lunes, 17 de octubre de 2011
Electric Warrior
Convertido definitivamente Marc Bolan en el Electric Warrior de la portada, el segundo disco de T. Rex con el nombre abreviado (Tyrannosaurus Rex fue su primera denominación), por el que será ya siempre conocido, es para mí cumbre de su carrera, aunque por lo general sea The Slider, publicado un año después, el que se lleva los honores. Sea como fuera, no creo que genere controversia el asegurar que aquel disco lanzado en 1971 es la piedra angular de lo que se conoce como glam rock, género al que se acabó adhiriendo, erróneamente, a cualquiera que vistiera de forma estrafalaria. David Bowie, Roxy Music, Slade, Suzi Quatro, Lou Reed, Mott The Hoople… hasta el nombre de Iggy Pop aparece por ahí cuando de glam se trata. Pero si dejamos aparte discusiones que, sin negar su factibilidad, pueden devenir peregrinas, pues es la ropa y el rímel quienes centran un tema en el que deberían mandar los acordes y el sonido, sí que respira el glam y su máximo representante, Electric Warrior, ese deseo punk de conectar con los pilares del rock and roll (a saber, diversión, sencillez y sensualidad), en contraposición al rock progresivo o cualquiera en el que las cosas se quieran alargar más de lo necesario… para que la fiesta no sucumba. ¡Canciones, canciones, canciones!
El trato elegante dado a la electricidad y la voz susurrante de Marc Bolan, la limpieza de las guitarras acústicas, los coros agudos (y algo marcianos) en segundo término, la percusión de Micky Finn, la sexualidad vacilona de las letras, la cadencia cercana al blues, los (muy concretos) arreglos de saxo y fiscorno, la producción de Tony Visconti… Todo ello contribuye a la magia de un álbum que no trata de imponerse pero que te hechiza y te gana irremediablemente sin necesidad de agresividad alguna. En su inquebrantable unidad, en su engañosa levedad y en su excitación contenida (Bolan consigue hacer sugerente incluso lo explícito) encontramos las claves de Electric Warrior, sin olvidar la inspiración de Marc Bolan a la hora de componer sus once cortes, entre ellos el inmortal Get It On. A su manera, y sin ánimo alguno de comparar (obvias son las diferencias), un trabajo tan sensible como el Pink Moon de Nick Drake, que verá la luz sólo unos meses más tarde. Quien quiera, podrá comprenderme.
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Si señor, un discazo como la copa de un pino.Como bien dices sencillo y divertido como pocos. También es mi favorito de Marc y al cual, recurro con bastante asiduidad.
ResponderEliminarSaludos.
Uno de mis 10 discos favoritos del mundo mundial. Y estoy de acuerdo contigo en eso de que el Glam Rock era algo más que maquillaje y escenografía: era una actitud positiva y desenfadad del Rock.
ResponderEliminar¡Saludos!
Para mí es igual de reconocido, si no más, que el "Slider", y es que "Get It On" pesa, y mucho.
ResponderEliminarEs una banda que (re)conozco, pero que, más allá de sus obras clásicas, no he profundizado lo suficiente: Esos discos folk del principio, la miríada de discos de R'n'R cósmico de los últimos tiempos... Me faltan, me faltan.
Gran artículo, como de costumbre, y acertada la disquisición del glam, cajón de sastre en el que si nos descuidamos nos llegan a meter hasta al Little Richard!
Rock On!
Vaya discazo. A mi me encanta. Glam-rock a tope y en competencia con los discos de Bowie.
ResponderEliminarUn saludo.
Y con el aliciente de contar en la 'sombra' con los Ex-Turtles, Ex-Mothers Mark Volman y Howard Kayland. Un disco de referencia, sin duda.
ResponderEliminarSaludos.
Qué bonita entrada. Una manera estupenda de describir este discazo, y también opino como Tyla, creo que es igual de reconocido o más que el Slider. Me encanta el contraste entre las canciones, el mundo que hay entre una canción y otra: Cosmic Dancer y Jeepster, o entre Girl o the Motivator o Life's a gas y Rip Off, no sé, como bien dices es mágico.
ResponderEliminarSaludos!!
Imposible decidirme entre "the slider" y éste (bueno, y "tanx" déjalo ir también...). No queda sino escucharlos del tirón para los restos. Saludos guzzeros.
ResponderEliminarBueno, master, discrepo en un detalle, yo siempre he oído y leído que éste era el que se llevaba los honores. Tengo serias dudas entre éste y "The slider", sea como sean son dos de los discos más importantes de mi vida.
ResponderEliminarMe encanta un detalle que comentas y que siempre he tenido esa opinión. Si nos centramos en acordes y sonido, Bolan es el glam y los demás agregados en matices dispares.
Joer, me acabo de dar cuenta el tiempo que hace que no les doy cancha. ¿A que me meto una sobredosis bolaniana en las próximas fechas?
Vitalidad, sensualidad/sexualidad, una voz y un sonido únicos, una portada icónica como pocas...en definitiva, CLASICAZO!!! Como The Slider, Tanx, Dandy in the Underworld...
ResponderEliminarSaludos.
Una joya, TwoHeads.
ResponderEliminarNo está entre mis diez favoritos, Víctor Hugo, pero sí que me gusta mucho.
Yo tenía la impresión de que "The Slider" estaba más valorado, pero por lo que dicen Anna, Johnny y tú mismo, veo que igual estaba equivocado, Tyla. Al final se dirá: ¿Qué es el glam? La música que hacían Little Richard, Alice Cooper, Kiss y Blondie, ja ja ja.
La verdad es que este disco compite con cualquiera, amigo Savoy.
Muy correcto lo que dices, Aurelio. Gracias por recordarlo.
Anna, hay contraste, pero nunca se rompe la unidad, creo que es una obra muy compacta. En cuanto a lo del reconocimento del disco, te remito a lo que he dicho a Tyla. Y gracias por lo de la entrada.
Es que "The Slider" es otra maravilla, Guzz. Comprendo que te cueste decidirte. Por cierto, he intentado varias veces agregarte para seguir tu blog y no me deja. A ver si lo puedo solucionar.
Te remito también a la respuesta a Tyla, querido Johnny. Es verdad, Bolan es el glam… si éste existe, ja ja ja. Controla la sobredosis de T. Rex.
La portada es un icono del rock and roll, tienes razón, Agente. La obra maestra de T. Rex.
Saludos a todos. Gracias por visitar este humilde espacio.