jueves, 25 de septiembre de 2025

That's The Way I Wanna Rock N Roll

La mayor diferencia del segundo single con el primero extraído de Blow Up Your Video en 1988 no radica en su tema titular. No. That's The Way I Wanna Rock N Roll es un himno solvente e incluso agraciado que roquea con similar convicción y clase que Heatseeker y contiene un estribillo contagioso (de donde sale el nombre del elepé) que invita a mandar todo a tomar viento y festejar la vida bajo los acordes y ritmos de la música del diablo. La otra mitad de la galleta se nutre igualmente del álbum, pero Kissin' Dynamite, sin ser una joya, resulta bastante mejor que la mediocre Go Zone —más propia de Bryan Adams que del grupo de los hermanos Young— que acompañaba a Heatseeker. Es lo que hace que el sencillo, valorado en su conjunto, esté por encima del anterior. That's the way we wanna rock and roll!

lunes, 22 de septiembre de 2025

Crackin' Up

Tomando prestado el título del mítico tema de Bo Diddley y anticipando el que será primer corte de Purity Of Essence, Crackin' Up ve la luz nada más arrancar 2010 sola y en formato CD single. Y lo hace avisando de que los Hoodoo Gurus volvían en plena forma. Con una corrosiva letra de Dave Faulkner, más de lo que pueda parecer, sobre las etiquetas que te quieren colgar y los moldes en que te quieren meter quienes viven en la mediocre uniformidad, la canción es igualmente espléndida en lo musical: el riff que la abre infalible, su cadencia imparable, los dos solos de Brad Shepperd, lo conjuntada que suena la banda… Lo que se dice un temazo que liderará un disco muy notable de un grupo que siempre ha dado la talla.

jueves, 18 de septiembre de 2025

Your Mind And We Belong Together

Registrado en enero de 1968, el sencillo que hoy proponemos supone el canto de cisne de la formación clásica de Love, la que viene de publicar el inmarcesible Forever Changes, tercer plástico del grupo californiano y a la altura de cualquiera que imaginen en el podio de la historia del rock. La canción que le da nombre, Your Mind And We Belong Together, practica un garage pop en la línea del debut homónimo de la banda aunque con una estructura más elaborada que culmina en un minuto largo de electricidad hendrixiana de la mano de la guitarra de John Echols. La cara B o Laughing Stock es una pieza dividida en dos mitades, una folk en la que solo una guitarra acústica acompaña a las voces psicodélicas y una rock y acelerada que termina citando a Bo Diddley y jugueteando brevemente con la disonancia. Un single con dos temas que no son Alone Again Or o A House Is Not A Motel, pero sí dignos de Arthur Lee y compañía.

lunes, 15 de septiembre de 2025

1969, Real Cool Time

Aislados en este single de bandera francesa, los dos cortes que lo conforman ayudan a conocer la esencia del sonido de los Stooges más aún que su homónimo debut al completo del mismo año que también los contiene. 1969 y su beat made in Diddley informan de la fecha de publicación y de cómo la banda de los hermanos Asheton deconstruye el rock and roll primitivo para dar con una expresión nueva y salvaje en la que la música del diablo es solo un pretexto —un macguffin genérico— sobre el que buscar una formulación artística propia mediante ritmos tribales, letras orales y saturación eléctrica liderada (y afirmada) por el pedal wah-wah. Real Cool Time abunda en lo dicho por su compañera, sepultando bajo una capa de decibelios cualquier atisbo de diversión melódica y festiva que el rock and roll tuviera en sus inicios (llama que muchos grupos mantendrán viva, por supuesto); sumando solemnidad y abulia juvenil en una ecuación cuyo resultado sigue siendo asombroso por saltarse los códigos sobre los que crece en aras de manejarlos a su manera. Imitadores tendrán miles, Stooges solo hay unos.

jueves, 11 de septiembre de 2025

Birth Of The Cool

Publicado en 1957, Birth Of The Cool recoge grabaciones de 1949 y 1950 de Miles Davis y su noneto, conjunto poco habitual que establece su discurso entre el sonido exuberante de las big bands y el reducido y vanguardista del bebop. El Davis que ha asumido y colaborado en la expansión de la nueva música apadrinado por Charlie Parker plantea en estos doce temas (ocho ya divulgados en un diez pulgadas de 1954, Classics In Jazz, o antes como sencillos) un antecedente de sus elepés orquestales con Gil Evans (Miles Ahead, Porgy And Bess, Sketches Of Spain) y una nueva vía sonora en la que también hay influencias de la orquesta de Claude Thornhill, no en vano varios de los intérpretes que aquí escuchamos, sumando al Evans arreglista, pasaron por ella. Son fijos en los doce cortes Davis y su trompeta, Bill Barber y su tuba, y los saxos alto y barítono de, respectivamente, Lee Konitz y Gerry Mulligan; mientras que trombón, trompa, piano, contrabajo y batería no tiene dueño único, aunque señalemos a riesgo de ser injustos que, uno por instrumento, J.J. Johnson, Gunther Schuller, John Lewis, Al Mckibbon y, sobre todo, Max Roach dejan constancia de sus capacidades técnicas. Los más modernos del lugar a la sazón, todos los nombres citados (más el de Kenny Hagood, que canta en la final Darn That Dream) nos remiten al naciente cool jazz y al rompedor bebop, pero también, y por venir, al hard bop, al jazz modal y al third stream (no solo por su instrumento hemos nombrado a Gunther Schuller), pues lo que en Birth Of The Cool lidera Miles Davis —la figura más importante de la música estadounidense de la segunda mitad del siglo XX que aquí arranca— es presente y futuro, partiendo de su planteamiento orquestal y creciendo con cada una de las improvisaciones.



lunes, 8 de septiembre de 2025

Tangos

Tangos o Tangos por Antonio Bartrina y Malevaje. Cualquier título es válido para el debut de Malevaje, la banda madrileña dedicada a recordarnos, entre otras cosas, que no solo de sonidos anglosajones o desarrollados sobre su base vive la música popular. Y lo hacía en 1985 con la máxima de las ambiciones: un mini elepé de escasos veinte minutos dedicado "A la memoria de Carlos Gardel en el 50 aniversario de su muerte", como consta en la contraportada, mediante siete versiones de otros tantos clásicos cantados por el rey del tango (el Elvis argentino, si se me permite la comparación diacrónica). Desde Confesión hasta A la luz de un candil, Bartrina (voz y guitarra española), Ramón Gades (guitarra electroacústica y piano), Fernando Gilabert (contrabajo y coros), Edi Clavo (escobillas y coros) y Virginia Díez (colaborando con sus castañuelas) actualizan con respeto, cariño y elegancia el fatalismo, la sensualidad y la expresividad rioplatenses puestas en escena por Gardel en la primera mitad del siglo XX. El mismo año en que Gabinete Caligari publica Cuatro Rosas, añadiendo elementos del casticismo español a sus orígenes post punk, inicia Malevaje su viaje al pasado musical sudamericano con sus Tangos para traerlos al presente. No parece casualidad que Edi Clavo se ocupara de la percusión en ambos grupos.



jueves, 4 de septiembre de 2025

La historia del flamenco

A partir de la segunda mitad de la década de 1960, treinta años después de haber dejado España tras el golpe de estado fascista, Sabicas volvió a visitar esporádicamente el país que había abandonado siendo una república y se había convertido en una dictadura salvajemente represora. Obligado por la coyuntura internacional y por sus pactos con Estados Unidos, Franco había abierto la mano teóricamente (otra cosa es lo que sucedía en comisarías y similares lugares de crimen y tortura) y los exiliados regresaban a pisar el suelo que les había visto nacer aunque rojo, amarillo y rojo y sin libertades.

De esas primeras visitas nace La historia del flamenco, plástico doble de 1969 que publica RCA en el que el maestro navarro acompaña a varios cantaores, entre ellos un incipiente Camarón de la Isla, quien aquel año debutaba en solitario de la mano de Paco de Lucía, cuya admiración por Agustín Castellón es de sobra conocida. También escuchamos voces clásicas del cante jondo, como las de Pepe el Culata, Rafael Romero, Juan Cantero o Manuel Soto el Sordera, disfrute asegurado para el amante de género y puerta de entrada nada desdeñable para el lego en materia flamenca que desee iniciarse en ella.

Pero lo que hace aún más atractivo el trabajo es su estructuración, abriéndose cada una de sus cuatro caras con un tema instrumental en el que el mago de Pamplona demuestra su extraordinaria técnica a la guitarra. A través de El Bohío (guajira), Nostalgia gitana (rondeña), Homenaje a Carmen Amaya (garrotín) y Los puertos (seguiriyas), Sabicas ilumina con sus seis cuerdas los respectivos bloques que encabeza antes de dar paso a los diferentes cantaores que cubre y sublima atacando tangos, bulerías, fandangos, malagueñas o alegrías. Porque aquí está, aquí tienen ustedes feliz y exuberante, La historia del flamenco, liderada por "el genio de la guitarra gitana", como le dice Rafael Romero antes de lanzarse por seguiriyas en los Aires primitivos. Una maravilla de principio a fin.



lunes, 1 de septiembre de 2025

Saints & Sinners

Seguía alimentando Johnny Winter su alma rocker en Saints & Sinners (1974), como puede comprobar el aficionado antes de escuchar el disco y ver en su contraportada que entre los temas que ataca, dignifica y revive el autor de Let Me In están Thirty Days, Stray Cat Blues, Riot In Cell Block #9 y Bony Moronie, incombustibles rocanroles —¿hace falta especificarlo, querido lector?— de, respectivamente, Chuck Berry, Rolling Stones, Leiber & Stoller y Larry Williams. También son informadas (y afirmadas) por la música del diablo la inicial y festiva Stone County (sin faltar matices funk, country y góspel) de Richard Supa, Bad Luck Situation y Rollin' 'Cross The Country, la primera de Johnny Winter y la segunda de su hermano Edgar, responsable además de los diferentes tipos de teclado que salpican el álbum y saxos y coros puntuales. Tres cortes más completan el elepé, añadiendo color instrumental (coros, vientos y percusión) y estilos que amplían sus miras: funk y góspel el Blinded By Love de Allen Toussaint; soul sentimental el Hurtin' So Bad del propio Winter y space funk el Feedback On Highway 101, que Van Morrison no llegó a incluir en Hard Nose The Highway. Fantástica versión, la del norirlandés, que cierra un Saints & Sinners de un artista que, defensor acérrimo y exquisito del blues, siempre gustó de visitar otros parajes.



jueves, 31 de julio de 2025

Forbidden Fruit

Liderando el mismo cuarteto que la secunda en los dos espléndidos directos en Newport y el Village Gate —publicados respectivamente antes y después de su tercer disco en estudio—, Nina Simone graba Forbidden Fruit, elepé de 1961 que, sin situar a la altura de Little Girl Blue, Nina Simone Sings The Blues o los dos directos mencionados, es una prueba más de que su discografía está plagada de obras de interés. Si todo el conjunto es apreciable, son las baladas y la solemne forma de afrontarlas de Simone donde el álbum brilla cualitativa y cuantitativamente, pues tanto la lectura de I'll Look Around como la soberbia adaptación del clásico de la canción napolitana Dicintello Vuje (Just Say I Love Him en inglés) son los dos temas más extensos de la función y los dos únicos que sobrepasan los cinco minutos. Las versiones de No Good ManWhere Can I Go Without You y Memphis In June abonan asimismo el terreno sentimental y melancólico aunque de manera más breve. Los otros cinco cortes del disco, hasta llegar a diez, son Rags And Old Iron y Work Song, ambos en el debut de Oscar Brown Jr. del año anterior, si bien el swing del segundo se debe a Nat Adderley, que ya lo había grabado sin la letra que añade Brown para su disco homónimo; Gin House Blues, de Fletcher Henderson y Henry Troy; I Love To Love, de Lennie Hayton y Herbert Baker, y la pieza que cierra y titula Forbidden Fruit, clausura que aúna chachachá, góspel y rock and roll en una mixtura firmada por Brown Jr. que rompe con cualquiera de los registros previos —obvia y especialmente con el amoroso y mayoritario— de un elepé menor de su autora pero igualmente bueno y recomendable.



lunes, 28 de julio de 2025

Which?

Cinco años después de debutar con Never Let Me Go, Jackie Allen grababa en dos jornadas de febrero de 1999 Which?, liderando con su voz un septeto espléndido en el que encontramos nada más y nada menos que a Red Holloway (saxo tenor), Jim Hughart (contrabajo) y Roy McCurdy (batería), aunque Bill Cunliffe (piano y arreglos), Gary Foster (saxo alto) y Bruce Paulson (trombón) sean igual de importantes en la hora larga de jazz vocal que, aun siendo de la vieja escuela, nada tiene de rancio o conservador.

El segundo álbum de la cantante de Wisconsin recoge trece clásicos tratados con elegancia entre cuyos compositores podemos hallar nombres históricos como los de Billy Strayhorn, Horace Silver, Kurt Weill, Billie Holliday, Mal Waldron, Cole Porter o Bobby Troup. Interpretados de tal manera que sea Allen quien domine la función, los temas reciben un sólido tratamiento instrumental que, sin cegar ni negar el protagonismo de las cuerdas vocales, aporta el acompañamiento adecuado en todo momento, ya sea el de la base rítmica o el de los solos que teclas y vientos van dejando, igual de hermosos que contenidos, por el camino.

Además de lucir sus habilidades y su técnica en la ejecución —talento, estudio y trabajo—, Jackie Allen aporta dos piezas compuestas por ella, una tersa In You Go que apuesta por la bossa nova y en la que sobresale el trombón de Paulson y una balada pop, Admit It, en la que el espacio solista es para Foster y su saxo; canciones ambas de correcta escritura pero mejor puesta escena que llevan hasta quince el número total de Which?, colección notable de finales del siglo pasado que ni innova ni busca innovar pero que defiende con clase los códigos de su tradición.