jueves, 5 de septiembre de 2013
Bad Reputation
Los microuniversos que pueblan las diferentes disciplinas artísticas tienden a parecer absolutos, únicos en el momento histórico en el que hacen su aparición y realizan su desarrollo inicial. Un análisis retrospectivo rápido y generalizado relacionará géneros, estilos o movimientos con tal o cual periodo en el que ven la luz como si a la sazón no hubieran cabido maneras diferentes de hacer las cosas; pero en cuanto se amplía la mirada vemos que dicho barrunto, si no falso, no se ajusta a una realidad siempre mucha más lata, rica y difícil de reducir.
Nos lleva el párrafo anterior directamente al año 1977. El punk rock parece barrerlo todo, provocando a la sociedad biempensante y ridiculizando a sinfónicos, progresivos y llenaestadios de cualquier pelaje. Cualquiera puede montar una banda, escribir una canción e interpretarla ante un público evidentemente receptivo a ese retorno al rock and roll fundacional y popular. Sin embargo, no solo de Sex Pistols, Ramones, Clash, Damned, Dictators o Dead Boys se alimenta aquel año: Kraftwerk, David Bowie, Iggy Pop, Pink Floyd, AC/DC o Thin Lizzy —el grupo del que nos vamos a ocupar—, por ejemplo, publican obras que el tiempo ha convalidado exactamente igual que las que nos dejaron —tan frescas y gozosas— las hordas punks.
Thin Lizzy —entramos ya en materia— se encuentra en un momento creativamente pletórico cuando se dispone en primavera a registrar Bad Reputation bajo la batuta de Tony Visconti. Los resultados de la grabación lo confirmarán, a pesar de que Brian Robertson apenas intervenga en la misma al tener la mano dañada. Un gong inicia el álbum y Soldier Of Fortune, maravillosa canción que eleva el listón ya desde el principio, y en la que disfrutamos de nuevos punteos gemelos y melódicos del genial Scott Gorham. Bad Reputation, Opium Trail y Southbound mantienen el nivel establecido, más duras las dos primeras, más lírica la última (escuchen de fondo la armónica que toca Phil Lynott), espléndidas las tres y unificadas por una de las voces más expresivas y emocionantes que haya dado el rock. Pero no crean que todavía se ha alcanzado el súmmum. Dancing In The Moonlight es la joya del disco, un romántico homenaje de Lynott a su compatriota y maestro Van Morrison que aleja al grupo del hard rock para plasmar uno de sus temas más delicados y sobresalientes. Killer Without A Cause retoma la vía aguerrida —si bien matizada por la guitarra acústica en algún pasaje— aunque solo sea un espejismo, pues será abandonada hasta que el elepé finalice. Ni la preciosa balada Downtown Sundown ni los dos cortes que van en último lugar —That Woman's Gonna Break Your Heart, Dear Lord— pueden ser clasificados como rock duro; es rock a secas construido según las premisas de Thin Lizzy, a esas alturas de la década inconfundibles, y siempre orientadas a remover nuestros sentimientos tras regurgitar Lynott los suyos.
Concluimos diciendo que la mano de Tony Visconti —que también se ocupará de los nombrados Bowie e Iggy Pop en 1977— se nota en el acabado del producto, pero las composiciones y su definición técnica llevan el sello magistral de los autores de Jailbreak. Son ellos, los miembros de Thin Lizzy, los encargados de recordarnos que hay que desconfiar de orientaciones unidireccionales en el estudio de las manifestaciones estéticas de una época: por mucho que una sobresalga, siempre serán variadas, bien cercanas, bien esquivas. Por ruido que hicieran Johnny Rotten y compañía, lo contrario no sería lógico.
Siempre me encanto este disco, fue una de mis camisetas que mas orgulloso me ponia cuando era un adolescente.La mano de Visconti es indudable, no por nada es un mago en el estudio.Pero el sabor de Lynnot y sus secuaces esta muy, muy presente.Un disco que me sabio a gloria tras el flojo(a mi gusto) Johnny the Fox).
ResponderEliminarYou had bad breaks well that's tough luck
You play too hard too much rough stuff
You're too sly so cold
That bad reputation has made you old.
A+
Un disco muy importante en la carrera del grupo, y también enclavado en una época convulsa, musicalmente hablando, que describes con maestría, egregio amigo.
ResponderEliminarTengo un amigo, al que conocerás el viernes, que es fanático de Lynnot y los suyos.
Un abrazo.
He dado un respingo de emoción al ver la portada en la columna de blogs je je je... qué banda tan especial, qué único era/es Lynott (su voz, sus letras, esa sensibilidad...), qué guitarras... y menudo disco el que traes, absolutamente redondo.
ResponderEliminarAbrazos.
Hey, Gonzalo!
ResponderEliminarDíficil, muy díficil otorgarle a un redondo que empieza con "Soldier Of Fortune" otra categoría que no sea la de POM® (concepto registrado de Joserra).
Precisamente llevo un tiempo queriendo escribir sobre el grupo de Lynott, pero claro, hay mucho y muy bueno donde elegir, particularmente no termino de decidirme entre dos elepés de su etapa dorada.
No quería terminar este escrito sin aplaudir por la reflexión que planteas en los dos primeros párrafos. Es cierto, a veces pecamos de caer en la ucronía y leer la historia al revés. El caso de los punks es especialmente ilustrativo, ya que es un movimiento que ganó enteros con el tiempo, pero que en su día no fue lo que se dice un suceso comercial (en Inglaterra, algo, en los U.S.A Billy Joel o Elton John vendían más que los Ramones o Dictators), mientras que ahora se piensa que todo eran crestas e imperdibles. Lo mismo puede aplicarse a otras escenas, cómo el swingin' London o el sleazy. Es lo que suele hacer el mediocre: Alterar la realidad hasta que coincida con su microconcepción del rock and roll.
En fin, gran artículo.
Rock-On!
A mí "Johnny The Fox" me parece un buen disco, Tsi. En cuanto al que comento, estamos muy de acuerdo: mejor tener mala que buena reputación, je je je.
ResponderEliminarGracias, Savoy. Muy importante, sí. Mañana charlaremos con tu amigo.
Si, Agente, Lynott solo hubo uno, tú le has descrito. Un disco excelente y preludio de un doble en vivo sin igual.
POM o casi. A ver qué nos preparas, seguro que magnífico (últimamente te sales con tus escritos). Lo de la ucronía es un tema ciertamente extendido: se parte de un supuesto falso o inexacto para desarrollar teorías que, aun pudiendo resultar atractivas, son como castillos de arena. "Es lo que suele hacer el mediocre: Alterar la realidad hasta que coincida con su microconcepción del rock and roll." Terminas tú por mí, maestro Tyla.
Abrazos para todos.
Solo el "Jailbreak" en mi poder y muy contento por ello, aunque por tus comentarios sobre el "Bad Reputation" no sobraría para nada éste último. Y Tony Visconti es mucho Tony.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo por tu cumpleaños.
JdG
Intratable la Flaca de "Fighting" a "Chinatown" (colando por el medio además uno de los mejores directos jamás registrados). Este de hoy solo por la canción de cabecera y "dancing in the moonlight" (aunque no cabe desperdicio alguno, desde luego) ya tiene el cielo asegurado... Y cuanta verdad Gonzalo en eso de los falsos (por lo gregaria y gratuitamente impuesto) anacronismos por culpa de las tendencias y martingalas pandereteras varias... Abrazo guzzero.
ResponderEliminarComo dice abajo Guzz, Javier, en la segunda mitad de los setenta Thin Lizzy dejó una obra excelente, aunque el que tú tienes sea quizá el mejor de sus discos. Y muchas gracias: nos vamos haciendo mayores y vemos cómo todo parece un sueño, que dirían Neil Young o Calderón.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, Guzz. "Dancing" es absolutamente maravillosa. En cuanto a lo último, coinciden la falta de conocimiento con la falta de ganas de conocer por encima del tópico.
Abrazos para los dos.
Discazo imprescindible, bandaza a la que tengo algo olvidada, torpe de mi, esta reseña magnífica me va a devolver al amigo Lynott sospecho.
ResponderEliminarGracias Gonzalo, felicidades atrasadas y un fuerte abrazo.
Gracias, Addison. ¡De vuelta a Lizzy!
ResponderEliminarAbrazos.