Quiere captar
la luz imposible
Antonio López,
bajo la atenta mirada
de Víctor Erice,
mirada de orfebre
que parece ocultarse
en cada plano,
convirtiendo el documental
en ficción,
la ficción en documental,
sin ser lo uno ni lo otro,
sino novedad atávica
que se alimenta de
los hermanos Lumière,
de Flaherty, de Murnau,
de Renoir, de Ozu.
De Rossellini.
La tradición
se hace vanguardia
—vanguardia agradecida,
no genuflexa: sabia—
con Antonio López
—que era el observado—
como testigo y protagonista
de la creación de una obra
genuina,
cumbre,
maestra.
NOTA: Este poema inspirado en El sol del mebrillo fue publicado en la web Tomajazz por mi siempre querido Pachi Tapiz en el mes de agosto.
Hubo una época en que trabajaba en el antiguo edificio del entonces Banco de Vizcaya, Alcalá esquina Gran Vía, y veía todas las mañanas muy temprano a Antonio López pintando este su ya famoso cuadro (Lo hacía en la pequeña isleta de semáforos que confluye entre ambas calles) Acertada reseña para recordar de nuevo la obra del pintor y conocer la del cineasta.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
No te engaño hermano si te digo que la tengo pendiente de ver desde hace ya varios años que me la recomendaste en un email que todavía conservo, la busqué y la tengo en un disco a la espera de visualizarla. Con eso me doy cuenta de que el tiempo pasa volando y de que debo darle prioridad. El poema, un lujo. Abrazo.
ResponderEliminarMuy buena la anécdota, Javier. No sé si conoces la obra de Erice, pero tanto "El sol del membrillo" como "El sur" o "El espíritu de la colmena" son obras maestras absolutas del cine europeo y universal. En cuanto a Antonio López, un pintor muy peculiar e interesante, tiene cuadros excelentes, y además aquí demuestra ser un gran actor.
ResponderEliminarTe la vuelvo a recomendar, Johnny. Me parece que te comenté que en una encuesta hecha a directores de filmoteca de todo el mundo, "El sol del membrillo" fue elegida la mejor película de los años noventa. Gracias por lo del poema.
Un abrazo para los dos. Ya vuelvo al rock and roll.
Qué susto. Pensaba que hablabas de mí.
ResponderEliminarAbrazos y rock&roll!
No la vi, pero debe ser una peli-documental diferente en el buen sentido del término. Oí a algún amigo comentar que en esta peli la experimentación se convierte en algo concreto y sustancial. No sé... tengo que verla, la verdad. Un abrazo, Gonzalo.
ResponderEliminarCuando hagas un libro sobre Patxi Irurzun, haré un poema que se titule "Erice e Irurzun, Irurzun y Erice", je je je. Pronto volvemos al rock and roll con el grupo más grande (o casi).
ResponderEliminarHay una anécdota al respecto, Javier. A Erice le quisieron dar un premio por "El sol del membrillo" como mejor documental, y él no quiso recogerlo porque decía que su película no era un documental. Es lo que digo en el poema:
"convirtiendo el documental
en ficción,
la ficción en documental,
sin ser lo uno ni lo otro,
sino novedad atávica (…)".
El logro impresionante de Erice es que hace ficción con material documental. Él sigue el proceso de Antonio López intentando pintar la luz del sol en los membrillos —pura realidad, digamos, documental—, pero lo hace ordenando esa realidad —que no se oculta— de una manera narrativa que entronca con la de la ficción cinematográfica. Es muy complejo, ahí está su arte, no es fácil de describir. Eso sí, su belleza formal es apabullante (sin aparentemente serlo), la que inspiró mi poema.
Abrazos para los dos.
Mi mujer es muy aficionada a la pintura y una gran admiradora de Antonio López; le ha encantado el poema de tu entrada y no dejo para más tiempo "El Sol Del Membrillo". Un saludo
ResponderEliminarMuy agradecido a tu mujer, Antonio. Espero que te guste la película.
ResponderEliminarUn abrazo.