Fiel a la urgencia de los primeros discos de Van Halen, Roth despacha en media hora su primer elepé en solitario, en el que siete originales y tres versiones nos muestran a un cantante más cercano al pop y a los cantantes jazz (con Frank Sinatra a la cabeza) que tanto le gustan; sin olvidar, eso sí, de que estamos hablando de un disco de hard rock en el que los músicos que le acompañan son Steve Vai y Billy Sheehan, que en esta ocasión controlan su virtuosismo y lo ponen al servicio de la concepción de David Lee Roth.
Piezas propias tan vibrantes como Yankee Rose o Elephant Gun o ajenas como Tobacco Road conforman un muy buen álbum que, a pesar de contar prácticamente con los mismos ingredientes, no tuvo continuación dos años después con Skyscraper, donde David Lee Roth se convierte en parodia de sí mismo.
Como curiosidad, añadir que Eat 'Em And Smile (1986) fue grabado también en castellano por Roth, mera anécdota que nada añade al disco, más bien todo los contrario. Diamond Dave, mejor en su inglés original.