La cadencia establecida por Jaki Liebezeit y Holger Czukay —nunca una base rítmica fue tan crucial— es la plataforma sobre la que Michael Karoli lanza sus excitantes acordes y punteos (además de la guitarra también escuchamos su violín), Suzuki canta "por el bien de los días futuros" e Irmin Schmidt incorpora leves adornos con su teclado. Que Can estaba tan a la vanguardia como Kagel, Ligeti, Berio o Xenakis lo deja claro Spray, si bien dicha vanguardia se dispara ligada a la música popular siguiendo cauces similares a los del free jazz que se ponen en pie con los instrumentos tradicionales del rock and roll. Moonshake puede parecer la anomalía breve y pop del álbum, aunque sea una faceta ya conocida de la banda como atestiguan los dos cortes que cerraban Ege Bamyasi: I'm So Green y Spoon. El famoso y rico barrio de Los Ángeles, Bel Air, pone título a la odisea de veinte minutos que completa Future Days, suite mutante y atmosférica capaz de transmitir y engendrar poderosas emociones en el oyente.
Concluía de esta manera la obra en estudio de la formación más trascendente de Can, seguramente el grupo europeo más genuino de los años setenta. Igual de extraordinario que AC/DC, los Stooges o Led Zeppelin, pero mucho más original e iconoclasta, pervive en su arte ese afán de ningunear ardides comerciales que contraríen su independencia o perviertan en modo alguno el concepto del mismo. Un afán gracias al cual elepés como Future Days siguen alejando de sus surcos a aquéllos que —temerosos de fallar a su maldita tribu o de ver reflejada en el espejo de la música su propia mediocridad— no esperan sorpresas cuando atienden a una grabación ni que su modelo predeterminado se vea hecho pedazos por la aventura creativa de cinco intérpretes asentados en Alemania y obsesionados porque ningún molde les aherrojara.
Magnífico texto Gonzalo, ese calificativo de bossanova espacial te ha quedado niquelao. La referencia a la base rítmica del grupo, imprescindible, siendo para mí Jaki uno de los mejores baterías de la historia del rock. Y esos comentarios lapidarios sobre aquellos mediocres incapaces de aceptar propuestas hechas a la carta para ellos, perfecto en su clarividencia.
ResponderEliminarPor cierto, en la copia del vinilo no aparecen en la parte inferior de la cubierta las caras de los músicos, por lo menos en el mío.
Gran entrada para un gran grupo.
Abrazos,
JdG
Muchas gracias, Javier. Opino igual que tú de Jaki Liebezeit, su percusión es única. Lo de la mediocridad, ya sabes, la gente y su tribu… Yo tengo el disco en CD, la foto la saqué de la red, imagino que será una edición diferente a la tuya.
ResponderEliminarAbrazos.
Vaya discazo nos has puesto hoy. Fue una lastima que perdieran al japonés pues complementaba muy bien al grupo. En el de Babaluma se notó su falta.
ResponderEliminarPor cierto el otro día oíg varios discos de Czukay y vi que sigue en forma.
Sí, con la marcha de Suzuki el grupo fue a menos. ¿Alguna recomendación de Czukay?
ResponderEliminarSaludos, Luis.
Bueno tercer intento de responder y espero que el definitivo. Primero que decir que el Spotify ha jugado conmigo al despiste. Recuerdo una tarde de domingo estar escuchando diferentes referencias de Holger. Hoy sólo hay un disco. Algo parecido me ha pasado con algunos otros interpretes.
EliminarRastreando pues en youtube he encontrado algunos de los discos que aquella tarde escuché.
Discos curiosos de Hoger con David Sylvain, otro titulado Persian Love y el que mas me gusto con mucho es uno titulado Der osten is rot (el este es rojo) donde Holger parece acompañarse de una banda del ejército ruso o algo así.
Este tema en algunos momentos parece la sintonía de radio Praga internacional.
Lo gracioso es que los discos son de los años 80 y 90 pero a saber el año que le ponen los del spoty.
Bueno tercer intento de responder y espero que el definitivo. Primero que decir que el Spotify ha jugado conmigo al despiste. Recuerdo una tarde de domingo estar escuchando diferentes referencias de Holger. Hoy sólo hay un disco. Algo parecido me ha pasado con algunos otros interpretes.
EliminarRastreando pues en youtube he encontrado algunos de los discos que aquella tarde escuché.
Discos curiosos de Hoger con David Sylvain, otro titulado Persian Love y el que mas me gusto con mucho es uno titulado Der osten is rot (el este es rojo) donde Holger parece acompañarse de una banda del ejército ruso o algo así.
Este tema en algunos momentos parece la sintonía de radio Praga internacional.
Lo gracioso es que los discos son de los años 80 y 90 pero a saber el año que le ponen los del spoty.
Tengo que meterme con Can, los tengo pendientes.
ResponderEliminarAbrazos.
Eso es, Savoy. Un grupo estratosférico.
ResponderEliminarAbrazos.