viernes, 22 de julio de 2016
Hard Sweet And Sticky
Que la marcha de Tony Fate hicera que los BellRays perdieran parte de su carácter noise y free jazz nadie lo pone en duda. Comparando su último álbum con la banda (Have A Little Faith) con el primero ya fuera (Hard Sweet And Sticky, 2008), es evidente que hay menos crudeza en éste que en aquél. Pero nada más. ¿Y por qué? Porque el disco viene cargado de canciones fantásticas —bien nuevas, bien revisiones del pasado—, el grupo las interpreta pletórico y encontramos diferentes texturas y estilos que deben su excelencia a la pericia técnica del cuarteto.
The Same Way —corte inicial— es uno de esos temas ya grabados por el grupo de Lisa Kekaula y recuperados para la ocasión. Elegante, estilizada apertura, incorpora un órgano que bien podríamos adjudicar a Chris Leroy, aunque no me atrevo a afirmarlo con total seguridad. Rock clásico y sosegado al que se yuxtaponen dos bombazos como One Big Party e Infection. De riff sencillo de la escuela de AC/DC, el primero es un himno delicioso e imparable que vuelve a evidenciar la querencia de Bob Vennum —responsable de todas las guitarras que escuchamos ahora que no está Fate— por el quinteto australiano. El siguiente, Infection, rebaja la velocidad pero dobla la potencia en un medio tiempo que revive y actualiza los modos de Jimi Hendrix de la manera en que Lenny Kravitz debería pero no sabe. Sin solución de continuidad, Coming Down se decanta por el stoner rock, energía y psicodelia que se funde con el soul y el funk de Footprints On Water, segunda pieza robada a la historia del grupo aquí cantada espléndidamente por Kekaula, heredera de las grandes voces negras y femeninas de su país. La amargura del amor deshecho —sino ineluctable de las relaciones sentimentales— es convertida en una hermosa balada que tiene algo de bossa nova (Blue Against The Sky) en la que escuchamos versos como —a muchos les sonarán— "Todo ha terminado ahora" o "Mi vida está vacía / Estaba tan asustada / Que no era posible / En absoluto vivir". Psychotic Hate Man contrasta en su brevedad punk, más aun si la canción que le sigue es de la sensualidad psicodélica de The Fire Next Time, magnífica composición que trae al disco el mencionado Chris Leroy. Los BellRays hijos de Detroit y su high energy rock and roll resucitan en That's Not The Way It Should Be antes de dejarnos boquiabiertos con los seis minutos largos de Wedding Bells, trip hop deslumbrante que trae a la cabeza inmediatamente a Portishead y similares adalides musicales del Bristol de los noventa.
La edición de Bittersweet en CD (que es la que tiene un servidor) termina así, sin añadir la lectura del Pinball City que anuncia la contraportada y que si está en otras versiones digitales o analógicas del elepé. En nada creo que afecte dicha merma a la brillantez de un trabajo recomendable sin ambages y que venía a declarar que la ausencia de un artista de la talla de Tony Fate no iba a destartalar o asustar al binomio Vennum-Kekaula. Apoyado por el bajo de Billy Mohler y la batería de Craig Waters, en un estado de forma envidiable en Hard Sweet And Sticky.
Yo tengo la edición con Pinball City y es como dices. A mí me entró el miedo cuando supe que Tony Fate había dejado la banda pero hay que decir que supieron rearmarse a las mil maravillas. Les ví en esta gira por tercera vez y les hice saber que One Big Party forma parte de mi vida por una razón muy concreta. Lisa y Bob son encantadores en persona, a pesar de la mala hostia que a veces se gasta ella sobre las tablas je, je. Me gustaba mucho más esta formación que la actual .
ResponderEliminarCon respecto a Chris Leroy aciertas en todo lo que comentas. Otro encanto de tipo que ya tiene en marcha otra referencia y otro buen puñado de temas escritos con Johnny Hickman. Vamos a ver qué salida les dan, desde luego que sus aportaciones al repertorio Cracker son pequeñas pero insuperables, Another Song About The Rain es un clásico para sus fans y no me extiendo que hay otros pocos más igual de potentes.
Saludos y gracias por reivindicar este olvidadísimo disco.
Es cierto, tengo este artefacto y aquí todavía la marcha de Tony Fate no se nota, es un muy buen disco, en el siguiente ya es otra cosa.
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias a ti por tu comentario, David. Me ha picado la curiosidad con eso de "One Big Party", pero, bueno, son cosas personales.
ResponderEliminarNo he seguido al grupo después, Savoy, pero hasta este disco su obra es impecable.
Abrazos.