Asesinados por enfermos
apoyada en la mentira.
Manipulados por un gobierno
también culpableque acusa a quien no ha matado.
Humillados por la sangre,
la confusión,el miedo.
Ciento noventa y un cadáveres
de la clase obrera
llorados tras una pancarta
que menciona una constitución putrefacta.
Asco y lástima,
que diría Hugo Chávez.
Ira, rabia, dolor.
Diez años de ignominia
y un silencio sobrecogedor.11 de marzo de 2004.
Pufff sobrecogedor también tu poema... mucha pena en la fecha de mañana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tan crudo como real. Felicidades, es un gran poema.
ResponderEliminarUn abrazo!
Las únicas y verdaderas víctimas todos ellos, aquí queda el gallinero.
ResponderEliminarSilencio y respeto es lo que merecen.
Un abrazo.
Genial, Gonzalo, genial. El 11-M fue, desgraciadamente, otro ejemplo de la vileza política y de cómo se humilla aquí a las víctimas de una desgracia. Gran entrada.
ResponderEliminarhttp://www.ourgodsaredead.blogspot.com.es/2014/03/la-belleza-en-el-terror_11.html
Yo hoy me acuerdo de Aznar y de Federico Losantos, estoy en mi derecho, con todo el respeto hacia las víctimas. Buen poema, grandmaster.
ResponderEliminarMe pasa lo mismo que a Johnny y es que oir a Ignacio González ayer u hoy a Rouco Varela... uffff, "asco y lástima" efectivamente.
ResponderEliminarAbrazos.
Gran poema me admirado literato y gran ser humano. Hoy prefiero no acordarme de nada de aquello, ya lo hago a menudo y siento amor por los seres humanos impliacados y repugnancia por ya sabéis quienes...
ResponderEliminarAbrazo.
Un día antes, el 10 de marzo, tomaba a primera hora de la mañana un AVE en Atocha con dirección a Sevilla.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Uno de esos sucesos que se graban a fuego en la memoria, de los que recuerdas exactamente cómo fue el día en que tuvo lugar, el lento goteo de las noticias, el progresivo aumento de víctimas, el abismo de la tragedia.
ResponderEliminarVayan, en fin, mis condolencias a los familiares de las víctimas y todo mi asco a los terroristas descerebrados que lo perpetraron y a una clase política, a ambos lados del río, que no hizo otra que instrumentalizar la tragedia.
Saludos.
Sobrecogedor todo, Savoy. Muy triste, sí.
ResponderEliminarGracias, Evánder. Es un asunto que me pedía ese tono.
Silencio y respeto, Sergio: buena receta.
Gracias también a ti, 21st. La vileza fue (y sigue siendo) insufrible. Aznar fue culpable de que nos convirtiéramos en blanco de los yihadistas; sin embargo, como siempre, pagaron otros su apoyo a ese asesino llamado Bush Jr.
Te entiendo de sobra, Johnny. Yo pienso en todos, la verdad: una cosa no quita la otra. Gracias por lo del poema.
A mí también me han puesto los pelos de punta, es una vergüenza, Agente.
Gracias, amigo. De tu humanidad deberían aprender los fanáticos de todo tipo, Addi.
Abrazos para todos. Esperemos que no se repita nunca una barbaridad como la de hace una década.
Creo que no hay nadie que no recuerde lo que hacía esos días, Javier.
ResponderEliminarExactamente igual se me grabó a mí, Tyla. Gentuza infame la que puso las bombas; repulsivas la mentiras del gobierno durante los días siguientes y la infame teoría de la conspiración montada y alimentada por lo derecha más rancia.
Abrazos.
Brillante y valiente.
ResponderEliminarGracias, Carlos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Preciso y justo amigo, estoy contigo.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo sé, Claudio. Todo un honor tener tu apoyo (ético y estético, por supuesto).
ResponderEliminarUn abrazo.
Un gran poema. Siempre en la memoria ese día. Sociedad lamentable. Silencio y respeto. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Chals. Silencio y respeto, claro.
ResponderEliminarUn abrazo.