El 17 de mayo de 1966, en el Free Trade Hall de Manchester, Bob Dylan es llamado "Judas" por un asistente a un concierto en el que la electricidad penetra igual que lo ha hecho en sus grabaciones de estudio para modificar el presente y futuro del rock and roll. El grupo que le acompaña en el conocido como The "Royal Albert Hall" Concert (lugar en el que erróneamente se creía que se había llevado a cabo la actuación), el que interpreta un arrollador Like A Rolling Stone junto a Zimmerman en respuesta al badulaque que le acusa de traidor, es The Hawks, aunque ya ha cambiado el nombre cuando debuta (con Levon Helm encargándose de nuevo de la percusión) en 1968 con Music From Big Pink: The Band.
Obra maestra atemporal, es fácil rastrear en la música del disco el folclore que trajeron los inmigrantes europeos en su colonización de América del Norte y el blues que obligaron a llevar consigo a los esclavos africanos; ambos, blues y folk, son el sustrato de toda la música popular norteamericana del siglo XX, que tiene en The Band uno de sus máximos exponentes. Si bien podemos afirmar que Music From Big Pink es un disco de rock, su modernidad radica en mirar hacia atrás sin renunciar a los elementos propios de su tiempo, en un momento en que los hallazgos de Beatles, Byrds o Dylan ya han lanzado al rock hacia un camino sin retorno. Tears Of Rage, compuesta por Richard Manuel y Bob Dylan, nos introduce en un mundo de añoranzas, de sabores perdidos de antaño que se recrean con exquisita y paciente instrumentación. To Kingdom Come, uno de los cuatro temas compuestos por Robbie Robertson, muestra que también hay gospel y soul en el bagaje del grupo, una delicia con hermosos piano y guitarra eléctrica. In A Station (Manuel) mantiene el nivel en lo más alto, pareciera que uno estuviera en un cielo en el que también habitan los Beach Boys. Bluegrass y honky tonk tienen tratamiento pop en las dos joyas consecutivas de Robertson, Caledonia Mission y la cinematográfica The Weight, single del álbum que también suena en Easy Rider y cuya letra está inspirada en películas como Viridiana y Nazarín, del genial Luis Buñuel. Tras We Can Talk (Manuel) y la versión de Long Black Veil, Chest Fever (Robertson), con ese órgano que parece tocado por Jon Lord, acerca a The Band a la psicodelia de finales de los sesenta sin salirse del tono del disco. Lonesome Suzie (Manuel) retoma el discurso pausado —como recreándose en sí mismo— del elepé. Rick Danko compone junto a Dylan This Wheel's On Fire, y el de Duluth regala, además de la portada, esa maravilla que es I Shall Be Released para cerrar Music From Big Pink de forma mágica y emocionante.
Extraño, distante, quizá molesto, observa el primer disco de The Band su entorno. Los años no han hecho mella alguna en él, y se mantiene como el mejor elepé del grupo canadiense. Clásico adorado por montones de artistas, Music From Big Pink sigue a día de hoy siendo un misterio que se repliega ante el acecho del exterior, pero tampoco parece buscar una opacidad que oculte sus influencias. Es posible que el secreto se halle en ser vanguardia alejándose de ella, pero tampoco rehuyéndola. Complicado equilibrio en el que vive un disco tan singular, aunque de prístina belleza.
Uno de mis discos de cabecera sin lugar a dudas!
ResponderEliminarUn saludo
Gonzalo has hecho sin quererlo la reseña más bella sobre el disco más mágico de la Historia. De corazòn, no se puede resumir mejor algo que es inmenso de por si. Enhorabuena! Yo tambien pienso que es su mejor disco.un abrazo.
ResponderEliminarhe oido su album debut y sinceramente no me gustar mucho, tal vez no soi mucho del folk, aunque si rescato algunas buenas canciones, asi que por que no en un futuro oire este
ResponderEliminarsaludos!
éste junto con el siguiente disco homónimo de The Band son una verdadera maravilla y, a mi parecer, insuperables para sus mismos creadores. Aunque es bastante famoso, me parece que debería ser un disco un poco más reconocido. Mi favorita, por supuesto: I Shall Be Released
ResponderEliminar4 strongs: También mío.
ResponderEliminarFreaky: No te defraudará, o eso creo.
Joserra: Muchas gracias. El problema cuando haces una reseña de una obra maestra es estar a la altura. Por mucho empeño que pongas, siempre temes no estarlo.
Miguel: Creo que confundes "The Band", su segundo disco, con el primero. El primero es el que yo reseño.
Hombre Mojon: Estamos de acuerdo. Para mí está al nivel de lo mejor de los Beatles, los Beach Boys o los Stones.
Saludos a todos.
es verdad tienes razon jejeje lo q pasa es q casi siempre el album debut tiene el mismo nombre de la banda pero aqui ocurrio lo contrario, me confundi
ResponderEliminarsaludos
Me suscribo a todo lo manifestado por Freaky. Otra tarea. Saludos.
ResponderEliminarComo siempre digo a mi amigo Gonzalo,gracias por tus comentarios,magnifica tu reseña.
ResponderEliminarEspero nos sigamos reuniendo para disfrutar de buena música.
Estos me pillan lejos, solo he oido (visto) el concierto Last Waltz, con infinidad de invitados de lujo, pero ningun album de estudio, pero me dejaste con el gusanillo...
ResponderEliminarWow, genial reseña. Veo que los dos nos hemos decantado por el ''incidente Judas'' jajaja.
ResponderEliminarAprovecho el repaso que le he dado a tu blog para decirte que me vendría muy bien alguien como tú en el foro, y que si estuvieses interesado en unirte esta es la dirección:
http://45yomusic.comuv.com
Un saludo.
Sí, al leer tu reseña me di cuenta de que, aun siendo diferente, tenía bastantes cosas en común con la mía.
ResponderEliminarCordiales saludos.
Una auténtica obra maestra, más que una obra, es todo un patrimonio cultural de la humanidad. Un saludo, y gran artículo.
ResponderEliminarSí, la verdad que es una obra que sigue creciendo con el tiempo. Gracias, Rubén.
ResponderEliminarUn abrazo.