jueves, 13 de junio de 2013
Swordfishtrombones
Poco queda del crooner ahogado en alcohol que protagoniza su carrera (iba a decir vida) anterior en el Tom Waits que en 1983 publica Swordfishtrombones. Diez años y siete elepés (ocho si consideramos la banda sonora original de la inolvidable y fracasada película de Coppola, Corazonada) desmontados en un solo y magistral álbum, como si de un golpe de autoridad dado por un artista lanzado al vacío se tratara.
Aunque es difícil dictaminar hasta qué punto, parece claro que Kathleen Brennan (su mujer desde 1980) influye terminantemente en el giro copernicano que Waits experimenta en su primer trabajo para Island. El universo estético del cantante californiano pasa a ser dominado por una aglutinación barroca de géneros en la que hay ecos que van del serialismo minimalista de Anton Webern y el folk europeo a las músicas populares sudamericanas y el blues y el country primitivos, si bien la influencia de Captain Beefheart es la más evidente de todas. Las diferencias saltan a la vista: las piezas son más breves que antaño (de las quince, cinco no llegan a los dos minutos) y no cesan de coquetear con la atonalidad; la instrumentación y los arreglos tradicionales —bien rock, bien jazz (aunque ambos estilos sigan presentes)— vuelan por los aires para que todo tipo de sonidos —los del Hammond, el piano, el sintetizador, la guitarra eléctrica, el banjo, la gaita, el trombón, la trompeta, el bajo y un sinnúmero de diferentes percusiones— se desarrolle según compases irregulares o atípicos; Waits afea y rasga su voz para ser coherente con la radicalización de su discurso; etc. En algún momento que otro, se echa la vista atrás mediante temas como Johnsburg, Illinois, In The Neighborhood o Soldier Things para que sepamos que el antiguo Tom Waits todavía sigue vivo, pero es el nuevo el que se lleva el gato al agua sin que haya lugar a la duda. De todos modos, es el conjunto —sólido como una roca— el que hace de la escucha de Swordfishtrombones un placer pleno y difícil, adusto y alegre al mismo tiempo.
Reinvención de un artista enorme y una de las obras maestras de los ochenta, el disco que hoy hemos traído será, además, la primera parte de la fantástica trilogía de discos en estudio que Waits grabe aquella década, pues Rain Dogs y Franks Wild Years mantendrán el nivel de su predecesor. Sin embargo, y a título personal, sigue pareciéndome Swordfishtormbones el más hermoso de ellos.
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Obra maestra, igual que esa desconocida banda sonora que protagonizó con Crystal Gayle, para mí dos discos imprescindibles de su dilatada y curiosa carrera.
ResponderEliminarOtra gran entrada Gonzalo, en esta ocasión además sobre mi disco favorito de Waits, y es mi favorito sin duda además.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido Gonzalo, AMEN. Hace poco tuve que defenderle de otro blogger qal que le parecía sobrevalorado. Me quedo con lo que dijo de él David Mordoh: se tenía que enseñar en las escuelas. Para mi una POM como la catedral de Burgos, además tiene algo, un fantasma espectral que no tienen los dos de la trilogía que tb son POM pero yo me quedo con Swordfish. Siempre me hace llorar de lo radiografía que es de que "los desafinados" también tienen corazón. Tremendo como tus reseñas , que me encantan. Ahí estás con Kepa Arbizu en el top de resumen perfecto de una obra de arte.
ResponderEliminarDiscazo mayusculo. Piedra angular del Tom Waits de Island. Y como digo siempre, uno de los mejores liftings estilisticos de la historia del rock. Aunque siempre digo que en heartattack and vine ya nos dejaba alguna pista de por donde podrian ir los tiros.
ResponderEliminarSiempre he sido mas de Rain Dogs (papa o mama, ya sabes) pero este Swordfishtrombones es abrumador. Un disco de esos de genero que ya no existen. Fantastico.
Empecé mi contacto con Waits en el 84, con su magnífica recopilación "Asylum Years" y siguió, un año después, con el "Anthology of Tom Waits" también de Elektra/Asylum. Flechazo total. Después parón, aunque le seguía escuchando. Llegó una época, que describes muy bien ("cuando afea y rasga su voz") que me dije que las gárgaras las hacía yo mejor que él. Abandono. Volví al redil con su "Blod Money" del 2002 y nuevo flechazo. Hasta ahora.
ResponderEliminarSi me reencuentro con su catálogo, en CDs baratitos, me iré haciendo con lo que me falta, que es mucho.
Excelente entrada.
Saludos,
JdG
Excelente banda sonora para un musical maravilloso y único, Sergio.
ResponderEliminarGracias, Addison. También lo es mío.
Gracias, Joserra, me vas a sacar los colores. Coincidimos Addison, tú y yo, la obra maestra de Waits y algo más.
Cierto lo que apuntas, Mansion, ya adelantaba alguna cosa "Heartattack And Wine". Buen aporte.
Éste es esencial, Javier, no lo dejes escapar (ya tienes deberes acumulados, je je je). Lo de afear la voz lo digo en sentido positivo; no recuerdo si era Picasso quien decía que el buen gusto y la belleza estaban enfrentados. Pues eso.
Abrazos para los cinco.
Una de las reinvenciones mas gozosas de la historia de la música, tan valiente como arriesgada e indudablemente hermosa.
ResponderEliminarAbrazos.
Solo Town with No Cheer vale mas que discografias completas. Un templo mas que un disco. Salud,
ResponderEliminarEstamos de acuerdo, Agente, así es.
ResponderEliminarMás sagrado que muchos templos, Eric.
Abrazos.
Qué papelazos, aunque secundarios, hace en las de Coppola Drácula y Cotton Club, esta última con una excelente música.
ResponderEliminarMe gusta lo difícil, como dices en la entrada, de Tom Waits. No es una música precisamente comercial y fácil la suya, pero ¿para qué hace falta? Su profundidad es marca de la casa...esa voz personalísima, rota y a veces aguardentosa, transmite una fuerza incontenible y una sensibilidad única.
Oí bastante de él, creo que de este disco también. De todos modos conseguiré el disco.
Un abrazo, Gonzalo. Increíble entrada.
Para eso, para la música comercial y fácil, ya estaban Madonna y Michael Jackson en los años ochenta, Javier. De todos modos, si escuchas el "Trout Mask Replica" de Captain Beefheart, la mayor influencia del nuevo Waits, éste te parecerá, a su vez, comercial. Todo depende de con quién comparemos. Bueno, que me lío: no te pierdas "Swordfishtrombones", y gracias por lo de la entrada.
ResponderEliminarUn abrazo.