miércoles, 30 de noviembre de 2016
Kill City
Que nadie pronuncie el nombre de Iggy Pop en vano. Al menos con anterioridad a 1980, tal cosa es anatema. Los tres discos que graba con los Stooges, los tres primeros en solitario y el que se publica a nombre de Pop y James Williamson, Kill City, le sitúan para siempre jamás en el panteón del rock and roll junto a Elvis, los Beatles o los Byrds sin que persona prudente alguna pueda ponerlo en duda. Escasamente mencionado, el séptimo de los trabajos nombrados —una maqueta de 1975 que Williamson revisa y retoca y que ve la la luz a finales de 1977 en el sello Bomp!— viene a ser la versión comercial de los Stooges de Raw Power, si bien casi cualquier elepé resulta edulcorado si lo comparamos con el tercer, morboso y extraordinario plástico del grupo de los hermanos Asheton, Pop y Williamson. Los riffs que trae éste no pierden esa extrañeza que tan originales y geniales los hace sin salirse de la tradición clásica y rocker que los genera. No se puede decir que Kill City abandone el desasosiego turbador o la apostasía moral de los Stooges, pero sí que su música es más accesible, como si las melodías y los arreglos —saxos, teclados, percusiones, guitarras acústicas— tratasen de menguar la tristeza y el dolor de las letras de Iggy. Como muchos críticos has señalado, la influencia de los Stones es evidente en buena parte del plástico, lo cual no disminuye la personalidad del sonido del tándem Pop/Williamson. Apostando tanto por los temas rítmicos como por las baladas, se disfruta por igual de Kill City, Beyond The Law o Consolation Prizes que de Sell Your Love, I Got Nothin', Johanna o Master Charge, y en especial cuando el saxo de John Harden interviene coloreando maravillosamente las canciones. No nos olvidamos bajo ningún concepto de las teclas de Scott Thurston (y bajo en varios cortes) antes de añadir que Kill City era el tercer elepé que Iggy Pop iba a publicar aquel 1977, tras The Idiot y Lust For Life. Ni en cantidad ni en calidad repetirá semejante hazaña los cuarenta años posteriores, lo que no será óbice para asegurarse el lugar sagrado arriba dicho. El de uno de los reyes de la música del diablo.
100% conforme ni un pero ni una coma de más
ResponderEliminarTengo olvidado este disco, la verdad es que nunca lo he tenido demasiado en cuenta, esta como escondido.
ResponderEliminarLo revisaremos.
Un abrazo.
Me alegro, Bernardo. De los trabajos posteriores de Iggy, ¿cuál es tu favorito?
ResponderEliminarYa me dirás cómo te ha sabido esa revisión, Addi.
Abrazos.
Tus primeras frases son de traca y lo dicen todo. Si lanzamos tantas anatemas nos van a excomulgar. Abrazos.
ResponderEliminarQue no nos excomulguen, querido amigo.
ResponderEliminarAbrazos.
Que gema escondida ! el bronce en Johanna es fabuloso ademas de extraño en un disco de la iguana ,saludos cordiales
ResponderEliminarEspléndido Harden en "Johanna", cierto.
ResponderEliminarUn abrazo, Luther.