lunes, 10 de septiembre de 2018
Works For Prepared Piano
En enero y julio de 1998 Markus Hinterhäuser grabó para la discográfica col legno muchos de los trabajos para piano preparado que un joven John Cage escribió en la primera mitad de los años cuarenta (es decir, en plena Segunda Guerra Mundial), además de alguno posterior como Music For Marcel Duchamp (1947) o las soberbias Two Pastorales (1951-52). Manipulando las cuerdas y otras piezas del piano, éste se convierte en un instrumento de percusión que vulnera ex profeso —dependiendo del grado de preparación— las motivaciones y finalidades melódicas y armónicas que cualquier partitura pudiera tener. El resultado de la música pensada por Cage e interpretada por Hinterhäuser es fascinante, desde la Bacchanale que aquél empezó y completó en 1940 hasta las dos mencionadas pastorales, que guardan en su interior prolongados silencios que son antecedentes de los cuatro minutos y treinta y tres segundos de obstinada, radical mudez que a continuación llevarán el arte de John Cage al extremo. La enorme belleza de los sonidos producidos por tan peculiar piano tiene, asimismo, espacio para el sobrecogedor horror de las atrocidades nazis, un emocionante In The Name Of The Holocaust de 1942 que trae a la cabeza —por vinculaciones bélicas e intenciones estéticas— el Cuarteto para el fin de los tiempos de Olivier Messiaen, estrenado un año antes en un campo de concentración alemán. Un doble álbum, en definitiva, para disfrutar y conocer los Works For Prepared Piano de uno de los creadores más personales e insobornables del siglo XX.
Al hilo del último apunte que comentas sobre Olivier Messiaen y su "Cuarteto para el fin de los tiempos", he repasado el artículo que Carlos Lapeña publicó sobre la "Música en el gueto de Terezín" (el campo de concentración nazi de Theresienstadt en 1941)en el Karate Press nº0. El poder evocador (y curativo) de la música alcanza también esos momentos en los que la atrocidad inspira a los compositores.
ResponderEliminarTomo nota de la obra.
Abrazos,
JdG
Muy interesante lo de Lapeña, Javier. La música —creo— puede surgir en cualquier momento, pero es cierto que en lugares tan atroces tiene ese "poder evocador" del que hablas. Y los trabajos que comento de Cage, imprescindibles.
ResponderEliminarAbrazos.
Interesante conocer sobre estos pianistas clásicos y su música y virtuosismo. Me encanta la música, saludos desde El Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminarHola, Boris. Las obras para piano de Cage son distintas a lo que se entiende por piano clásico, pero son enormemente bellas.
ResponderEliminarUn saludo.