miércoles, 23 de abril de 2014

This Terrible Place


¿Por qué acuden a mi cabeza —entre otros mil— nombres tan teóricamente antitéticos como Devo, Circle Jerks, Slayer o Beach Boys? ¿Quién reunirá las cualidades de todos ellos y las desparramará en su obra para regocijo de sus admiradores? ¿De dónde vendrá ese aullido iconoclasta tan, tan peculiar bañado en caramelo? Premio, aunque no tenga mérito si han mirado la imagen que preside el texto: hablamos de los Hard-Ons y de su disco de retorno tras siete años —separación mediante— sin publicar uno: This Terrible Place (2000). No tan exuberante como las dos siguientes e imprescindibles entregas de la banda (Very Exciting! y Most People Are A Waste Of Time), el disco posee, sin embargo, la misma e insobornable personalidad, viajando del punk al trip hop (esa declaración final titulada I Hate Clubbers) entre guitarrazos metálicos y endulzadas armonías vocales que nacen en Black Sabbath y los Beatles pero que tienen sonido inconfundible. El del trío australiano es aquí sólido como una roca que solo Keish, Blackie y Ray saben cincelar, haciendo suyo incluso el lugar común y desbaratando las ideas preconcebidas de quien acude a un álbum de rock como si fuera al supermercado. Las canciones de los Hard-Ons mutan, sorprenden, huyen de clasificarse a sí mismas, si bien haya denominación de origen en cada una de ellas pues todas parten de las premisas establecidas por el mundo marciano y empalmado del grupo. Escuchen detenidamente Fallen Star, Strangers, First Cut is The Weakest, Time Won't Let Me, Trouble Trouble, Charger, I'm Bringing You Death, Sadly Ever After o Birthday y descubrirán cómo el riff monolítico no es incompatible con la melodía pop o la experimentación; cómo un estribillo se convierte en mantra in crescendo; o cómo de una tonadilla infantil se pasa al esputo más salvaje sin solución de continuidad. Descubrirán, en definitiva, una manera de hacer las cosas ajena, aun sin ser específica o buscadamente críptica, a comercialidad alguna —pues solo busca satisfacer los instintos propios de creación y expresión—, sin que el riesgo constante sacrifique el goce inmediato de la mejor música popular. Los ilustres personajes que prestan su cabeza a la contraportada de This Terrible Place están con nosotros, palabra.

8 comentarios:

  1. otro grupo perdido en mi memoria y ello pese a que e su momento era importante en mis cintas de casette. Volvere a buscar ese disco

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  2. Pues no los conozco. Eso sí, ¿me recomendarías buenos discos de Circle Jerks? No sé por dónde tirar.

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  3. Recuerdo con el horror del jubilado el último concierto al que asistí de los australianos, creo que fue en la sala Boite, hace dos o tres años. Un pedal como solo se merecían unos cafres como ellos. Y pillé su "Suck And Swallow, 25 Years 25 Songs" que me acompañará como indeleble recuerdo hasta el final de mis días. ¡Qué tiempos aquellos, de gloriosos desbarres!. Mira, igual pido este su nuevo trabajo al "dealer", aunque solo sea para recordar que alguna vez fui un descerebrado.
    Abrazos,
    JdG

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  4. Joder, Bernardo, eres todo un connaisseur, contigo da gusto.

    Con los Circle Jerks tengo pensado ir en breve, 21st. Mismamente prueba con los dos que tengo reseñados en el blog. Los tres primeros son los que más se ajustan al canon hardcore. El "VI", en realidad su quinto disco, es más hard, pero contiene una de mis canciones favoritas: "Living", acojonantes tanto letra como música. Escucha, figura:

    https://www.youtube.com/watch?v=gX0KilNJQvs

    Buff, Javier, tres veces les he visto en directo, y menudas bestias pardas. Pena que dejemos de ser descerebrados para ser gente seria, casada y con hijos, querido y admirado camarada.

    Abrazos para los tres.

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  5. Me los apunto en el cajón de recuperables.

    Un abrazo.

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