lunes, 10 de octubre de 2016
At The Top Of The Bottom
En la parte más alta del underground, como ironiza su título: ahí es donde hay que situar a los Meows y At The Top Of The Bottom (2005), segundo elepé del grupo catalán y magistral ejercicio de rock and roll que aumentaba su prestigio pero no le sacaba del ámbito minoritario en que se movía. High energy, soul, power pop y rhythm and blues empapan la música del quinteto que, producida por Santi García, suena aquí mejor que nunca. De entrada hay que destacar que una banda que consigue que sus canciones encajen a la perfección con versiones de Shorty Long (Function At The Junction), Ike and Tina Turner (This Man's Crazy) y Sly & The Family Stone (Don't Burn Baby) está muy encima de cualquier media. El vendaval rocker que abre At The Top Of The Bottom y cierra la mentada Don't Burn Baby (en la edición digital que poseo) está servido con una clase que impresiona, cinco músicos (más Carles Cagigal, pianos y Hammond) desplegando su artillería técnica y pasional para revivir sin nostalgia el arte de Chuck Berry, de Sam Cooke, de los New York Dolls, de MC5, de AC/DC o de los tres homenajeados y mencionados arriba. La voz de Francis, las guitarras de Javi y Enric y la base rítmica de Jaime y Foll en casi nada envidian a sus modelos, rotundas y espléndidas a la hora de ejecutar el material al que se enfrentan y dotarlo de groove. Preocupado por la poca enjundia de sus letras —en contraste con su categoría sonora—, Jaime Gonzalo —seguidor y defensor del grupo desde sus inicios— aporta la letra de tres de los cortes y aprovecha para criticar a quienes han hecho de su Barcelona (si no me equivoco) una Stolen City. Aunque haya dudado, no voy a destacar ningún tema del disco, pues en este caso sería radicalmente injusto. En su terreno, y en cualquiera, At The Top Of The Bottom es una joya intachable, y lo es porque todas las piezas que le dan forma refulgen en idéntica medida. Seis años tardará en llegar el tercero de sus trabajos largos, ajeno también al éxito y llamado All You Can Eat, donde los Meows serán capaces de repetir la hazaña aquí narrada, la del rock and roll con todas las letras, genuino, imparable y magnífico de principio a fin. Una pena que seamos tan pocos los interesados.
Pues me voy a poner a buscar, es la primera noticia que tengo de ellos, y todo lo que relatas hace pensar en algo interesante y de calidad, y desde luego que me tiene que gustar fijo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un grupazo, Addi, escucha todo lo que puedas de los Meows y serás un poco más feliz.
ResponderEliminarAbrazos.