Olvidado pero delicioso, este artefacto del año 2000 que hoy recomendamos es la única referencia editada por los Golden Zombies, banda del underground madrileño liderada por Mike Sobieski (Pleasure Fuckers y Sin City Six) que en The 24 Kilate Sound pasea su música surf e instrumental grabada en los estudios Chockablock de Mikel Biffs y presentada en sociedad bajo el paraguas de Munster. Garantía de calidad, pues, que se ve refrendada en nueve piezas (entre las que está una versión del mítico Stay de Maurice Williams y los Zodiacs) ejecutadas con clase y precisión que llevan marcas de Dick Dale, Ventures, Link Wray, Chantays y demás aunque a veces colinden con terrenos propiedad del lounge y la bossa nova. Un pequeña delicatessen a la que se ha prestado poca atención para recordar —tumbados en una hamaca o cuidando a un familiar enfermo— que la vida a veces puede ser hermosa.
miércoles, 28 de octubre de 2020
The 24 Kilate Sound
lunes, 26 de octubre de 2020
Invitation
miércoles, 21 de octubre de 2020
Here Comes The Whistleman
El primer elepé de la relación contractual de Rahsaan Roland Kirk con Atlantic —la más extensa y fructífera de una carrera genial— es un curioso artefacto registrado en directo en los estudios neoyorquinos de la discográfica en marzo de 1965 pero que no será publicado hasta dos años después. Previo a la tríada que le consagrará artísticamente (The Inflated Tear, Left & Right y Volunteered Slavery), Here Comes The Whitleman puede pasar por divertimento que sirve de toma de contacto con los directivos de la compañía, mas el placer que transmiten las interpretaciones niega cualquier condición de pasatiempo o trabajo menor al álbum. Hard bop que en vivo tiene algo de jump blues, el de Kirk es propulsado por sus saxos tenor, soprano y alto, los dos últimos (manzello y stritch) inventados por él, tal y como es sabido, y flautas convencional y nasal. El protagonismo de sus instrumentos y su espectacular manera de tocarlos no es excusa para olvidar una base rítmica espléndida que aquí forman Major Holley (contrabajo), Charles Crosby (batería) y Jaki Byard (no Jackie, según los erróneos créditos originales) y Lonnie Liston Smith alternándose al piano en deliciosas intervenciones. La calidad de los siete cortes hace muy difícil el intento de destacar uno por encima del otro, así que si nombro la pieza que titula el disco es por el absoluto desfase que se produce al acompañar al cuarteto un buen número de silbatos tocados por el público presente (cualquier cosa es posible si hablamos del autor de We Free Kings) en una fiesta musical que prologa una charla de Kirk. Y termino: que su situación cronológica y el olvido sufrido no nos hagan renegar de esta fantástica grabación llamada Here Comes The Whistleman.
lunes, 19 de octubre de 2020
We Got This!
jueves, 15 de octubre de 2020
You Could Be Mine
Podría haber formado parte del magistral Appetite For Destruction, pero quedó como banda sonora de la segunda parte de Terminator, primero, y canción de Use Your Illusion II, después. Anticipo de un álbum cuádruple e irregular, aunque lleno de canciones soberbias, You Could Be Mine (1991) es un single tremendo que sirvió por igual para abrir boca a los fans de Guns N' Roses que para animar a despistados y dubitativos a ver la película de James Cameron. Completa y hace perfecto el sencillo otro tema asimismo incluido en el segundo de los Illusion, Civil War, cuyos homéricos siete minutos y medio son protagonizados por las guitarras de Slash (salvaje y sensacional) e Izzy Stradlin y las teclas de Dizzy Reed. Una rodaja de órdago, oigan.
lunes, 12 de octubre de 2020
Backbone Ritmo
Manteniendo e incluso aumentando el nivel del excelente Chasin' The Onagro, Atom Rhumba volvía en 2003 con Backbone Ritmo para seguir autoseñalándose como una de las bandas más personales e impactantes del panorama patrio. Constant Deja Vü y Gone abren el álbum con un funk estilizado que se convierte —esquizoide— al punk y el noise en Eskimo Bones sin dejar que los ecos de James Brown y epígonos se apaguen. High energy rock and roll, techno y soul jazz se pueden rastrear sin problemas en Take Your Time. El country pantanoso con olor a los Beasts Of Bourbon tiene su espacio en Satin Breakdown. New Kind Of Virus muestra a los Rhumba más agresivos sin que los riffs y los ritmos pierdan su esencia funk. Country rock es lo que nos ofrece One Bit Memory, servido con la pedal steel de Hendrik Röever y letra del bicho mayor, Josetxo Ezponda, influencia siempre presente en los de Bilbao. Endurecen de nuevo el asunto Rober! y compañía con un Abstract Blues que desciende de Captain Beefheart, aunque no llegue al extremismo del autor de Trout Mask Replica, y un Just Stop punk y febril que antecede al último corte de la función. Así es. Los seis minutos de Cowboy Fly echan el cierre partiendo de presupuestos cercanos a los de Tom Waits para desarrollarse en la línea de Manta Ray, grupo con el que Atom Rhuma mantiene no pocas relaciones estéticas. Solo falta mencionar el espectacular sonido de la producción del grupo y Kaki Arkarazo, si la anterior había correspondido al ilustre Mick Collins, para tener el cuadro completo de un gran trabajo hecho de bajo, batería, voces, guitarras, teclados, percusión, saxo, vibráfono, palmas y sierra melódica: Backbone Ritmo.