en un empleo insoportable
por ochocientos euros (con suerte).
Hazlo en un cuartucho
en el que han metido diez ordenadores
porque no hay sitio en la oficina.
Come apiñado en un cocina pequeña
—de pie si no has llegado a tiempo—
que es la mitad del despacho del jefe.
Ve limpito y aseado,
evitando llevar pantalones vaqueros
o una camiseta demasiado chillona
Haz horas extras por la cara,
mientras miras al suelo avergonzado
dando gracias porque no te pagan
parte de la nómina en negro.
Y no preguntes por el comité de empresa.
No existe.