Para quienes habitamos en Madrid y gustamos de esto del rock, resulta difícil hablar sin cierta emoción de Sex Museum. Vivir su evolución sobre un escenario mientras su obra mutaba a medida de que las inquietudes del grupo aumentaban, ser fedatario de su categoría internacional (peligroso telonero para artistas de relumbre mundial) o disfrutar de ese proyecto paralelo, Los Coronas, que ha devenido referencia mundial de la música popular instrumental, ha sido sinónimo de asumir sin complejos ni prejuicios que lo que teníamos ante nuestros ojos (y oídos) era una de la mejores bandas de rock and roll del planeta.
Speedkings (2001), su segundo álbum tras el retorno con Sonic el año anterior —el grupo había pasado cerca de tres en barbecho—, hunde sus fundamentos en el hard de los setenta —como anuncia ese título que es referencia explícita a Deep Purple e implícita a Little Richard— para lograr un trabajo espléndido, el primero como miembro de Sex Museum del exquisito baterista Roberto Lozano, Loza, quien se reconoce alumno nada más y nada menos que de John Bonham, Keith Moon, Mitch Mitchell y Matt Cameron. A lo largo de los once temas que ponen en pie el disco —todos originales excepto la versión del clásico que en plural lo intitula—, la banda demuestra que es posible acercarse a sonidos pretéritos y lograr, sin traicionarlos, un producto fresco que no llore por el pasado sino que celebre el presente. Las guitarras pesadas de Fernando Pardo se vuelven psicodélicas si es necesario en el desarrollo nunca previsible de las canciones; el órgano Hammond y el teclado de Marta Ruiz soportan el lado más alucinógeno y sensorial de las interpretaciones y crean un hermoso manto que —arropando al conjunto— supone buena parte de la personalidad del álbum y de Sex Museum; la percusión del mencionado Loza y el bajo de Pablo Rodas forman una base rítmica dinámica y exacta; y la voz de Miguel Pardo completa un quinteto que no alcanza la perfección sólo porque no existe, ni es deseable que lo haga.
A partir de entonces, y como si no tuviera ya unas sólidas carrera y discografía a sus espaldas, Sex Museum lanzará durante los siguientes diez años un doble CD en vivo y tres discos de estudio (uno de ellos, Fifteen Hits That Never Were, con material antiguo puesto al día), cuya impecabilidad hace que nos preguntemos si no será éste el grupo de rock más importante nacido en España después de Burning. A riesgo de exagerar con una afirmación tan tajante, dejo la cuestión formulada por si alguien está interesado en el debate. Por de pronto, Speedkings sigue lanzando argumentos desde los altavoces.