domingo, 8 de septiembre de 2013

Sin City Six


Fruto de la disolución de los Pleasure Fuckers, Sin City Six vino a ser la extensión del grupo de Kike Turmix sin Kike Turmix, sustituido en su primera encarnación por un Lee Robinson que moriría un año después de ver publicado el debut de su flamante banda. Más escorado al hard y el high energy que al punk (que sería el caso de los Fuckers), Sin City Six (2000) es un disco de rock and roll con todos los tópicos y clichés (musicales y líricos) que ustedes puedan imaginar asociados a la música del diablo. Sin embargo, y a pesar de no haber en él composiciones enormes, la energía con la que los integrantes del quinteto ponen en escena las mismas y el rotundo sonido logrado por Andy Shernoff (con un productor así tienes que ser muy malo para fallar) hacen del álbum un trabajo notable que suple cualquier atisbo de originalidad o experimentación por la entrega del convencido. Transmitiendo pasión, ardor en cada solo y en cada riff (Mike Sobieski y Norah Findlay); en cada nota pulsada por el bajo (Barnaby Bowles); en cada redoble y en cada golpe (Ángel Ramos); y en cada vocablo cantado (Lee Robinson), Sin City Six les hará mover el esqueleto hasta acabar revolcándose por el suelo mientras fingen tocar una guitarra o una batería en la más absoluta de las intimidades, pues si no serían tratados de enfermos mentales. Algo de eso tiene, cómo no, quien se obceca en hacer pervivir un arte tan trillado como el que practica —practicaba— Sin City Six, defendiendo a capa y espada los valores de Chuck Berry, James Williamson o Bon Scott aun a sabiendas de que jamás llegará ni de lejos a su altura. Sirva en su descarga que incluso contemporáneos de la categoría de Asteroid B-612 o Thee Michelle Gun Elephant tampoco lo estuvieron. De todos modos, expresados los peros por nuestra parte, las virtudes salen victoriosas y el disco —si éste es su negociado— se escucha del tirón con gusto. Eso es lo que importa, ¿no?, me dirán, que es usted un quisquilloso. Y les contestaré junto a Robinson: Por supuesto, "Let it roll", disfrutemos cerveza en mano de lo que queda del verano.

7 comentarios:

  1. Hola, Gonzalo… nada, ya terminé la novela y chapó, me gustó mucho. Increíblemente bien escrita, sincera, con sentido del humor (hubo momentos desternillantes, incluso cuando había escatología de por medio que no se hizo vulgar en ningún momento).
    Es una novela tierna y nada superficial, que toca aspectos como la amistad, el amor y el sexo, las relaciones laborables que están podridas y que desprotegen los derechos de los trabajadores, con situaciones de escándalo. Hay lugar para lo íntimo y lo social; también para la política (tesis sobre el nacionalismo… para mí argumentas de un modo muy convincente en este tema). Me gustó cómo evoluciona la amistad cuando cada uno debe coger su camino y las cosas ya no son como antes, a pesar de que un nexo de unión como la música (que lleva a tener unos vínculos que vienen de muy atrás – en relación a la edad que se tiene –) es un soporte estable, por lo menos hasta un momento determinado de la historia. Hay partes tristes (la relación con la novia, la hermana de uno de los amigos, cómo se “deteriora” por las exigencias de ella – tal vez debería poner también exigencias entre comillas –, o mismo la situación de zombie nocturna del protagonista. La noche para él se convierte en algo así como una droga con su lado bueno y su lado no tan bueno…una novela excelente, Zalo. Enhorabuena. Yo te animaría a que siguieras escribiendo novelas porque se te da que te cagas ;-)

    Con relación a la entrada del grupo Sin city six, que no conocía, supongo que, y aunque digas que su música está llena de clichés y tópicos dentro del rock n`roll, pero que no dejan de hacerlo muy bien, no se parecerán demasiado a Stray Cats. A ver si escucho algo de ellos. Supongo que me convencerán, como casi todo este tipo de música.

    Un abrazo, Zalo. Hasta pronto.

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  2. Mil gracias, Javier. Por los elogios y por el análisis que has dejado, gracias de verdad. Tengo escrito un libro de relatos, que estoy intentando publicar, pero solo el blog me llena muchísimo. SCS no se parece a los Stray Cats, pero es un grupo que mola bastante a pesar de lo que expongo. Te dejo enlace para que veas el vídeo del primer tema del disco:

    http://www.youtube.com/watch?v=JzoNdvIhrXY

    Un abrazo muy fuerte.

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  3. Recuerdo que me dejaron el disco cuando salió y no me impresionara demasiado pero, claro, era (más) joven (ja ja ja) y creía que cada nueva escucha tenía que suponerme una "revelación" como si hubiese muchos Raw Power o Highway to Hell por ahí. De todos modos, brindo contigo por lo que queda de verano y por el r'n'r interpretado con pasión.

    Un abrazo y felicidades atrasadas, Gonzalo. ¿El cambio de look de RG tiene algo que ver con cumplir años? ;)

    P.D: Me uno a la proclama que encabeza la columna.

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  4. Este lugar sigue siendo una fuente de donde beber conocimientos musicales. Felicidades por el post, amigo.
    Un abrazo!

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  5. Sí, querido Agente, a veces pedimos/buscamos demasiado. Muchas gracias, no sé si el cambio de look tiene o no que ver, pero quizá sí. Y, por supuesto, la nueva guerra que se nos avecina es una farsa más, orquestada esta vez por el Premio Nobel de la Paz.

    Gracias, Evánder. Puedes beber sin límite, je je je.

    Abrazos para los dos.

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  6. Conocí al Kike Turmix de los muy iniciales Pleasure Fuckers, sin verles a ellos en directo. Me refiero a ver a Kike en La Vía Láctea o en la sala Revolver de Galileo pinchando y bien animado, allá por el 90 y 91. Por cierto, en cuanto al nuevo diseño del blog, el cambio de color del fondo más tenue y sosegado (cosas de la edad, me imagino), ¿quién es el personaje de la foto, Bon Scott?
    Un abrazo,
    JdG

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  7. Mis recuerdos de Turmix en los lugares que mentas, Javier, se retrotraen al 92, el año en el que —por suerte o desgracia— llegué a Madrid. Como le comentaba al Agente Cooper, es posible que la edad tenga que ver: uno empieza a sosegarse. Sí, es Bon Scott, el Camarón del rock and roll.

    Abrazos.

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