lunes, 5 de septiembre de 2016
Mingus Ah Um
El arte de Charles Mingus y su posicionamiento en la vanguardia no excluyen los constantes homenajes y miradas al pasado que explícitamente contiene su música, siendo ahí precisamente donde reside una heterodoxia no iconoclasta que no admite injerencias a la hora de expresarse, pero que tampoco reniega de quienes han sido sus maestros. Honrando al pasado y absorbiendo el presente, pues, pero, sobre todo, fabricando imperturbable un discurso ad libitum, discurre Mingus Ah Um, primer elepé del autor de Pithecanthropus Erectus para Columbia, extraído de un par de sesiones grabadas en mayo de 1959 que darán lugar a uno de sus trabajos más celebrados. Con una accesibilidad y una inmediatez mayores que las de otras de las piezas maestras de Mingus —pienso en The Clown, Oh Yeah o The Black Saint And The Sinner Lady—, Mingus Ah Um goza de una musicalidad excepcional, de ésas que te envuelven desde el primer instante con un sonido puro y esencial compatible con las disonancias y estructuras complejas cuando éstas asoman. Bebop, hard bop, swing, blues, gospel y el continuo aire de fanfarria tan típico del contrabajista y sus grupos se dejan sentir durante la escucha del disco en el vibrar y frasear de unos intérpretes magníficos y apasionados. Sobre la base que forman Mingus, Dannie Richmond (batería), Horace Parlan (piano) y Booker Ervin (saxo tenor) se alternan Willie Dennis y Jimmy Knepper al trombón, pasa del saxo alto al tenor Shafi Hadi y maneja ambos saxos y el clarinete en determinados temas John Candy. Guarda el álbum —además— tres tributos a figuras insoslayables del jazz e inspiración fija de Charles Mingus (Lester Young, Duke Ellington y Jelly Roll Morton), y un cuarto que no lo es según su creador pero que por su título y hechuras bien podría homenajear a Charlie Parker, Bird Calls. Una portada de S. Neil Fujita, autor también de la del Time Out de Dave Brubeck (que veía la luz ese mismo 1959), da aún más lustre a Mingus Ah Um, si bien los sonidos que guarda se valen por sí solos para conseguir una excelencia que en nada envidia a la de los modelos mencionados y celebrados. Ahí es nada.
Ya solo los dos primeros temas justifican todo el disco. El jazz para mi tiene dos vertientes la compositiva y la interpretativa. Mingus,Monk y Ellington son tres compositores que me motivan mucho. Siempre es una delicia oírlos a ellos o a cualquier otro interpretando sus temas.
ResponderEliminarGrandes compositores e intérpretes los tres que citas, Luis.
ResponderEliminarSaludos.
Por lo que comentas creo que este "Mingus Ah Um" es el típico album que bien merece una incursión en profundidad, una grata inmersión en las raíces e influencias del músico para comprender y valorar mejor su otro aspecto más experimental y vanguardista. Tomada nota.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Merece mucho la pena, Javier.
ResponderEliminarUn abrazo.